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La artista argentina se suma al espectáculo “Ni un golpe más”, de Wosh Machin, contra la violencia machista.
¿Cómo hablar de violencia de género sin caer en el mismo juego de siempre de informar sin ayudar a combatir?
A través del arte, un arma de revolución, el dramaturgo uruguayo -aunque le da un poco de pudor esa palabra- Wosh Machin creó el espectáculo Ni un golpe más, donde desde la voz de víctimas de la violencia machista devenidas en actrices, se busca concientizar de un problema social en ascenso.
"A veces se toca la violencia de género en otros ámbitos, pero no desde lado del respeto, sino ese lado de informar. Yo creo que hay mucha información y poca prevención, entonces me pasa mucho que me proponen hacer la obra y dicen que no hay presupuesto. No hay presupuesto para prevención, pero sí para difundir que mataron. Entonces entendí que había que hacer algo que sea de prevención y ahí es donde decidí unir nuestro arte con el arte de Paz (Miss Bolivia). Para nosotros el teatro de conciencia es una revolución cultural, por eso es que no la puedo catalogar mucho en algún casillero, porque para mí es una revolución y necesitaban realidad, que me acompañe gente revolucionara, que tuviera pasión y determinación por lo que están haciendo y el feminismo no deja de ser una revolución que no significa una demagogia de odio al hombre, el rechazo a la violencia machista que existe y que es la que mata", cuenta Wosh Machin a Montevideo Portal.
En esa búsqueda, envió un mail a la persona que representaba la revolución en acción: Paz Ferreyra, más conocida como Miss Bolivia. La psicóloga, música y escritora argentina, referente del feminismo en la región, aceptó de primera la propuesta porque no hay nada más revolucionario que militar en vivo y en directo.
"Yo siempre pienso en generar algún servicio social a través de la música, del arte o de las comunicaciones que hacemos. Ver de qué manera se puede aportar un humilde grano de arena para que este mundo sea un mundo menos mierda, para hacerla corta. Y creo muchísimo en la potencia transdisciplinaria. Está buenísima la música, están buenísimas las artes escénicas, el cine, la literatura... pero creo en el poder y el potencial de las artes para fusionarse o enredarse y cubrir de ese modo de comunicaciones urgentes y necesarias para la sociedad, generar un feedback de mayor impacto a la hora de transmitir", explica la cantante sobre por qué aceptó participar con su voz y su actuación en el espectáculo de Wosh Machin.
"Mi compromiso con esta lucha va por la cuestión de hacer canciones, elaborar letras, transmitir, pero también tiene que ver con estar y poner el cuerpo. Entonces yo le podía decir ‘bueno, te mando un vídeo y proyectalo en la pantalla del teatro Metro', pero me resultó muy interesante y me pareció necesario estar", añade la artista.
Tanto el director como la cantante concuerdan en que la militancia desde el escenario sirve -tanto para quienes están sobre las tablas, como para los espectadores- para "exorcizar" experiencias de vida y formar una nueva cabeza.
"Están buenas las latas de la tele y de Netflix, pero me parece súper interesante el tiempo real, porque te pega a dónde te tiene que pegar. Es una obra que interpela, te pone un espejo donde ves ‘vos como sociedad sos esto, ¿qué vas a hacer con esto?', y te vas a tu casa haciéndote una pregunta", remarca Miss Bolivia.
En un momento donde la lucha feminista se ha bastardeado en muchos medios y calificado de movimiento "de moda", la cantante lamenta la actitud, pero busca el lado positivo.
"Si está en boga cada vez más el tema de la violencia de género y los femicidios creo que por una parte tiene que ver con el trabajo de visibilización, en el cual me incluyo. Y lamentablemente también está visible porque cada vez hay más, es una cuestión de estadística: cada vez se visibiliza más, cada vez se denuncia más en acciones, se previene, se empodera, pero también pica en rojo todo el tiempo el tema de la violencia de género. Entonces hay que acompañarlo con acciones acordes y si alguien quizás pueda pensar que está de moda, bueno que sea una moda, que se denuncie más entonces", recalca.
La obra, que es un repaso por todos los tipos de violencia (en el hogar, en la calle, en las redes, la violencia contra los niños y la homofobia), llega en pleno avance de la revolución, en un momento bisagra para conseguir entender que el respeto "es un patrón de conducta de vida", cierra Wosh Machin.
Ni un golpe más será este 16 de noviembre, a las 21 horas, en el Teatro Metro. Localidades por $ 500. Apoya Mujeres de Negro Uruguay.
Montevideo Portal | Lorena Zeballos
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