La asunción de gobiernos de signo diverso a los predominantes en las
últimas décadas en América Latina y de orientaciones aun
imprecisas en muchos aspectos, ha reavivado el debate en torno al ''populismo'',
término utilizado en ocasiones en forma demasiado laxa para definir estrategias
y rumbos. ¿La región asiste a un nuevo auge de esta forma de hacer
política? ¿Hay alternativas de desarrollo tras los discursos nacionalistas
e integracionistas? ¿Son Hugo Chávez o Evo Morales, efectivamente,
líderes populistas? ¿Y Néstor Kirchner? ¿Por qué,
en este marco, Brasil parece haber cedido el liderazgo regional?
Estos son algunos de los temas abordados en esta nueva entrega de ''Charlas
para armar''. Una mesa de especialistas, aprovechando la presencia en el
país de Kurt Weyland, doctor en Ciencia Política de la Universidad
de Stanford y profesor en el Departamento de Gobierno de la Universidad de Austin,
Texas. Junto a él, compartieron la charla con dosmil30 los doctores en
Ciencia Política Constanza Moreira y Jorge Lanzaro. Moreira es directora
del Instituto de Ciencia Política y Lanzaro investigador del mismo.
ENTREVISTA DE FERNANDO ROSENBLATT
- Tomando en cuenta que el populismo es un concepto que ha vuelto a
las páginas de la prensa, me interesaría saber cómo lo
definirían ustedes.
- Kurt Weyland (KW): Mi definición enfatiza en la política:
un líder personalista que construye su gobierno en base a una relación
directa con las masas. Es una estrategia política con un líder
político, muchas veces carismático, y una base no muy organizada
de seguidores.
- Constanza Moreira (CM): Hay dos sentidos a los cuales asociamos
la palabra populismo en la política latinoamericana. Uno es la falta
de un sistema de partidos y la presencia de líderes por fuera del mismo
o con instituciones partidarias débiles, porosas y cambiantes. La otra
definición es la que se utilizaba en Brasil: el populismo es la forma
de la política cuando las masas se comportan como masas y no como clases,
lo que daría lugar a una política de clases y de partidos. Éstas
son dos vertientes bien distintas que definen el populismo. De todas formas,
yo creo que se usa excesivamente el término populismo para designar diversos
fenómenos en América Latina. Se usa populismo habitualmente en
el sentido que Aristóteles hubiera hablado de un demagogo. Es decir,
un presidente democrático con partidos y elecciones pero que tiene un
vínculo directo con las masas. Digamos, como Kirchner, quien tiene un
partido muy estructurado y con mayoría en el Congreso; vaya si el Partido
Justicialista es un partido y si hay dinámica de clases en Argentina.
Sin embargo se utiliza el concepto de populismo en ese sentido fácil
de líder demagógico que privilegia una relación más
o menos directa con la opinión pública o sin intermediaciones.
Me parece que, de todas maneras se exagera en la utilización del término
populismo. Es un término que está cargado de significado académico
y científico para designar fenómenos de América Latina,
que a menudo no tienen nada que ver con el concepto fácil de populismo.
- Jorge Lanzaro (JL): Creo que el populismo plantea un pantano
político y teórico bastante resbaladizo y que efectivamente está
muy utilizado para la crítica política. En algún momento
fue un término relativamente sencillo de definir e incluso fue trabajado
por los propios latinoamericanos -cosa que no siempre se reconoce en la literatura
actual- para referirse a los populismos clásicos. En términos
de definición me parece que el populismo es una falla de la democracia
y una falla del sistema de partidos. Esto no tiene una carga peyorativa, no
es una condena a los líderes populistas que sólo aparecen, precisamente,
por dos razones: cuando la democracia no cubre efectivamente ciertos aspectos
de la reproducción de masas (políticos, económicos y sociales)
y hay cierta vacancia, cierta disponibilidad de masas. Eso está asociado
a las grietas en el sistema de partidos. Estoy totalmente de acuerdo con la
necesidad de especificar la noción de populismo; en ese sentido, las
notas características que tú (KW) decís, más esta
debilidad del sistema de partidos que deja cierta vacancia. Líderes populistas
aparecen cuando la democracia o el sistema de partidos flaquean.
El otro punto que me parece muy importante, y creo que en ese sentido venimos
trabajando todos, es la periodización histórica del populismo.
Me refiero a una periodización referida a modelos políticos relacionados
con determinados modelos de desarrollo. El populismo de la primera hora es el
populismo de la coyuntura crítica de la incorporación de masas,
del pasaje a la política de masas. Los populismos clásicos -entre
los cuales algunos son exitosos- se institucionalizan y dejan de ser populismos.
Luego empiezan a surgir populismos tardíos desarrollistas, como pudo
haber sido el populismo militar de Velazco Alvarado o el de Alan García.
Fueron tardíos respecto al modelo de desarrollo que acogió a los
primeros populismos. Luego, estuvieron los populismos neoliberales y ahora nos
encontramos con esta tercera ola, que se da en una coyuntura crítica
nueva y es acá donde nos deberíamos concentrar.
- CM: Estoy de acuerdo con la periodización de Jorge. Y respecto a la
incorporación de masas a la política, esa tercera fase de populismos
tiene que ver con un proceso tardío de inclusión de las masas
que no se va a repetir en las claves de los primeros populismos, donde el Estado
tenía una capacidad de intervención económica y de ampliación
de derechos sociales que no tiene en ésta.
- JL: Yo creo que es así, si bien no es el cuadro de la primera incorporación.
La primera incorporación se da en distintos países en distintas
épocas; para nosotros fue a principios del siglo veinte pero para el
resto de América Latina sucedió en diferentes momentos. De todas
maneras, hay cierta vacancia de masas: masas que quedaron vacantes, disponibles,
por ejemplo por retracción del Estado o por fracturas en el sistema de
partidos. Por lo que sí siempre está relacionado a una cierta
incorporación de masas que puede tener distintos sesgos. En este caso,
por ejemplo, puede tener un sesgo de clase, o un sesgo en el sentido que tú
(CM) te referías de ''no clase'' o puede tener el sentido de
etno-populista como nueva matriz de incorporación. Pero, siempre alude
a un nuevo momento de incorporación.
- KW: Pero incorporaciones diferentes porque, por ejemplo, creo que ahora esa
incorporación no es tan profunda. No solamente porque el Estado se retrajo
con el neoliberalismo, sino también porque los grupos que ahora se van
a incorporar son mucho más informales y difíciles de organizar
e incorporar que la clase trabajadora, que fue el fundamento principal en el
populismo clásico. También creo que en los populismos de los años
noventa y los actuales no sólo se apela a sectores que nunca se habían
incorporado -como ser los indígenas en Bolivia- sino también a
muchos que tenían alguna filiación con partidos, con sindicatos,
con grupos de interés, pero con los cuales están insatisfechos
y por ello no se quieren incorporar a ninguna organización, como podría
ser un partido político. Ésa es una de las razones por las cuales
este populismo es más anti-institucional que el populismo clásico.
Este resentimiento anti-institucional es mucho más fuerte que en la primera
incorporación, lo cual significa que los populismos actuales son menos
institucionalizados y organizados que los populismos de Vargas o Perón.
El populismo de Fujimori es claro en este sentido, ya que cuando desaparece
Fujimori desaparecen sus estructuras.
''Los grupos que ahora se van a incorporar son mucho más informales
y difíciles de organizar que la clase trabajadora, que fue el fundamento
principal en el populismo clásico' ' (Weyland) |
ORGANIZACIÓN Y REDISTRIBUCIÓN
- CM: A mí me parece que pese a toda su mala fama, los
populismos clásicos tuvieron un impacto de redistribución política
y en algún sentido también material, hacia los sectores de más
bajos recursos. En algunos casos dejaron, como en el caso de Vargas, un Estado
muy importante. La nueva fase de los populismos latinoamericanos representa
algo positivo, como un acercamiento de la política institucional, de
la política partidaria a la política de los intereses, con manifestaciones
de mayor o menor envergadura. En el caso de Bolivia, creo que la política
se ha ido acercando cada vez más a la sociedad real. En el caso de estos
gobiernos, representan a movimientos indígenas organizados y no sólo
a los desorganizados o desafiliados. América Latina vive una etapa de
mayor acercamiento de la política con los intereses.
- KW: Yo tengo dos comentarios. Primero, que los populismos
tienen una función redistributiva pero creo que eso sólo se extiende
hacia la clase media o trabajadora organizada y, en muchas ocasiones la cuenta
fue pagada por los sectores rurales. Los populismos clásicos no alcanzaron
a redistribuir para los más pobres. En segundo lugar, yo creo que es
verdad que los nuevos populismos -como el de Morales- llevan a un acercamiento
entre la política y la sociedad. Sin embargo, el gran auge de Evo no
estuvo en los movimientos organizados sino justamente en los desorganizados.
- CM: Me gustaría hacer una precisión respecto
de si los populismos tuvieron impactos redistributivos o no. No quiero comparar
cada populismo sino con la historia propia de cada país. En ese sentido,
creo que cada populismo tuvo un impacto redistributivo.
- JL: Respecto a los puntos a favor del populismo clásico
me parece que uno de ellos puede estar en cierta redistribución en los
casos en que se hizo una reforma agraria. Pero creo que el mayor distintivo
favorable fue la incorporación política en sociedades muy fuertemente
oligárquicas. De todas maneras, todo populismo significó una cierta
coalición, por lo que la incorporación fue segmentada, parcial,
dejó fuera a muchos y, por ejemplo, la cuenta la pagaron los sectores
rurales. Aun en México.
¿DESARROLLISMO O SOCIALDEMOCRACIA?
- Digamos que al populismo clásico se lo asoció
con un modelo de desarrollo determinado. Al actual, ¿se lo puede asociar
con un modelo de desarrollo alternativo al neoliberalismo de los noventa?
- KW: Creo que no, porque no hay modelo alternativo de desarrollo.
Lo que ha hecho Chávez en Venezuela no es un modelo alternativo de desarrollo
sino que ha revitalizado el Estado petrolero. Nadie tiene un modelo como tal,
hay modificaciones pero no hay modelos alternativos.
- CM: Yo creo que las alternativas que se dibujan hoy en día
en América Latina tienen que ver con la recuperación del Estado,
de su capacidad de intervención en la redistribución de los frutos
del crecimiento. Ésa es la característica fundamental de los populismos
de la segunda ola de democratización y ésa es la característica
que se dibuja hoy en países como Bolivia y Venezuela o en Kirchner renegociando
su deuda soberana. Esos son los modelos alternativos de la tercera ola de la
democracia. Volver a reivindicar un rol, un territorio significativo del Estado
en la economía, volver a poner en cuestión la discusión
de la soberanía. Me parece que esto está reeditado bajo el nuevo
discurso latinoamericanista. Sí me parece que hay alternativas en el
sentido de que el neoliberalismo supone una concepción del rol Estado
y estos nuevos gobiernos son una alternativa.
- JL: No sé si suponen un modelo de desarrollo en el
sentido estricto. Quizás nosotros nos encontremos dentro de cinco años
y lo discutamos, porque en realidad nunca hubo un modelo keynesiano anunciado
de antemano. Yo no creo que haya un paradigma fuerte en el sentido de un modelo
alternativo, sí hay una inflexión post liberal con puntas más
o menos desarrollistas. Creo que hay sectores que son mucho más socialdemócratas,
que son menos desarrollistas como Brasil, Chile y Uruguay y sectores que son
más populistas y un poco más desarrollistas a veces, no todos
ni en toda su verborragia. Tienen discursos más neo-desarrollistas, no
necesariamente más práctica neo-desarrollista a veces. No es más
neo-desarrollista hacer políticas sociales estilo Banco Mundial que se
hacen en todos lados, todas iguales. Los planes de pobreza, de emergencia, no
son neo-desarrollistas.
''La nueva fase de los populismos latinoamericanos representa algo positivo,
un acercamiento de la política institucional, partidaria, a la política
de los intereses'' (Moreira) |
- CM: Pero nacionalizar el gas, eso sí es desarrollista.
Estatizar es una vuelta desarrollista y eso sí me parece que está
pasando.
- KW: Pero, ¿cuál es el modelo de desarrollo,
por ejemplo, en Venezuela? ¿Van a extraer más beneficios de la
explotación del petróleo? ¿Cómo los utilizan para
desarrollar la economía? Yo creo que sólo se invierte en programas
sociales, lo cual es muy bueno pero, nuevamente ¿cuál es el modelo
de desarrollo?
- CM: El modelo de diversificación en base a la exportación
de un mono-producto generando más empleo ya no existe más.
- KW: Lo que yo no veo es un modelo de desarrollo para la economía;
para diversificar, para aumentar la productividad de la economía. Veo
un mayor poder de negociación pero nada más.
- CM: Debemos tomar en cuenta que en el contexto actual, las
condiciones para la diversificación son otras que en los años
cincuenta.
- KW: Pero por ejemplo, Costa Rica desarrolló toda la
cuestión del turismo y Chávez no lo hace.
- CM: En todo caso, yo me refería a que hay una alternativa
al modelo de desarrollo neoliberal y que lo que Lanzaro llamaba la ola post
liberal se está volviendo una defensa del rol interventor del Estado
en varias áreas y se está volviendo a una cuestión de la
soberanía nacional.
- KW: Pero es más en términos de incrementar
el paternalismo estatal y no el ''productivismo'' y la diversificación
económica: que el Estado tenga recursos para hacer programas sociales
y comprar apoyo político.
- CM: Los programas sociales no sólo sirven para comprar
apoyo político, sobre todo de las poblaciones desafiliadas; para ellos
un programa de emergencia es bueno.
- JL: Lo que no genera es fuentes auténticas de trabajo.
- KW: Yo no soy un especialista en teoría económica
pero sí sé que la explotación de un mono-producto puede
generar obstáculos para la diversificación económica.
''Todo populismo significó una cierta coalición, por lo
que la incorporación fue parcial, dejó fuera a muchos y, por
ejemplo, la cuenta la pagaron los sectores rurales'' (Lanzaro) |
CHÁVEZ, MORALES Y SUS APOYOS
- En el curso dictado en el Doctorado de Ciencias Sociales, el
profesor Weyland decía que pueden existir movimientos populistas, líderes
populistas o gobiernos populistas ¿Bajo qué rótulo se podrían
ubicar los liderazgos actuales de América Latina?
- JL: Por usar etiquetas, populistas en el sentido de ciertos liderazgos
que se distancian de los partidos, uno podría decir que hay de derecha
y de izquierda. A mí me parece que está bien la distinción
de estrategias populistas. Pero como al populismo se lo confunde permanentemente
con la ''política'', con una definición de amigo-enemigo, con
la relación directa con las masas, con la apelación popular
bueno, en definitiva, populistas son todos los líderes exitosos. Los
que son más social-demócratas son Chile, Brasil y Uruguay; populista
es Chávez, con una institucionalización desdeñable, aunque
algunos dentro del chavismo debaten acerca de la necesidad de la institucionalización
y de dejar de estar apoyados por el ejército. Creo que después
hay algunos casos interesantísimos de nacionalismos populares como pueden
ser Kirchner, López Obrador y Alan García, que responden a una
matriz nacional popular y tienen componentes populistas, pero no lo son en el
sentido de la desarticulación de partidos. No es lo mismo Kirchner que
Chávez o que Evo Morales.
- CM: De todos modos, yo me niego a llamarle populismo a cualquiera de las experiencias
actuales en Latinoamérica. Lo que pasa es que la diferencia en América
Latina no pasa por si son o no populismos sino por si funcionan bien o no los
sistemas de partidos. Creo que el populismo, como concepto, confunde más
de lo que aclara.
- KW: Entonces, ¿tú no clasificarías a Chávez o
Evo Morales como populistas?
- CM: Evo Morales no, porque a los populismos los designábamos en la
segunda ola para líderes que tenían capacidad de convocatoria
a masas desorganizadas, destituidos sociales, por eso los líderes populistas
podían donar beneficios sociales. Eso, me parece que hoy, en América
Latina, no está sucediendo.
- KW: Yo veo que Chávez y Evo tienen el apoyo de un núcleo organizado,
pero también el de una masa muy grande.
- JL: No olvidemos que todos estos gobiernos son construidos a partir de un
régimen electoral limpio, hay contiendas electorales efectivas que pueden
no ser competitivas pero son limpias. Mejor dicho, los regímenes no son
competitivos pero las elecciones son limpias. No se trata del apoyo de masas.
No se trata de aquella nacionalización del petróleo mexicano en
el 39, con los mexicanos haciendo cola en el Palacio Nacional para donar sus
joyas y sus dientes postizos.
- ¿Qué es lo que distingue a las estrategias populistas?
- CM: Hay dos cuestiones. Primero se supone que la base social está
relativamente desarticulada, entonces los líderes populistas tienen la
capacidad de distribuir y redistribuir. Por otro lado, se llama una estrategia
populista al manejo irresponsable de las cuentas públicas: no les importa
el déficit fiscal, la inflación, etc. Lo que pasa es que tener
las cuentas en orden es deseable para cualquiera pero hay que balancearlo con
las necesidades sociales.
INTEGRACIÓN LEJANA
- ¿Cómo congeniar el discurso latinoamericanista
con liderazgos fuertes o de distinto estilo que, parece ser, están
entrando en colisión? Hace pocos años se esperaba que se
pudiera conseguir una mayor integración regional pero no fue así.
¿Por qué?
- JL: Creo que la afinidad ideológica no construye una
integración regional; la misma se construye con liderazgos e instituciones.
En ese sentido, el liderazgo de Brasil ha flaqueado. Para un aspirante
a ocupar un lugar permanente en el Consejo de Seguridad de la ONU, no
saber cuidar su propio gallinero es una debilidad.
- CM: Yo creo que la integración latinoamericana
avanza y va a ser más importante en el futuro, más allá
de los conflictos de corto plazo. Me parece que hay dos actores claves
de la integración, uno es Brasil y otro es Estados Unidos. Cualquier
programa de integración latinoamericana va a pasar por Estados
Unidos de una forma o de otra. Con respecto a Brasil, creo que sigue siendo
un gigante ensimismado, más allá de que la cúpula
de la política exterior siga con la idea de explotar su rol como
potencia mundial. Me parece que Brasil está orientado a eso, a
favorecer la relación con las potencias mundiales emergentes de
segundo orden. A la integración latinoamericana, Brasil la ve como
algo instrumental a los efectos de eso. Con ese liderazgo, la cuestión
está complicada. Brasil no está dispuesto a pagar ningún
costo doméstico por la integración latinoamericana.
- KW: Yo tengo una visión más pesimista.
Creo que en términos concretos va a aumentar el intercambio económico,
van a mejorar las conexiones infraestructurales. Pero en términos
políticos veo la integración latinoamericana como muy complicada
por la diversidad de los países y las diferencias de necesidades,
no sólo en términos de orientaciones políticas. Francamente,
el interés norteamericano siempre va a ser un gran obstáculo.
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KURT WEYLAND
El profesor Kurt Weyland visitó nuestro país
en el marco del Doctorado en Ciencia Política de la Facultad de
Ciencias Sociales. Dictó tres conferencias: ''La toma de decisiones
bajo riesgo y una nueva interpretación de la implantación
de los ajuste estructurales y las reformas neoliberales en Argentina,
Brasil, Perú y Venezuela'', ''Reforma de las políticas sociales
en América Latina'' y ''El neo populismo en América
Latina''.
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