Escultismo Para Muchachos

Capitulo VII - Hidalguía de
los caballeros
Fogata 22 - Estar preparado para casos de accidentes

 



Los caballeros de antaño se llamaban "Caballeros Hospitalarios" porque sostenían hospitales dedicados al tratamiento de los enfermos, los pobres y los heridos en accidentes o en guerra. Ahorraban su dinero para sostener estos hospitales y, aún cuando eran hombres valientes, algunas veces hacían de enfermeros y doctores.

Los Caballeros de San Juan de Jerusalén, hace ochocientos años, se dedicaban particularmente a este trabajo. La sociedad británica de ambulancias de San Juan y la Cruz Roja actuales, son los herederos de aquellos caballeros.

Los exploradores, los cazadores y otros Scouts en los lugares apartados del mundo, tienen que saber lo necesario para caso de accidente o enfermedad, ya sea que ocurra con ellos mismos o con sus seguidores, ya que, algunas veces, se encuentran a cientos de millas de cualquier doctor. Por esta razón, los Scouts deben aprender todo lo que puedan respecto a la forma de atender a los accidentados y a los enfermos.

Mi hermano acampaba una vez con un amigo, en una selva de Austria. Su amigo, tratando de descorchar una botella, sostenía ésta entre sus rodillas para afianzarla mejor. La botella se rompió y una de sus aristas filosas se le enterró profundamente en la pantorrilla, cortándole una arteria. Mi hermano tomó rápidamente una vara, la pasó por la gasa del pañuelo y le dio vueltas hasta que la piedra hiciera presión sobre la arteria. En seguida, consiguió una venda que quedó tan apretada que detuvo la hemorragia. Si mi hermano no hubiera sabido lo que tenía que hacer, aquel hombre se hubiera desangrado de tal manera, que hubiera muerto en unos cuantos minutos. Pero afortunadamente, mi hermano tenía conocimientos en la materia y salvó aquella vida, procediendo con rapidez a hacer lo que era necesario.

Accidentes

Continuamente están pasando accidentes y los Scouts, por tanto, tienen constantemente oportunidad de prestar ayuda en primeros auxilios.

Todos tenemos un gran concepto de quien, a riesgo de su propia vida, salva la de uno de sus semejantes. Tal hombre es un héroe.

Los muchachos piensan así de él sobre todo porque lo consideran un ser enteramente diferente de ellos. Pero no lo es; todo muchacho tiene oportunidad de salvar una vida, de ser un héroe, si se prepara como es debido.

Es enteramente seguro que, casi todos vosotros, Scouts, presenciaréis algún día un accidente; y entonces, si sabéis lo que hay que hacer y lo hacéis prontamente, obtendréis para siempre la satisfacción de haber salvado una vida, o de haber prestado ayuda.

Estad listos

Recordad vuestra divisa: "Siempre listos". Siempre listos para prestar ayuda en un accidente, porque os habéis preparado de antemano y sabéis lo que hay que hacer en las diferentes clases de accidentes que pueden ocurrir.

Siempre listos, para hacer lo que deba hacerse en el mismo momento en que ocurra el accidente.

Voy a explicaros lo que hay que hacer en diferentes clases de accidentes y vosotros lo practicaréis cuando os sea posible. Pero lo importante para vosotros, Scouts, quienquiera que seáis y cualquiera que sea la cosa que estéis haciendo, es pensar "¿qué clase de accidente podría ocurrir aquí? " y "¿cuál es mi deber si ocurre"? Entonces estaréis listos para actuar.

Tomasito, el Pie Tierno. No. 10.
Tomasito en la calle.
Tomasito es un peatón alocado.
Que se apea del ómnibus sin ningún cuidado.

Y, cuando el accidente ocurra, recordad que, como Scouts, es vuestro deber ser los primeros en acudir a prestar ayuda. Jamás permitáis que un extraño se os adelante.

Pensar de antemano

Suponed, por ejemplo, que os encontráis en la plataforma de una estación llena de gente, esperando un tren.

Pensáis para vosotros mismos: "Si alguna de estas personas llegara a caerse de la plataforma a los rieles al acercarse el tren, ¿qué podría yo hacer? Debería saltar inmediatamente y empujarla fuera de la vía para el lado de enfrente, ya que, de todos modos, no habría tiempo para subirla de nuevo a la plataforma. Mas, si el tren estuviere ya demasiado cerca, el único modo de salvarla sería tendiéndome y haciéndola que se tendiera entre los rieles y esperar así a que el tren pasara por encima de ambos".

Entonces, si este accidente llegara a pasar, saltaríais inmediatamente poniendo en práctica vuestra idea, mientras que todos los demás sólo correrían de un lado para otro, gritando y sin saber qué hacer.

Un caso así ya ocurrió. Una dama cayó de la plataforma en la estación de Finsbury Park, en Londres, en el momento en que entraba el tren. Un hombre llamado Alberto Harwick saltó y se tendió sobre los rieles, teniéndola también a ella y sujetándola, mientras el tren pasaba por arriba de ellos sin tocarlos.

En cambio, ocurrió una escena bochornosa en Hampstead, donde, frente a una multitud, se ahogó una mujer en un estanque poco profundo, después de luchar desesperadamente durante media hora. ¡Y no hubo ninguno que tuviera el arrojo suficiente para echarse al agua y salvarla! Parecería imposible que tantos hombres hubieran podido permanecer parados en la orilla, nada más que hablando; pero así fue, para eterna ignominia suya. El primero que llegó, en vez de arrojarse al agua, se limitó a llamar a otro. Luego llegaron varios; pero, al ver que los que allí estaban no se metían, cundió una especie de miedo misterioso, por la que ninguno se atrevió a auxiliarla, dejando que la pobre mujer se ahogara frente a ellos.

Lo que puede hacer un Scout

Si allí hubiera habido un Scout, seguramente habría sido muy diferente. Hubiera sido la gran oportunidad para que se luciera un Scout. Él se habría acordado de su adiestramiento.

Cumplid vuestro deber.

Ayudad a vuestros semejantes, especialmente si se trata de una mujer.

No os importe que otros se echen para atrás.

Arrojaos con decisión, atendiendo al objeto que perseguís, sin considerar vuestra propia seguridad.

Los muchachos tienen la idea de que son demasiado jóvenes o demasiado pequeños para tomar parte directa en un salvamento. Pero esto es un gran error.

Desde que escribí este libro, miles de casos han ocurrido en que los Scouts han saltado al agua para salvar a personas que se estaban ahogando, donde la multitud tenía miedo y no ayudaba en nada.

Entre los Scouts, tenemos medallas al valor que se otorgan por actos de heroísmo y por salvamento de vidas.

Que todo Scout se prepare para ganar una de estas medallas.

Algún día podrá ocurrir un accidente delante de vosotros, que os brinde la oportunidad. Si habéis aprendido de antemano lo que hay que hacer, podréis adelantaros inmediatamente y hacer lo debido y, posiblemente, ganaréis una de esas medallas. Pero, en cualquier caso, tendréis algo que es infinitamente mayor que una medalla: la satisfacción de haber ayudado a uno de vuestros semejantes, aún con peligro de vuestra vida.

 

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