Por Federica Bordaberry
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En diciembre de 2021, la palabra “NFT” fue de las más buscadas en el mundo según Google Trends. Superó, incluso, la tendencia de búsqueda de la palabra “crypto”. Son millones las personas en el mundo que intentan comprender de qué se trata esto de los “token no-fungible”, o, justamente, NFT. También son muchísimas las que ya están participando del cryptoarte, tanto vendiendo y comprando como produciéndolo.
El concepto es el siguiente:
En el mundo existe solo un Guernica pintado por Pablo Picasso y existe solamente una Mona Lisa pintada por Leonardo Da Vinci. Son únicos e irrepetibles porque, para copiarlos, habría que pintar otro exactamente igual. En el mundo digital, cualquier imagen puede volver a ser reproducida millones de veces sin autorización de su autor. ¿Cómo? Solo con una captura de pantalla.
Ahí es cuando entran los NFT. Si una obra de arte se sube a lo digital en este formato, es único gracias a un certificado de autenticidad que se sube a la blockchain, una especie de libro de contabilidad digital que se gestiona por sí mismo y no es modificable. Es decir, las obras de arte que se encuentran en formato NFT son únicas, pero también son intangibles.
Se suben a distintas plataformas, de la misma manera que hay distintas redes sociales y optamos cuál usar según nuestras preferencias. Allí se compran y se venden con criptomonedas.
Por más de que en Uruguay este tipo de arte ya comienza a surgir, es la primera vez que una casa va a convertirse en un NFT. La tienda de objetos de diseño online, Monoccino, abrió un estudio físico en Punta del Este, en el barrio Manantiales, y hará del local una obra de arte digital en 3D.
Monoccino se instaló en Punta del Este en 2017, en La Barra, y hasta entonces se dedicaba a la venta online de productos importados que seleccionaban a través de una curaduría. A finales de 2021, ese local se movió hacia Manantiales y sumaron otra propuesta: el desarrollo de proyectos y consultoría sobre interiorismo.
No obstante, el vínculo con lo digital siempre existió. “Nosotros podemos traer el mundo y armar tu casa con lo que quieras, de cualquier parte del planeta, y eso tiene que ver con toda esta virtualización que nosotros planteamos desde el interiorismo y la decoración”, dice Julieta Garay, fundadora del proyecto.
A partir de ahí es que el artista plástico visual Alfonso Villagrán, más conocido por su pseudónimo Artis o Art Is For Lovers (proveniente de su perfil de Instagram @artisforlovers), intervino la casa por fuera. En vez de hacer sus obras tradicionales, que suelen ser rostros, decidió pixelar la casa para continuar con el vínculo digital. El total de la casa es una obra de arte en forma oculta, que solo se puede ver a escala.
De esa casa, intervenida con cuadrados de colores que simbolizan pixeles, que tiene las tejas negras y los decks de madera pintados es que Monoccino hará un NFT. “La propuesta estética que planteamos afuera, en esa pixelación de la casa, tiene que ver con la virtualización a la que está tendiendo el mundo y los espacios donde vivimos”, dice Garay y agrega que “la intervención es algo muy temporal y surgió la idea de hacer el NFT porque sobre esta misma obra después vamos a volver a intervenir y va a dejar de existir. Nos parecía que la única manera de hacer que esta obra persista en el tiempo era virtualizándola y convirtiéndola en un objeto en sí mismo”.
Villagrán, que ya está trabajando en el armado del NFT, explicó que consistirá en un recorrido 3D por fuera de la casa, donde se va a poder visualizar todo lo exterior. La plataforma aún no está decidida, pero las opciones más probables son la web de Monoccino o OpenSea, una de las más famosas en el mundo del cryptoarte.
“Lo vamos a tradear de una forma en la que adquiriendo el NFT tengas acceso a avances o descuentos, vas a tener ciertos beneficios. Vamos a adquirir un NFT temprano que es invertir en algo que sabés que puede crecer a futuro”, agrega.
El metaverso
En 2021, el CEO de la compañía que se llamaba Facebook anunció que su empresa pasaría a llamarse Meta. Junto a un video de presentación, Mark Zuckerberg se transportó a un mundo digital y dijo: “Imagínate que te pones unas gafas y estás en una versión digital de tu hogar. Hay partes de tu casa recreadas virtualmente tal cual son, y otras cosas que solo existen en el mundo digital”.
Monoccino tiene intenciones de dirigirse también hacia el metaverso. “La idea es que no sea solo una obra de arte, sino que la casa en sí se pueda meter en alguno de los metaversos que están dando vueltas”, dice Garay.
Por Federica Bordaberry
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