Sufrió ardor anal por días sin saber por qué, y descubrió que cometía un error en el baño

Leon Gleed, de 29 años, vive junto a su novia Sadie Williams, de la misma edad, en la localidad galesa de Risca.

En los últimos días, la pareja se ganó un lugar en la prensa local y en las redes sociales gracias a un banal episodio doméstico.

Todo comenzó cuando Sadie compró unas toallitas húmedas y las colocó en el baño. Su novio comenzó a usarlas para limpiarse las partes posteriores luego de defecar, sin reparar en que no habían sido elaboradas para tal fin.

"Pensé que el producto eran toallitas húmedas que usas para ir al baño, pero resultó que ese no era el caso", dijo el joven en declaraciones recogidas por el periódico Metro.

De acuerdo con el citado medio, los pañitos en cuestión estaban destinados a la limpieza y desinfección de los muebles de baño. Por ello, estaban embebidos en un fuerte líquido antibacterial.

Leon notaba un leve ardor en el trasero, pero aun así continuó usándolas. Con el paso de los días, desarrolló un incómodo y doloroso sarpullido. Finalmente, revisó el envase del producto y descubrió el error. Lo primero que hizo —luego de maldecir para sus adentros— fue llamar a Sadie, y ambos se echaron a reír.

“Cuando desarrollé el dolor supe que algo no estaba del todo bien y cuando revisé el empaque decía 'mata el 99 por ciento de las bacterias'”, contó el hombre.

“Siendo camionero, fue difícil entrar y salir del camión durante un tiempo debido a las constantes rozaduras y ardor”, detalló Leon, quien describió la sensación experimentada como lo que sucede “la noche después de un curry caliente, pero diez veces peor”.

“Sadie me dijo ‘cómo puedes ser tan estúpido’, pero creo que los productos de limpieza deberían tener etiquetas de advertencia para que sean más identificables”, dijo el camionero. "Sé que fue un error tonto, pero estoy convencido de que hay otras personas que han hecho lo mismo", aventuró.

Tras viralizarse en redes sociales, el caso llegó a oídos de la compañía Tesco, fabricante y distribuidora de las toallitas en cuestión.

Un portavoz de la compañía se solidarizó con el literalmente irritado usuario, pero consideró que el rotulado de los productos es correcto.

“Lamentamos escuchar esto. Hacemos que el etiquetado de nuestros envases sea lo más claro posible para los clientes”, manifestó.