Nacida en Montevideo el 18 de mayo de 1922, Bardesio dio testimonio de su talento durante 70 años. Jules Supervielle la definió en 1947 como "grande poéte". “Por edad, pertenece a la generación de Idea Vilariño, Amanda Berenguer, Ida Vitale y Gladys Castelvecchi. Si bien partieron de un mundo común de sensibilidad e imágenes, el desarrollo de sus obras muestra que Orfila no se parece a ninguna. No sólo porque el desarrollo posterior de sus escrituras difiere, sino porque el grado de recepción y reconocimiento hacia ella fue siempre menor, casi inexistente. Tiene que ver un poco con su alejamiento del ambiente, con cierta renuncia a figurar en las góndolas de la oferta cultural, pero también con su propia elección poética, férreamente autolimitada, encerrada en un universo de "bellas letras", afirmó Mercedes Estramil (diario El País, 27 de octubre de 2006).

Su primer libro, Poema, fue publicado en 1946. Le siguieron Voy (poesía, 1939), La muerte de la luna (poesía, 1942), Poema (1946), Uno/Libro 1º (1955, Uno/Libro 2 (1959), Canción (1970), Uno /Libro 3º (1971), Juego (poesía, 1972), La flor del llanto (poesía, 1973), El ciervo radiante (poesía, 1984), Antología poética (1994) y La canción de la tierra (2009), según información difundida por la Intendencia Municipal de Montevideo.

“Un puñado de confianza”

No quedará nada.

Nuestros huesos

se volverán polvo,

nuestros objetos

serán repartidos

entre herederos,

nuestras fotografías

durarán muy poco,

ya que la luz las borrará,

-de modo que de nuestros rostros

se extinguirá toda huella.

Cuando Dios venga

a juzgarnos,

¿qué encontrará

entre miles de millones

de otros que habitaron la Tierra

y luego se perdieron

en la noche de los tiempos?

Cuando nos interrogue,

¿qué escuchará salir

de nuestros labios imposibles?

Los signos de billones

de seres que fueron

y serán hasta el final,

¿dónde se alojarán

para esperarlo?

Se extenderán sin forma

por el aire,

¿cómo los reconocerá?

¿Recordará siquiera

nuestros nombres?,

¿y si los pronunciara,

después de tanto espacio silencioso,

recordaremos lo que fuimos

para acudir a su llamado?

Un latido, un suspiro,

una letra, un miedo

blanco de conejo,

un excremento de mosca,

un trébol pisado por animales,

serán más que nosotros

en el suceder de los días,

los lirios habrán durado

más que nosotros.

 

(Fragmento del poema “Un puñado de confianza”, del libro “La canción de la tierra”, publicado por Cal y Canto en 2009).