Esta
semana el turno es para, |
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Promediando la década de los ’80, cuando
la dictadura finalizaba en el Uruguay y el universo musical
criollo se reducía casi exclusivamente al canto
popu, un hombre tuvo una grandísima parte en el
resurgimiento y difusión del rock uruguayo.
Tuvo que sortear muchos prejuicios. En una coyuntura política
delicada, y con los nervios a flor de piel por 12 años
de gobierno de facto y la injerencia norteamericana en
las dictaduras de América Latina, el rock era visto
por muchos prejuiciosos como un vehículo extranjerizante,
uno de los bastiones del imperialismo cultural del norte.
Como todos los fenómenos masivos y que traspasan
fronteras, el rock, sin embargo, era un caso bastante
más complejo de analizar.
Ese hombre era Alfonso Carbone, que luego de haber vivido
el auge y caída de la música punk en Londres
y haber recorrido parte de Europa en tiempos de nuestra
dictadura, regresó al país para dar empuje
al movimiento del rock a partir de 1983.
Ya sea con su trabajo de difusión a través
de los medios de comunicación (Concierto al Sol,
el extenso y sublime Ruta 66 en Emisora del palacio, Videoclips
, Alternativa o Control Remoto en televisión),
cumpliendo funciones de productor de algunos de los discos
más representativos de la movida, como los compilados
Graffiti, Tango que me hiciste mal de los Estómagos,
Los Tontos, todos a través de su sello Orfeo, o
incluso tras bambalinas de diversos shows de artistas
nacionales e internacionales, Carbone se convirtió
en un referente fundamental para toda una generación.
Con él llegó toda una camada de periodistas,
entre los que se encontraban Tabaré Couto, Andrés
Sanabria, Daniel Renna, Pablo De León y Aldo Silva,
entre otros. Juntos aportaron un aire vivificante a un
envejecido panorama de la música local. ¿Qué
se ha hecho de Carbone y algunos de sus compinches?
Lejos de desaparecer, Alfonso dio un salto grande en una
carrera que ya llevaba muy buen ritmo. Hace más
de diez años, recibió la oferta de emigrar
a Chile para trabajar en el sello Warner Music. Hoy en
día es presidente de Warner Chile así como
de la Asociación de Productores Fonográficos
de dicho país, referente ineludible en aquel país
en lo que refiere a iniciativas empresariales en el rubro.
Recientemente obtuvo de manos del propio mandatario chileno
Ricardo Lagos el premio a la música “Presidente
de la República”, que otorga el galardón
al actor más destacado del año en el panorama
cultural chileno, que recayó en manos de Warner
y nuestro protagonista de la semana.
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Carbone con el
presidente Lagos |
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Sin planes de retorno al Uruguay, Carbone disfruta este
momento de su carrera al máximo en Chile. Como
dato curioso puede mencionarse que es el “padrastro”
de Gonzalo Yánez, solista pop que rota regularmente
sus videos en MTV y sus canciones en varias radios de
América Latina, incluyendo Uruguay. Junto con Carbone
está Tabaré Couto, gerente de marketing
de Warner. El resto de la troupe está desperdigada
entre Uruguay y el resto del mundo. Los más conocidos
son Andrés Sanabria y Aldo Silva, director de Bizarro
Records e informativista de Canal 12, respectivamente,
mientras que De León y Renna ejercen el oficio
de DJ y periodista en España.
Como en las épocas en que esperábamos ansiosos
la hora de comienzo de Videoclips o Control Remoto, Alfonso
Carbone sigue manteniendo su look inconfundible, un tupido
y renegrido bigote, sumado a una expresión de bonhomía
en el rostro, la misma que uno espera de un tío
bonachón que trae regalos en todas las fiestas.
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