Sistema de Patrullas
Capítulo XVIII
Como fundar una Tropa
con el Sistema de Patrullas


 

Todo el que tenga alguna experiencia en Escultismo dirá a quien se proponga fundar una Tropa: "Comience con pocos muchachos". El gran error que puede cometerse es precisamente iniciar una Tropa con muchos Scouts o mejor dicho, con muchos muchachos uniformados. Es mucho más fácil adiestrar y dirigir a unos pocos muchachos que a un número elevado de ellos, lo cual es lo que realmente deslumbra a los ignorantes. Tal error proviene de la fascinación que el número ejerce en el espíritu humano y de la falta de carácter para resistirla. Los buenos Jefes, los que comprenden bien el Escultismo, prefieren siempre un pequeño número que les permita actuar a fondo.

Para fundar una Tropa trabajaremos con pocos muchachos quienes después, serán los Guías de Patrulla. El número vendrá  luego y habrá elementos preparados para dirigir la Tropa. La primera preocupación consistirá en convencer a los Guías y Subguías de que sus Scouts esperan ser dirigidos y tienen necesidad de serlo. Imbuidos de este principio inicial y adecuadamente guiados desde el comienzo, ellos seguirán adelante y la Tropa tendrá  asegurado el éxito.

Para fundar una Tropa es preciso ante todo provocar una reunión de muchachos o aprovechar alguna que se efectúe en cualquier escuela o en otro lugar. Si no se cuenta con la necesaria elocuencia o con la capacidad o competencia en estas materias, hay que procurarse una persona que sepa hablar a los muchachos; esta persona puede ser, por regla general. un Jefe de Tropa, un Comisionado de Distrito o un miembro del Consejo Scout Local.

Después de haber explicado el Escultismo, bajo los aspectos más apropiados para despertar el entusiasmo, se anunciara la fundación de la Tropa y se anotarán los nombres de los que deseen formar parte de ella. A ser posible, deberán distribuirse algunos folletos para interesar a los padres y obtener su aprobación. Al terminar la reunión, el futuro Jefe de Tropa, escogerá a diez o doce muchachos que cera mejores, para comenzar con ellos, eliminando a los elementos inaprovechables y substituyéndolos por otros. Los mismos Scouts pasarán las pruebas de Tercera Clase y prestaran la Promesa Scout. Entonces podrán usar el uniforme. Al cabo de algunos meses serán Scouts de segunda clase. Entonces se nombrarán los Guías y Subguías de Patrulla.

En este momento es cuando será necesario entrar en contacto nuevamente con los muchachos que se inscribieron meses antes. Se celebrará una segunda reunión y se formarán las Patrullas a razón de 6 a 8 Scouts incluidos el Guía y el Subguía.

Es indudable que el entusiasmo de la primera reunión habrá decaído bastante, pero a pesar de ello podrá  reavivarse rápidamente, si el Jefe se toma este trabajo. Además, los que hayan conservado el deseo de ser Scouts, darán mucho mejor resultado que los que, habiéndose adherido en el ardor del primer momento, hayan perdido después su interés.

Casi todos los Jefes encuentran multitud de razones para comenzar con un gran número de muchachos. Esto no impide repetir con insistencia: "Comiencen siempre con un número pequeño; la experiencia aconseja hacerlo así".

Hay que señalar también, muy especialmente, que no se debe precipitar la formación del primer núcleo de Guías de Patrulla. Nada que pueda durar se creará en un par de días. Igualmente es recomendable la mayor prudencia para la concesión de permisos para que las Patrullas efectúen excursiones solas, bajo la dirección y responsabilidad de su Guía. Esto no deberá hacerse hasta conocer a fondo al Guía de Patrulla.

Tampoco se deben nombrar oficialmente los Guías hasta que hayan preparado debidamente a sus muchachos para la tercera clase. Todo nombramiento debe ir precedido de una conversación entre el seleccionado y el Jefe de Tropa, durante la cual, el jefe le expondrá lo que espera de todo Guía, tanto respecto a los muchachos que se le confían, como el Movimiento en general. Salvo en un caso de urgencia absoluta, sería un grave error nombrar al Guía de Patrulla sin estos preliminares.

Gracias a todo esto, los Guías llevarán cierto adelanto a sus Scouts desde el punto de vista de sus conocimientos del Escultismo, faltándoles únicamente mantener esta ventaja con su trabajo.

Este libro puede terminar con las siguientes palabras de Baden-Powell:

"En todos los casos recomiendo muy especialmente el Sistema de Patrullas, es decir, grupos pequeños de muchachos bajo la dirección y responsabilidad de uno de ellos llamado Guía de Patrulla."

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