El paso por el Rio de la Plata del criminal nazi Joseph Mengele, responsable de atroces experimentos con seres humanos durante la Segunda Guerra Mundial es conocido desde hace décadas. A mediados de los años ‘60, Ilse Bernatzky, ex funcionaria judicial de Nueva Helvecia, escuchó en la radio una lista de criminales nazis buscados en todo el mundo. En ese momento, cayó en la cuenta de que ella misma había presidido el casamiento civil de Mengele en 1958, cuando el criminal contrajo nupcias con la viuda de su hermano.
En aquel momento, Bernatzky se comunicó con la radio El Espectador, que difundió la noticia. En el año 2000, los periodistas Carlos Peláez y Gabriel Monteagudo investigaron el caso para el diario La República y pudieron comprobar el paso de Mengele por la localidad coloniense, llegando a hallar y publicar la carátula del acta de matrimonio.
En 2008, el uruguayo Héctor Amuedo comenzó a indagar en el asunto, se trasladó a Nueva Helvecia y logró dar con toda la documentación relacionada con la boda de Joseph Mengele con Marta María Will, viuda de su hermano Karl Thadeus Mengele.
Desde entonces, Amuedo ha seguido la pista rioplatense del "Ángel de la Muerte", que falleciera en Brasil en 1979. La última de dichas pesquisas lo llevó al Archivo General de la Nación, en Buenos Aires, donde halló información que puede resolver uno de los puntos oscuros acerca del paso de Mengele por la región.
Amuedo contó a Montevideo Portal que, a modo de "botín de guerra", se trajo más de cuatrocientas copias de documentos relacionados al caso, los que ahora estudia en detalle. Sin embargo, uno de los datos encontrados llamó especialmente su atención, porque podría aclarar una cuestión en la que los historiadores no se ponen de acuerdo: cómo y cuándo llegó Mengele a América.
"Mengele llegó a Buenos Aires en 1949, proveniente de Génova, con pasaporte de la Cruz Roja y bajo el nombre de Helmut Gregor", recuerda Amuedo. "Unos documentos dicen que llegó en el vapor Philippa, el día 20 de Mayo de 1949 y otros dicen que llegó a bordo del vapor North King, el 20 de junio de ese mismo año. Ambos navíos pertenecían a la compañía ‘Florida' y navegaban con bandera panameña", añade.
En Buenos Aires, Amuedo buscó las listas de pasajeros de ambos navíos en las fechas del supuesto arribo de Mengele. Allí, comprobó que "las listas de pasajeros del North King de ese mes faltan, han desaparecido, o al menos no están donde debieran y habrá que seguir buscándolas". Por otra parte "en las listas de pasajeros de Mayo de 1949 del Philippa, figura Helmut Gregor, con el número de pasajero 920, pero el nombre aparece tachado con un trazo de lápiz rojo".
El investigador explica que esa tachadura indica que el pasajero no llegó a embarcar. "Todos los demás pasajeros tienen, a la izquierda de su nombre e inmediatamente después de su número de pasajero, un número que es el del pasaje. Helmut Gregor no lo tiene". La ausencia de ese "boarding pass" confirmaría que el criminal de guerra jamás llegó a embarcar. Y si bien la desaparición de las listas del North King no permite chequear la presencia de Mengele en dicha nave, "hay una tarjeta de Migraciones que dice que llegó en ese barco el 20 de junio de 1949".
Para Amuedo, este hallazgo "termina con la polémica y confirma que llegó en el North King" ya que la información coincide con las anotaciones que Mengele hizo en sus diarios durante su estadía en Génova, donde permaneció encarcelado entre quince y veinte días.
El investigador recuerda que Mengele contaba con un "amigo" en la policía genovesa, que a cambio de un soborno debía allanarle el paso hacia América. Para su desgracia, dicho funcionario estaba de licencia cuando Mengele intentó emprender su viaje transoceánico.
"Su pasaporte decía que era de Termeno, Italia, pero como no hablaba una palabra de italiano, los policías sospecharon que algo andaba mal y lo retuvieron" cuenta Amuedo. Finalmente, el policía corrupto regresó a su puesto y se encargó de liberar a Mengele y "legalizar" su situación. Si bien los diarios del criminal de guerra no hacen mención al navío Philippa y sólo nombran al North King, la confrontación de datos permite deducir que Mengele tenía pasaje en el primero de los barcos, pero no pudo embarcar porque estaba en prisión. Tras ser liberado, viajó en la otra embarcación.
En opinión de Amuedo, el hecho de que la documentación hallada en los archivos porteños coincida con los diarios de Mengele "es importante porque es un dato que confirma que los diarios son auténticos, y hay investigadores que han puesto en duda la autenticidad de los mismos" entre ellos el recientemente fallecido Carlos De Napoli, historiador argentino con quien Amuedo colaborara.
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