Después de más de 20 años de tener la cabeza en la estratósfera, The Supersónicos comenzaron a mirar las raíces. No solo las literales-algo inevitable si lanzan un álbum que boga por la sustentabilidad del planeta- sino también las musicales.
Después de advertir sobre invasiones alienígenas, enamorarse de los robots, explorar los poderes mentales y bucear en las profundidades desconocidas del mar, el cuarteto nacido en Sayago se mete con amenazas a la Tierra mucho más cercanas y peligrosas. No lo hace al estilo Bryan Adams, jugando al héroe ambiental con una bolsa, la resaca de una tormenta y una cuenta de Instagram, sino entregando un disco que mezcla evolución, medioambiente y amor a partes iguales. The Supersónicos nunca fueron grandes productores de plástico, si uno se atiene a las ventas de sus álbumes, pero con Sustentable, editado solo digitalmente, llegaron a "contaminación cero". Que Bryan Adams explique ahora dónde están los 100 millones de discos que vendió en su carrera.
Como sucede con los ciclos de la naturaleza, algo tuvo que morir para que naciera algo nuevo. O estuvo a punto de morir, en todo caso. Atrapados en un círculo vicioso, cuya base era la combinación de las ganas de hacer cosas nuevas y las limitaciones de tiempo que imponen las obligaciones adultas, estuvieron a punto de enterrar al grupo. Hasta hicieron una "casi despedida" en el teatro El Galpón, poco después de que el patriarca y hermano mayor del grupo, el bajista Joe Sónico, anunciara su intención de abandonar la banda.
Pero fue justamente ese estancamiento el que fermentó el terreno para su renacimiento. Con mucho tiempo libre a nivel personal pero poco a nivel grupal, el guitarrista Tito Sónico acometió la faraónica y casi solitaria tarea de reversionar todo el catálogo de la música popular uruguaya, mirando desde una nueva perspectiva muchísima música que la banda había ignorado o incluso directamente despreciado. Fue así que nació en 2016 la serie de EPs Popular, que reinterpretaba en clave de surf music más de cincuenta años de folklore, tango, candombe y canto popular uruguayo.
Eso, sin embargo, no era suficiente todavía para impulsar al grupo en una nueva órbita. Hubo que esperar a que su vocalista Leo Sónico tuviera una crisis de hiperactividad similar y vomitara decenas de canciones que hablaban de amores, desamores y, sobre todo, de ciencia y evolución, una de sus obsesiones. Lo hizo también desde las raíces folk, pero en este caso las del norte, sumadas a sombra del omnipresente Frank Black (otro que también supo hurgar en ese cajón de estilos que engloba el género Americana).
Foto: Gerardo Carrasco
Zitarrosa, etc.
"Nos llevó cuatro o cinco años superar la adicción al punk y veinte salir de la música surf instrumental; alguien debería hacer algo al respecto", dice Leo Sónico a Montevideo Portal, y Sustentable lo demuestra: está integrado mayoritariamente por temas cantados y el reverb no inunda todas las guitarras, aunque empape unas cuantas notas. Para tomar un rumbo nuevo, The Supersónicos combinaron esas dos aventuras musicales personales sin perder la identidad sonora. Pero el motor, igual que en la evolución, fue el cambio.
Joe Sónico ya no está en sus filas (se rumorea que alguien pidió una pasantía en los Supersónicos), pero sumaron a Led Sónico (el bajista Leandro Mangado, ex Vincent Vega), cuyo cuidado trabajo coral también ayudó a modificar su sonido. Lo mismo hizo la grabación en los estudios de Riki Musso, que aleja a Sustentable de la autarquía que domina el resto de la discografía de la banda y que no siempre tenía resultados positivos (especialmente a la hora de grabar las voces). Es su disco más producido y con más esmero en las voces y los arreglos.
Que Tito Sónico haya reversionado (hasta ayer) 354.563 canciones populares uruguayas no significa que The Supersónicos hayan pasado por una transformación al estilo Nasser, dejando el rock por la milonga. El cambio es mucho más sutil. Tiene que ver con la forma en que están arregladas esas canciones que, como dijimos, nacen esta vez de la guitarra acústica. Eso explica que una canción como "Una vez más" remita más a Dino que Devo pero mantenga esa métrica renga que suele sorprender en las canciones de The Supersónicos. Tito es ahora más delicado, más moderado, y sin embargo toca mejor.
Ese curso intensivo de música uruguaya y regional le permitió, en todo caso, lograr que haya más variedad en las canciones, tener más ideas para transformarlas y darles personalidades distintas. Como si antes fuera un mecánico en el espacio, acostumbrado a usar solo cuatro o cinco herramientas, y ahora lo bajaran a tierra con una valija completa.
La materia prima con la que trabajan también es algo distinta, aunque por supuesto que las influencias surf y cincuenteras siguen estando ahí, igual que las ampliaciones de armonía á la Pixies. Solo que esta vez es como si le hubieran prestado un rato el traje espacial a Jeff Tweedy y Neil Young, a ver qué pasa. Incluso las canciones que se acercan más a la surf music, como "Espina de Cruz" y su aire a spaghetti western, tiene raíces mucho más terrestres que en discos anteriores. No nos traslada a los paisajes desolados del espacio sino a las planicies desérticas, a las fronteras polvorientas, a esas rutas desoladas por las que sabe conducir mejor una banda como Caléxico que Man or Astro-man?
El disco puede verse también como un viaje evolutivo no solamente musical, ya que comienza con el necesario contacto sexual ("Contacto") y termina con el ritmo resignado de "Camino a la extinción", que suena como una especie derrotada chapoteando de regreso al mar. Poco antes, The Supersónicos hilan pasado y futuro en "GTA", recordándonos lo que compartimos los habitantes de este punto azul pálido: buena parte del código genético.
El trayecto entre un extremo y otro alcanza su punto más alto a medio camino, con una dupla de efectos instantáneos: el folk popero y al trote de "Farfalla", cantado en italiano y rematado por un arreglo de saxos (en otro tiempo, una herejía); y la espléndida "I want your love", que se puede ver como una canción de amor desvalida o como el tema que Animales sin hogar tiene que usar si quiere recaudar fondos este año.
El cambio de terreno fue lo que hizo que The Supersónicos sean aún sustentables 28 años después de haber empezado a tocar su punk bufonesco, como parte de la "generación Juntacadáveres". Como dice Leo Sónico (convirtiendo esta reseña en el artículo con más metáforas por párrafo en la historia del periodismo musical), los monocultivos son malos y terminan agotando los recursos: si se quiere que algo siga creciendo, hay que hacer una rotación.
Martín Otheguy
Presentación de Sustentable
Jueves 28 de noviembre
Sala Camacuá (Camacuá 575, Montevideo)
Entradas por Tickantel.
Bizarro Records
Álbum disponible en todas las tiendas digitales
Ficha técnica
Grabado y mezclado desde octubre de 2018 a febrero de 2019 en los Estudios De Tío Riki por Riki Musso y Tito Lagos, con algunas grabaciones extra en los Estudios Urquizzonics II por Alberto Urquiza, Sustentable cuenta con la participación especial de Inés Agosto en saxo y de José Nozar en percusión.
Los Supersónicos sustentables de 2019 son:
Leo Sónico: guitarras folk y voz
Bob Sónico: guitarras, ukelele, teclado y ruidos
Pol Sónico: batería, percusión y coros
Led Sónico: bajo y voces