La influencer singapurense Cheng Wing Yee, que se hace llamar Kiaraakitty, parece haber pagado un precio alto en Corea del Sur por sus atuendos atrevidos y reveladores.
El 9 de abril, la creadora de contenido de Twitch publicó un video de TikTok con un clip de su transmisión en vivo de nueve horas en Seúl.
En la transmisión, Cheng mostró todo el tiempo sus opulentos senos, una característica recurrente en sus contenidos.
Más tarde, la joven iba de paseo por las calles de Seúl —también con un look sexy— y fue detenida por dos policías.
La oficial femenina comenzó a hablarle en coreano, y ella le respondió que no entendía el idioma.
@kiaraakitty1 I got stopped by 2 cops in Seoul for having my boobs out lol ! ???? #seoul #fyp #kiaraakitty #twitchclips #twitchmoments ? original sound - Kiaraa Kitty
“Alguien te denunció. ¿No entiendes nada de coreano?”, preguntó la uniformada en su lengua. Luego, el oficial masculino intervino y le preguntó de dónde era.
“Soy de Singapur”, dijo Cheng. “Es un cosplay. Voy a ir a una fiesta de cosplay allá”, señaló por encima de sus hombros. Al ver la confusión de la oficial, procedió a brindar una explicación muy completa sobre lo que es un cosplay.
Cheng también se disculpó y dijo que era su primera vez en Corea, y que no conocía sus leyes.
Finalmente, la influencer logró que los agentes entendieran que se dirigía a una fiesta, pero los policías replicaron que, si bien la celebración a la que se dirigía era un evento privado, ella se estaba paseando por un espacio público con una indumentaria inapropiada.
Posteriormente, los agentes contactaron por teléfono a un compañero que hablaba inglés, quien dialogó con Cheng. Sin embargo, por mucho que explicó las razones de su vestimenta y aseguró que su abrigo de piel era suficiente cobertura, no hubo forma de disuadir a los inflexibles policías.
Según informa la web Mothership, Cheng fue sancionada debido a una ley que data de la década de 1970, sancionada antes de que el país abrazara la democracia, en 1987.
La norma, conocida como Ley de Desnudez e Indecencia Pública, habilita a los ciudadanos a denunciar a quienes anden por las calles “mostrando demasiado”, y contempla castigos que pueden incluir prisión. Sin embargo, las cosas ya no se toman con tanto rigor como en el pasado, y los infractores a la norma suelen quedar en libertad poco después de ser detenidos, llevándose como castigo un sermón.
Tras salir del embrollo, Cheng decidió abandonar Corea. “Me voy a otro país porque no quiero perturbar la paz”, escribió en redes. Agregó que se sintió “devastada” y que la experiencia vivida no tenía precedentes.
“Es el primer país que me expulsa por mis pechos”, sostuvo la joven, que —irónicamente— fue arropada por sus numerosos seguidores.