Por The New York Times | James Gorman
Después de realizar encuestas a propietarios de 18.385 perros y secuenciar los genomas de 2155 perros, un grupo de investigadores informó el jueves en la revista Science acerca de una serie de hallazgos, entre estos, que la raza es esencialmente inútil como base para hacer la predicción de algunos comportamientos de perros y, para la mayoría de estos, no muy buena. Por ejemplo, uno de los hallazgos más claros del masivo y multifacético estudio es que la raza no tiene un efecto perceptible en las reacciones de un perro ante algo que encuentra nuevo o extraño.
Este comportamiento está relacionado con lo que los no científicos podrían llamar agresión y podría poner en duda los estereotipos que existen respecto a razas de perros agresivos, como los pitbulls. Una cosa en la que los pitbulls obtuvieron una puntuación alta fue en la sociabilidad humana, lo que no es sorpresa para nadie que haya visto videos en internet de pitbulls que disfrutan reposar en el regazo de sus dueños. Por otro lado, la ascendencia del labrador retriever no parecía tener ninguna correlación significativa con la sociabilidad humana.
Esto no quiere decir que no haya diferencias entre razas, o que la raza no pueda predecir algunas cosas. Si adoptas un border collie, la probabilidad de que sea más fácil de entrenar y que esté interesado en los juguetes “va a ser más alta que si adoptas un gran pirineo”, dijo Elinor Karlsson, del Instituto Broad y la Escuela de Medicina Chan de la Universidad de Massachusetts, experta en genómica canina y autora del informe.
No obstante, para cualquier otro perro, simplemente no se sabe: en promedio, la raza representa solo alrededor del nueve por ciento de las variaciones en el comportamiento de cualquier perro. Y ningún comportamiento se restringió a ninguna raza, ni siquiera los aullidos, aunque el estudio encontró que el comportamiento estaba mucho más asociado con razas como la del husky siberiano que con otros perros.
Y, sin embargo, en lo que al principio podría parecer paradójico, los investigadores también encontraron que los patrones de comportamiento son principalmente heredados. Los comportamientos que estudiaron tenían un 25 por ciento de heredabilidad, una medida compleja que señala la influencia de los genes, pero que depende del grupo de animales estudiados. No obstante, con suficientes perros, la heredabilidad es una buena medida de lo que se hereda. Al comparar genomas completos, encontraron varios genes que claramente influyen en el comportamiento, incluido uno sobre cuán amigables son los perros.
Lo que el estudio quiere decir es que los comportamientos de los perros son fuertemente heredados, pero que los genes que determinan si tu perro es amistoso, agresivo o distante datan de mucho antes del siglo XIX, cuando se crearon la mayoría de las razas modernas, como aquellas que son reconocidas por el American Kennel Club. La cría desde entonces ha sido principalmente por características físicas.
“Los bracos alemanes de pelo corto eran un poco más propensos a señalar, los golden retrievers eran un poco más propensos a recuperar objetos o los huskies siberianos eran más propensos a aullar”, explicó Kathryn Lord, bióloga evolutiva también del Instituto Broad y de la Escuela de Medicina Chan de la Universidad de Massachusetts, y otra autora del artículo.
Pero quien adopta o compra un perro debe estar atento. “He conocido labradores que aullaban, papillones que señalaban y galgos que recuperaban, así como retrievers que no lo hacían”, dijo Lord.
Los hallazgos quizás no sorprendan a personas que trabajan de cerca con perros, como Cynthia Otto, directora del Penn Vet Working Dog Center de la Universidad de Pensilvania. Otto, quien no participó en la investigación y dijo que el estudio “tiene mucho sentido para mí. Creo que hay algunos rasgos generales de comportamiento más comunes en algunas razas que en otras, pero la variación individual es muy alta dentro de una raza”.
Por ejemplo, dijo, los criadores han favorecido a los border collies que son más fáciles de entrenar, lo que puede explicar por qué entrenarlos es más fácil. Pero agregó que, “ciertamente dentro de los border collies, todavía hay una gran variación individual”.
La investigación para el nuevo estudio comenzó hace unos ocho años, dijo Karlsson, y el objetivo original era comparar genomas de perros mestizos con perros de raza; esto se llama un estudio de asociación del genoma y busca áreas de ADN o genes asociados con ciertos comportamientos.
Kathleen Morrill, del Instituto Broad y la Escuela de Medicina de Chan, y también autora del artículo, dijo que la gran cantidad de perros mestizos del estudio, o lo que los autores y tú quizás conozcan como chuchos, fue una gran fortaleza.
“Los mestizos eran en realidad el tipo de perro perfecto para descubrir las conexiones entre la raza y el comportamiento”, dijo Morrill, porque su ADN está tan mezclado que es más fácil separar la apariencia del comportamiento.
Evan Maclean, director del Centro de Cognición Canina en la Universidad de Arizona, quien no participó en el estudio, dijo: “Este es uno de los primeros artículos que realmente hizo un trabajo impresionante de genómica canina utilizando perros de razas mixtas”. Estos perros, que han sido excluidos de muchos estudios anteriores, tienen tal variedad que hace que las comparaciones genéticas sean más poderosas, “y este documento simplemente muestra cuán valiosas pueden ser esas poblaciones”, agregó.
Los investigadores encontraron 11 regiones de ADN específicas asociadas con el comportamiento. Este hallazgo podría ayudar en el estudio de la genómica humana, aunque los investigadores apenas encontraron algunos indicios de la relación entre los genomas de ambas especies. Una región que afectó la probabilidad de que un perro aullara, por ejemplo, está asociada en humanos con el desarrollo del lenguaje. Y una región relacionada con disfrutar de estar cerca de los humanos también está presente en el ADN humano, donde se asocia con la memoria a largo plazo.
A diferencia de la mayoría de las investigaciones científicas, cualquier dueño de perro puede ayudar en este proyecto.
Los investigadores obtuvieron gran parte de su información del Arca de Darwin, un proyecto que Karlsson y sus colegas crearon al pedirle a los dueños de perros, de cualquier raza o mestizo, que enviaran muestras de ADN de sus perros y respondieran cuestionarios. Todavía están buscando más perros.
“Cualquiera de cualquier parte del mundo puede inscribirse”, dijo Karlsson. Duggie con ovejas en Nashville, Tennessee, 14 de abril de 2019. (William DeShazer/The New York Times) Casey con su dueño en Central Park en Nueva York, 17 de enero de 2018. (Hiroko Masuike/The New York Times)
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