Te contamos cómo es “Suenan las alarmas”, lo nuevo de NTVG

No Te Va Gustar no puede dejar de ser la banda que es desde hace más de dos décadas y, sin embargo, cada vez es más otra. En Suenan las alarmas, su nuevo trabajo, confirman su versatilidad como creadores de canciones indestructibles, pero transitando un camino barroso del que no salen limpios.

En este nuevo disco, el noveno grabado en estudio y producido por Héctor Castillo (que acredita en su prontuario haber trabajado con Gustavo Cerati, Aterciopelados y Ximena Xariñana, y haber estado tras las perillas en trabajos de nenes de pecho como David Bowie, Lou Reed y Pete Townshead), la banda aceptó el desafío de experimentar, tensar la piola y expandirse sin trascender los límites de la canción.

Así, las letras de Brancciari, fieles a su estilo, la mayoría en primera persona, la mayoría posiblemente autorreferenciales, dejan de lado ciertos vicios didácticos para instalarse en el plano de la duda y la confusión, y se permiten algunos lujos (como en "Prendido fuego" y "Y el mundo me comió a mí").

Suenan las alarmas es, entonces y como nunca antes, un disco global y local, denso, oscuro, reflexivo y político.

El orden de los temas da pocos respiros, en una placa donde predominan los mid tempos guitarreros y distorsionados, bases implacables, teclados por momentos imposibles, y donde las rarezas aportan brillos extraños. Como muestra de ello destaca el tex-mex con moraleja de "Los villanos", que convive con la cumbia retorcida de "Desde que era un pibe", retrato marginal a mitad de camino entre Pablo Lescano y Manu Chao.

"La mafia del Calypso", término felizmente acuñado por el implacable Roberto Hammond para definir a las bandas de estirpe "trompetera", tuvo poco que hacer en este disco. Es cierto que, cuando tienen que apoyar un estribillo (cierro los ojos y veo un estadio coreando la melodía), lo hacen, pero su función, esta vez, es aportar mayor densidad en los momentos oscuros. En "Pegame más fuerte" (tema en el que canta el Paralamas Herbet Viana) hacen una carnicería, y en "Para cuando me muera" llenan su parte de dramatismo.

Suenan las alarmas es un disco que no va a defraudar a los convencidos, y sin duda abre también la puerta al público más reticente. Un cóctel de pop-rock en el que la banda mantiene su ADN e incorpora guiñadas a Radiohead y el indie, el pop espacial a la Bowie, transita el funk más rabioso y suena, por momentos, como Ric Ocasek en pleno subidón de cocaína. Merece, al menos, un par de escuchas. Después me cuentan.

Suenan las alarmas sale a la venta el 2 de junio en todas las plataformas, y se presenta en vivo el 5 de agosto en Landia