La trayectoria artística de Leo Maslíah abarca tres décadas con más de cuarenta discos editados, otros tantos libros (novelas, cuentos, ensayos), varias obras de música culta, de teatro y un largo etcétera. Es casi imposible definir su inmensa obra sin dejar de lado alguna de sus facetas de compositor, arreglador, intérprete, escritor, pianista, actor. Pero solo circunscribiéndonos a sus cuentos y canciones, uno puede, al igual de lo que sucede con Los Simpson, aplicar para casi cualquier situación alguna cita de su obra que se ajuste perfectamente al momento vivido.

Leo va a presentarse este viernes 5 de setiembre en la Sala Zitarrosa acompañado por Nico Mora (guitarra y voz), Lucía Gatti (chelo y voz), Miguel Romano (batería), Martín Morón (trombón) y Nico López (bajo). Invitados: Alejandra Genta (Saxos barítono y bajo) y Emiliano Pereira (Saxo soprano).

¿Cambia mucho tu música cuando se presenta en una experiencia grupal?

Para que pueda haber un cambio tiene que darse en relación con algún estado anterior... En general todas las situaciones son distintas, por más que tengan cosas en común. Aun cuando un arreglo o una composición se vayan a tocar de acuerdo con una misma partitura, si una vez son tocadas por un músico y otra vez por otro, hay cambios. Yo toqué con una cantidad de músicos distintos, y también solo, y cosas que habían sido concebidas para ser tocadas por varios, o por uno solo, a veces adaptando en un sentido o en otro.

Repasando viejas entrevistas que te hice, vi que en varias hablamos de internet y su potencial de comunicación, en tiempos que aún no existían lo que llamamos redes sociales. ¿Te han influido en algo las redes en la manera de comunicarte con tu público?

Influyen mucho en la forma como hoy en día se difunden las actividades musicales. Quizá también hay algo distinto en la posibilidad de "colgar" cosas y que sean vistas u oídas enseguida por un cierto número de personas, sin necesidad de pasar por un concierto en vivo, una radio o un canal de televisión, y encima recibiendo comentarios... Aunque en la inmensa mayoría de los casos en ese tipo de relacionamiento, prima el espíritu de zapping. Es muy poca la gente que por esa vía escucha más de uno o dos minutos de una cosa, por lo cual no se puede considerar del todo como un espacio alternativo al de los conciertos o siquiera la radio.

¿Ese espíritu de zapping te parece que es inherente al medio internet o es una manera de consumir música o arte que se ha generalizado?

No sé, creo que no es sólo con la música o el arte que se da ese tipo de actitud.

¿En qué ves esa actitud? ¿Te parece que está motivada por un "exceso" de estímulos que hace difícil focalizar la concentración en una sola cosa?

No sé. Creo que forma parte de una transformación más amplia que se está produciendo y que abarca también el angostamiento de las dimensiones del lenguaje (pérdida de los sentidos figurados, del sentido del humor, etc.). Una especie de tendencia hacia "al pan pan y al vino vino" pero con un pan y un vino preestablecidos por las grandes empresas enlatadoras de sentido, que de a poco van modelando el pensamiento de la gente, ya se trate de valores, de consumo, de diversión, de crítica social, ambiental o lo que sea.

¿Pensás que internet ha hecho que más gente se acerque a tu obra?

Digamos que creo que mucha gente se acerca a través de internet, pero no puedo hacer la comparación con un mundo paralelo en el que no hubiera existido internet, como para saber en cuál se acerca más gente a escuchar lo que hago.

Tal vez sea una idea mía, pero me da la sensación de que en las décadas de 1980 y 1990 tus discos (estoy pensando en "Recital especial", "Canciones y negocios de otra índole", "I lique roc") eran más "conceptuales". Digamos que el resultado en su conjunto era más que cada surco separado, cosa que quizás no pase tanto con tus discos más actuales. ¿Vos pensás tus discos como una obra en sí, o el álbum es solo un soporte?

Creo que es así en algunos discos y no en otros, tanto de los recientes como de los viejos. Es un poco ocioso hablar de discos en particular ya que nadie los conoce ni puede tener acceso a ellos en caso de interesarse, pero igual te pongo ejemplos: el disco de La Orquestita y "Bases de diálogo" entre los de los últimos años, creo que tienen algún tipo de unidad más marcada que otros, y entre los discos viejos, "Leo Maslíah en español", por ejemplo, es bastante cambiante en cuanto al sonido y al tipo de material, o por lo menos es el recuerdo que tengo ya que hace décadas que no lo oigo.

¿Te parece que ese concepto de álbum es ya obsoleto?

No creo que sea obsoleto porque sigue habiendo gente que escucha discos, pero en general no es el disco lo que se va a conocer, sino partes de su contenido, separadas del resto y despojadas de todo lo que uno haya hecho en cuanto a ordenación de surcos, volúmenes relativos de uno y otro, etc.

Casi desde que empezaste a presentarte en vivo, tocaste asiduamente en Argentina y luego en otros países, siendo en parte una excepción, ya que a la mayor parte de los artistas uruguayos les costaba mucho salir a tocar fuera de Montevideo. Hoy, desde hace un tiempo, la música uruguaya ocupa un lugar importantísimo en Argentina y de a poco se conoce en varias partes del mundo. ¿Qué te parece que cambió para que esto pasara?

No creo que haya mucho cambio en eso, siempre hubo músicos uruguayos que se conocieron mucho en otros países, en los 60 Los Shakers tocaban mucho en Argentina, Rada también llegó a ser uno de los músicos más populares en ese país, Zitarrosa fue sentido como un cantante tan representativo del sentir
popular en Argentina como en Uruguay, también Viglietti tuvo -y tiene- una amplísima repercusión en muchos países... Lo mismo después Jaime Roos. Creo que lo único que cambió en este aspecto es la calidad... Antes lo que se "exportaba" estaba entre lo mejor que había acá. Ahora no, salvo casos excepcionales como el de Fernando Cabrera. Todo esto hablando principalmente de música popular. Pero
en el área de la música "culta" había mucho más proyección de la música uruguaya antes que ahora. Había obras de compositores uruguayos publicadas por Ricordi y así sus partituras estaban en Argentina y en varios otros países. Una obra de Eduardo Fabini, si no me equivoco, estuvo entre las primeras obras sinfónicas grabadas en el mundo.

Quizás antes de la dictadura había muchos músicos uruguayos que eran muy conocidos, después siempre hubo excepciones; hoy por ejemplo podés comprarte una edición estadounidense de "Mateo solo bien se lame". Antes no pasaba eso, me parece. ¿No tendrá que ver que ahora es más fácil "descubrir" cosas que no pasan por los canales masivos?

Es más fácil ahora descubrir o encontrar cosas que no pasan por los canales masivos, pero no creo que ésa sea la causa de lo que decías. Antes no había internet y sin embargo varias cosas uruguayas buenísimas trascendían fronteras. Ahora hay y muchas de las mejores músicas del Uruguay no las conocen ni fuera ni dentro de fronteras.