Por The New York Times | Jori Finkel
LOS ÁNGELES — Esta camioneta de carga beige, una Chevy de 1985, ha recorrido muchos kilómetros. Cuando el artista Ruben Ochoa era joven, sus padres la usaban para vender tortillas en una ruta al norte de San Diego. Cuando Ochoa era estudiante de posgrado a inicios de los años 2000, la usó para trasladarse de Los Ángeles a Irvine, California. Y en esa época, también la transformó en una galería de arte improvisada de alquiler gratuito que puso a disposición de otros artistas y curadores, quienes colgaban pinturas en su interior, pegaban calcomanías en el parachoques o montaban un medio tubo de patinaje en el techo.
Ahora, por primera vez desde 2005, Ochoa abrirá de nuevo las puertas de su camioneta histórica y un tanto oxidada al público, la estacionará en la pista del Aeropuerto de Santa Mónica, donde se celebrará la feria internacional de arte contemporáneo Frieze Los Ángeles (del jueves 16 de febrero al domingo 19 de febrero). Su motor ya no funciona, así que esta vez la camioneta, conocida como “Class: C” (por la clasificación estándar de la licencia de conducir requerida para manejarla), será remolcada hasta el lugar.
Otro cambio: la camioneta mostrará la obra del propio Ochoa, esculturas de bronce de columnas de tortillas que creó hace poco: “Son monumentos a la historia de la camioneta y a mi mamá, quien fue pionera de nuestra ruta de reparto de tortillas”, comentó en una entrevista. Realizadas como encargo de un programa de becas de la ciudad, las tortillas parecen monedas gigantes, lo cual refleja la idea de que representan la divisa de la familia Ochoa.
La exposición de Ochoa en la feria Frieze, que es parte de un programa público organizado por el Art Production Fund, también contará con cuatro carritos de tamales envueltos en gráficos personalizados que él diseñó. Se verán motivos de secuencias de sombrillas con los colores del arcoíris para destacar su apoyo continuo a los comerciantes ambulantes de Los Ángeles, que son en su mayoría inmigrantes, en su lucha contra el acoso policial, los crímenes de odio y un proceso burocrático de permisos. (Ochoa se asoció con Revolution Carts porque sus carritos de tamales, llamados “tamaleros”, ya cuentan con la autorización del condado de Los Ángeles). Dos de los carritos estarán en servicio activo y venderán tamales a los asistentes hambrientos de la feria.
“Class: C” también ha operado en distintos niveles, entre ellos, como vehículo de uso cotidiano y como mercado de comida ambulante, así como un espacio de exposición itinerante, gestionado por artistas, con compromiso social.
“Mis padres crearon un mercado mexicano sobre ruedas, así que yo quise emular esa práctica”, relató el artista. “La idea era destacar a artistas de color o marginados y exponer su obra a la comunidad”.
La camioneta también se puede interpretar —engalanada con luces estilo galería, piso de imitación de madera y una pequeña oficina montada al frente— como una obra de arte de Ochoa, quien es mejor conocido por sus esculturas descarnadas hechas con materiales de construcción, como hormigón y acero corrugado.
“Él utilizaba la camioneta como un objeto escultural, y cuando nos invitó a usarla, la contemplamos como un lienzo”, explicó Rita Gonzalez, directora de arte contemporáneo en el Museo de Arte del Condado de Los Ángeles (LACMA, por su sigla en inglés), quien fue curadora de una exposición en la camioneta en 2004. Hace dos años, trabajó con Ochoa en un proyecto de realidad aumentada para el museo, que incluyó una fantasía de vendedores ambulantes voladores.
¿Cuál es la próxima parada de la instalación después que se presente en la Frieze? Ochoa mencionó que el patrocinador del proyecto, el tequila Maestro Dobel, adquirió uno de los carritos para regalárselo a un vendedor ambulante después de la feria y que él espera que otros donadores ayuden a financiar el resto. También se encuentra decorando un nuevo carrito que se expondrá en el marco de la Bienal de MexiCali en el Centro Cheech Marin para el Arte, la Cultura y la Industria Chicana del Museo de Arte de Riverside este mes.
En cuanto a la camioneta, Ochoa dijo que lo más seguro es que vuelva a guardarse en el estacionamiento en la entrada de la casa de sus padres en Oceanside. “Aunque sería genial que encontrara un hogar que no fuera la casa de mis padres”, afirmó. “Tal vez el LACMA o el Instituto Smithsoniano”. Ruben Ochoa en su camioneta convertida en el espacio de exposiciones “Class: C”, que estará en muestra junto con una figura de cartón de su hermano en la feria internacional de arte contemporáneo Frieze Los Ángeles, el 11 de febrero de 2023. (Alex Welsh/The New York Times) Esculturas de bronce de tortillas en el espacio de exposiciones de Ruben Ochoa “Class: C”, en la feria internacional de arte contemporáneo Frieze Los Ángeles, el 11 de febrero de 2023. (Alex Welsh/The New York Times)