"El buen vivir". Ese parece ser el slogan que Carmelo ofrece a los turistas. Este pueblo coloniense -íntimamente ligado más a Buenos Aires que a Montevideo- tiene un catálogo de bodegas con hospedajes o bodegas con propuestas gourmet, en donde la cocina se vincula maravillosamente bien con los vinos crecidos es un terroir particular.
Carmelo viene del catalán El Carmel, un barrio del distrito de Horta-Guinardó de Barcelona. Hoy nuestro Carmelo es una ciudad con una población de solo 18,000 habitantes y seis bodegas que generan un movimiento importante desde lo turístico y lo inmobiliario.
Carmelo es, sin dudas, un polo que compite con Colonia del Sacramento en materia de infraestructura turística y de afluencia de visitantes. El mapa de inversiones y de población ha cambiado en los últimos años. Como a en los siglos XVIII y XIX -cuando las canteras carmelitanas suministraban piedra y cal a Buenos Aires -, hoy los argentinos ponen el ojo en ese vecino cercano.
"Son profesionales con dinero, jubilados, que vieron que a pocas horas de Buenos Aires podían hacer cosas que les satisfacieran", dice un inmobiliario de Carmelo a Montevideo Portal. Así surgieron un barrio privado, el Hotel Four Season, un club de golf y varias inversiones ligadas a emprendimientos ganaderos o vitinícolas.
En este último rubro, el terroir carmelitano es único. Así lo defienden orgullosos sus bodegueros.
Los diversos atractivos de la zona -la Calera de las Huérfanas, la Batería de Rivera y la Estancia y Capilla Narbona, playas y recursos turísticos como la playa Seré y los Balnearios Brisas y Zagarzazú- se vieron fortalecidos por ofertas hoteleras vinculadas a los magníficos vinos de la zona.
En esta punta convergen el Río Uruguay, el Río de la Plata y un poco más arriba el Paraná. Eso ya define un perfil. La carta geológica indica para la región las siguientes formaciones aflorantes en orden creciente de edad: Formación Raigón (Plioceno), Formación Camacho (Mioceno), Formación Fray Bentos (Oligoceno), que se completa con las formaciones Asencio (Cretácico Superior), Formación Mercedes (Cretácico Superior) y Basamento Cristalino (Precámbrico). Estas formaciones no están marcadamente presentes en una zona. Marcelo Irurtia, propietario de la legendaria bodega, explicó que en pocos metros se pueden apreciar cambios significativos en el suelo y eso explica la potencia y perfil de los vinos de la zona.
La periodista canadiense Alyssa Schwartz destacó en una crónica que Carmelo posee una "floreciente reputación como un destino de vinos de primera categoría". Este tono es el que permite una interesante presencia de turistas brasileños y de otros países que compran Carmelo como un paquete turístico con base en Buenos Aires.
BODEGA IRURTIA
Legendaria bodega iniciada en 1913 por el vasco Lorenzo Irurtia. A la producción vitivinícola -con presencia en todo el territorio nacional y exportando- le ha sumado la degustación y los paseos dentro de la bodega. Cuenta con una cava excepcional en donde se guardan vinos de colección familiar. Asimismo, le sumó "Viravento", un emprendimiento inmobiliario. Se trata de un enorme predio con viñedos que ha sido fraccionado para venderlos en parcelas. Se ha vendido el 80% de la oferta. La idea es que Irurtia garantiza la compra de la producción de uva a quien compra la parcela, en donde el nuevo propietario construirá una casa dentro de la viña. También está previsto hacer un parque turístico junto a una de las canteras y viñedos. Junto a la antigua bodega existe un hostal llamado el "Buen Vivir", con cuatro habitaciones para huéspedes.
BODEGA ZUBIZARRETA
Tres hermanos llevan adelante este emprendimiento que está ubicado junto a la Calera de la Huérfanas, sitio patrimonial cerca de Carmelo. Con 60 años, esta bodega incursiona fuertemente en vinos de calidad, y sobre todo ha mostrado versatilidad en tanto ha apostado a la cepa tinta Marselan, con fuerte crecimiento en el Uruguay en los últimos años. Sus vinos Premium se venden en Montevideo en las principales tiendas de vinos. En la propia bodega tienen una zona de degustaciones.
BODEGA EL LEGADO
Bernardo Marzuca y su señora llevan adelante este emprendimiento boutique, en donde el centro es la degustación, el paseo y la pasión por los vinos. Producen Tannat y Sirah. A las dos hectáreas de viñedos bien cuidado y una pequeña bodega, le están sumando 4 pequeños apartamentos para el turismo enológico, que estarán prontos este año. En forma permanente realizan actividades acompañadas de buena cocina y ya es una referencia no solamente para el turista extranjero sino para los propios carmelitanos.
BODEGA CAMPOTINTO
Con inversión argentina, esta bodega apuesta al terroir y calidez de Carmelo, tanto que su eslogan es el "Buen Vivir". Por ello, la oferta es de vinos de calidad sumado a hosteria y restaurante junto los viñedos. Hace pocos días, la zona de degustación y venta se consolidó en un solo lugar: una vieja casona en donde el tono colonial y patrimonial está presente con toda su riqueza.
ALMACEN LA CAPILLA
Antigua bodega carmelitana, liderada por Diego Vecchio y su esposa Ana Paula Cordano. Ubicada frente a Campotinto, este almacén de vinos ofrece una paleta de productos que van desde los propios productos vitivinícolas a conservas, rodeado de un hermoso parque con los viñedos como telón.
BODEGA NARBONA
Esta bodega -de capitales argentinos- retoma la tradición de sus orígenes. En 1909 Juan de Narbona -que trabajaba entre Buenos Aires y Colonia- fundó esta bodega. Con más de 50 hectáreas de viñedos, Narbona tiene una bodega construida en 2010 dentro de casco original. Aquí se dedica a la elaboración de vinos de alta gama. Sus propietarios han conservado el tono colonial de sus construcciones; incluso poseen un pequeño local lindero al restaurante en donde se elabora pan artesanal, con lo cual es frecuente sentir el aroma que desprende la masa cocinada.