Algunos de los 33 mineros atrapados en Chile están muy contentos pero temerosos de subirse a la cápsula que los llevará a la superficie desde el fondo de la mina -probablemente el miércoles-, mientras que otros están más dispuestos a salir como sea.
En el caso del minero Darío Segovia "está muy contento, pero muy, muy nervioso", contó a la AFP su hermano Alberto, después de hablar con él pocas horas después de que una perforadora alcanzó a los trabajadores tras excavar un ducto de 622 metros por el que serán izados al interior de una cápsula.
"No quiere ser el primero, porque tiene miedo. Nadie quiere ser el primero. Imagínate subir 700 metros", explica su hermano. Darío, de 48 años, es un minero de larga data aunque hacía poco tiempo que trabajaba como perforador en la mina San José donde quedó atrapado el 5 de agosto.
Clarina Segovia, hermana del minero Víctor Segovia Rojas señaló que su hermano está "muy nervioso".
"Está muy feliz pero tiene miedo de la cápsula, se puso muy nervioso", dice a la AFP. Pero agrega enseguida: "De todas maneras él sabe que es la única opción que tiene, así que si quiere salir, tendrá que salir así".
De todas maneras Víctor quiere seguir siendo minero. "Así le den toda la plata del mundo. El dice que cuando se es minero, se es minero para siempre", cuenta su hermana.
El minero Renán Ávalos Silva, de 29 años, está "muy, muy nervioso ahora", contó su medio hermano Juan González Silva, aunque lo único que piensa es en salir. "Y dice que saldrá como sea".
Lo mismo piensa su compañero Carlos Barrios, de 27 años. "El quiere salir ya", cuenta su tío Crisólogo Rojas.
"El no tiene miedo. Los 33 niños son fuertes. Sobrevivieron 17 días apenas con una lata de atún. Sobrevivir lo llevan en su ADN", precisó.
Según el ministro de Salud, Jaime Mañalich, los 33 mineros atrapados en el fondo de la mina San José están ansiosos por salir pero en estos instantes finales también han mostrado gestos de solidaridad y accedido a ceder su turno en el orden de salida final.
"Quiero ilustrar lo que ellos están viviendo hoy con una conversación que sostuvimos ayer: los entrevisté para comentarles que teníamos que establecer un orden de ascenso y que ese orden se iba a determinar en concordancia con ellos en razones técnicas", relató este domingo el ministro en rueda de prensa en las afueras del yacimiento San José.
"¿Y cuál fue la reacción de ellos? 'Ministro, muy bien, pero yo quiero ir último'. Después salió otro y dijo: 'No compadre, yo había dicho que yo era el último'. '¡No, no si yo soy!', aparecía otro por allá", agregó Mañalich.
Los mineros quedaron atrapados el 5 de agosto pasado y serán rescatados a partir del miércoles tras 69 días de encierro.
Deberán subir en una cápsula de 53 cm de diámetro, en un trayecto que se extendería por unos 15 minutos, aunque toda la operación de salida tardaría cerca de una hora por cada uno de los mineros.
Durante todo el ascenso serán monitoreadas sus condiciones de salud, y en caso de emergencia, podrán desprenderse de la cápsula de cuatro metros de extensión diseñada especialmente para el operativo.
Asistencia psicológica
Los 33 trabajadores recibieron este domingo la última de seis clases para enfrentar entrevistas y sortear preguntas incómodas, informó a la prensa el periodista que los capacitó, Alejandro Pino.
"Mi trabajo no fue decirles qué es lo que deben hablar. Esa no es mi labor. No les di pautas. Lo que hicimos fue ensayar preguntas, para ver cómo reaccionaban, preguntas complicadas, indiscretas", dijo Pino, quien impartió las clases como funcionario de la Asociación Chilena de Seguridad, institución particular que apoya en las labores de rescate.
Aunque no quiso dar detalles de las preguntas, Pino precisó que en algunos casos los mineros se incomodaron. "Fue a través de videoconferencia. En algunas preguntas se molestaban y yo les decía que no se molestaran, que pusieran buena cara, que sonrieran y respondieran: 'no quiero contestar ahora, creo que no es el momento'", explicó.
"Nos dedicamos a la entrevista y la conversación, ellos contándome detalles de su vida de cómo se hicieron mineros, de qué es lo que piensan hacer al salir de la mina, pero las respuestas que me dieron no las voy a decir", aclaró Pino.
Las comunicaciones con los mineros se realizan mediante videoconferencia, a través de un cable de fibra óptica que desciende hasta las profundidades, por el ducto que trazó a fines de agosto una máquina de sondaje.
"Una cosa es lo que les enseñe yo y otra es lo que quieran hacer ellos. Tal vez quieren hablar apenas salgan, o tal vez de aquí a dos meses, eso depende de ellos", añadió Pino.
Los mineros permanecen atrapados a 700 metros de profundidad desde el 5 de agosto dentro de la mina San José, ubicada a 800 km al norte de Santiago, en pleno desierto de Atacama.
Una máquina de sondaje los contactó después de 17 días en que nada se supo de ellos y, de no mediar inconvenientes, serán rescatados el miércoles, uno a uno, dentro de una cápsula que ascenderá a través de un ducto de 70 cm de diámetro. El tramo inicial del túnel era reforzado el domingo por el equipo de rescate.
(AFP)
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