Sistema de Patrullas
Capítulo IV

¡Cuándo dirigirá el Guía?


 

La respuesta es sencilla: ¡SIEMPRE!. El Guía de Patrulla debe dirigir los juegos como "capitán de su equipo", los trabajos, las diversiones y siempre que sea posible, la enseñanza y su adiestramiento. Dirige los "Consejos de Patrulla", las salidas y excursiones y... todas las actividades. Un buen Jefe de Tropa rara vez dirige a toda la Tropa reunida. Da sus órdenes y supervisa a los Guías y éstos, con sus Patrullas, las ejecutan.

No se debe pensar que disminuye la autoridad cuando se sabe perder el tono autoritario poniendo manos a la obra cuando es preciso. Por el contrario, la autoridad aumenta.

Para dirigir se necesita flexibilidad y buen tacto. Ante el pretencioso que cree saberlo todo, hay que ser categórico y seco. Ante el apático, que nada sabe, ni pretende salir de su apatía, o carece de iniciativa para mover un dedo sin que se lo manden, hay que ser enérgico sin ser agresivo, animarlo y despertarlo con inteligencia. Tal muchacho no obedece sino cuando el Jefe lo vigila. Otro necesita que se le explique punto por punto el trabajo que va a realizar. Un tercero cree que se haría mejor de otro modo Si se tropieza con un "Pietierno" tímido siempre pensando en que se va a equivocar, hay que quitarle ese temor. Si por el contrario, se trata de un muchacho con iniciativa, se le puede confiar una misión y dejarlo tranquilo dándole amplia libertad para que se desenvuelva por si mismo. Hay alguno a quien le gusta trabajar solo y otros que prefieren que se reparta el trabajo.

Las órdenes del Guía de Patrulla variarán ya que ha cada uno deberá  explicarlas de manera que logre hacerse obedecer de unos y otros. Pero para todos se necesita "paciencia".

En realidad todo esto es algo difícil, pero se aprende con la experiencia. Más adelante, el Guía apreciará a su Patrulla por cuanto habrá  aprendido, durante su permanencia con ella, mucho de la vida social. Porque, en el fondo, la Patrulla es la pequeña fábrica, una diminuta oficina y taller de la colectividad de la cual formará  parte durante su vida y a la que tal vez tenga algún día que dirigir. Es en resumen, la representación en pequeño de las colectividades en las que luego ha de desenvolverse.

El orden es una gran cualidad para poder dirigir bien. El Guía de Patrulla que pierde su tiempo procurándose un lápiz o un pedazo de cuerda, disminuye su capacidad para el trabajo útil. Se ha observado que las habitaciones de los mejores Guías que hemos conocido, son un ejemplo de orden y limpieza. En esto como en todo, un Guía de Patrulla debe ser ejemplar.

El único medio de tener ordenado cuanto se refiere a una Patrulla consiste en usar el "cuaderno de Patrulla". Este debe ser lo suficientemente pequeño para poderlo llevar el Guía en el bolsillo y con las hojas necesarias para contener lo necesario. En éste llevará  toda la documentación de la Patrulla en la mínima expresión. Un buen "cuaderno" es un inestimable tesoro, cuya pérdida constituiría una verdadera desgracia. Cuando éste ya no se use, la Patrulla lo conservara cariñosamente en su archivo.

Condición indispensable para dirigir bien una Patrulla, es conocer a fondo a sus compañeros. Para ello no bastan las reuniones de Tropa y las excursiones. Existen magníficos muchachos cuando visten de uniforme, pero que resultan insoportables y groseros en sus casas, en la escuela, en el taller o en la oficina.

El Guía debe saber donde están empleados cada uno de sus Scouts y conocer a sus padres, ganándose la confianza de éstos y mostrándoles el verdadero valor del Escultismo. Y es indudable que también debe conocer las impresiones de los jefes o profesores de donde desempeñan trabajos o estudian sus Scouts. Todo ello le revelará  muchas cosas sobre la conducta de éstos cuando están fuera de la Patrulla, podríamos decir, en su vida privada.

También aumentará el prestigio del Guía ante la Patrulla si desarrolla continuamente sus conocimientos, sus aptitudes, su iniciativa, sus propias ideas v sus recursos en todo momento, lo que será  muy bien considerado por sus Scouts.

Para poder dirigir adecuadamente es necesario saber obedecer, conocer el Escultismo, tener paciencia y tacto, ser ordenado y conocer íntimamente a quienes se dirige.

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