Vanessa Estol, la psicóloga uruguaya radicada en México que aspiraba a alcanzar el pico más alto del Everest, tuvo que postergar su sueño para más adelante.
"Con el corazón roto pero mucho aprendizaje, les cuento que esta expedición está oficialmente cancelada. Desde el inicio ha estado llena de obstáculos que hemos logrado superar, pero esta vez ya no depende de nosotros", explicó la montañista en su cuenta de Facebook.
"Para empezar; al inicio de la expedición varios integrantes del grupo salimos positivos en COVID, sospechamos que nos contagiamos durante el trekking a pesar de las medidas estrictas que se establecieron para poder venir (2 PCR y cuarentena de una semana llegando).
En el momento de dar positivos nos fuimos a Katmandú a aislarnos, recuperarnos y repetir pruebas hasta salir negativos para evaluar volver", continuó detallando.
Una vez recuperados y sintiendo que el cuerpo aguantaría la parte más dura del ascenso, volvieron a emprender viaje. "Hicimos una rotación para aclimatar y llegamos a 7200 metros (campo 3) sin usar oxígeno y sintiéndonos bien así que decidimos seguir para arriba.
Se tomaron medidas preventivas como tener un campo base aislado de los demás para evitar más problemas de este tipo y pensamos que el problema del COVID en el base había quedado atrás", contó Estol.
A pesar de que el 23 de mayo Estol llegó al collado sur (cerca de los 8000 metros de altura) pronta para emprender camino a la cumbre en la noche, al despertar -más allá de las inclemencias climáticas- el equipo "estaba mal"; "débiles, asustados". Al regresar al CAmpo 2 (a6500 metros de altura) algunos sherpas (moradores de la región) se encontraban muy mal.
"Bajarnos del collado sur estando tan cerca de la cumbre fue muy duro, pero ahora me doy cuenta de que fue la mejor decisión que pudimos tomar. Una de las personas que dieron positivas al bajar al campo base fue Pique, quien ahora está en Katmandú recuperándose. Si hubiéramos intentado cima esa noche, podría haberse puesto mal allá arriba y hubiera sido una tragedia", agregó la montañista.
"Por suerte estamos todos bien, la cumbre sigue ahí y evaluaré si volver el año que viene. Fue una montaña mucho más dura de lo que me imaginé, requiere toda tu fuerza física y psicológica, estar dos meses acá arriba de 5000 metros no fue nada fácil. Pasamos más de 2 semanas arriba de los 6000 metros.
La gente que me conoce sabe todo lo que luché por cumplir este sueño, meses de entrenamiento, ahorros, planificación... pero la vida es más importante y me voy agradecida de haber dado la vuelta en collado sur y que todos nuestros integrantes y sherpas estén bien", cerró su reflexión.
Este viernes compartió una espectacular foto del Campo 1, donde el quipo pasó 3 noches, donde para llegar hay que pasar por una "especie de laberinto de grietas y bloques gigantes de hielo". "A pesar del miedo y peligro, creo que fue la parte más bonita e impresionante de la montaña", cerró.
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