Ana Tijoux se sorprende de que me parezca obvio su gusto por Los Olimareños. "Es que me imaginé que era música que escuchabas de niña, a través de tus padres", le digo.

Tijoux nació en Francia, sus padres eran chilenos exiliados, perseguidos por la dictadura de Pinochet. Ahora vive en el país de sus padres por elección.

La carrera musical de Ana Tijoux comenzó en el grupo de hip-hop Makiza a fines de la década de 1990, pero su nombre se volvió familiar en varias partes del mundo tras su colaboración con Julieta Venegas en la canción "Eres para mí".

Y, tal vez sin saber su nombre, millones de personas conozcan su tema "1977" incluido en un capítulo de la serie Breaking Bad y también en el juego FIFA 2011.

Tijoux editó hace unos meses "Vengo", su cuarto álbum como solista. Con este álbum bajo el brazo la artista chilena llegará a Montevideo. El jueves 13 de noviembre tocará en la Trastienda, junto a la banda argentina Kumbia Queers.

Aunque tu música toma cosas de muchos lados, tus orígenes están en el hip-hop. Es un género musical más bien masculino y machista, especialmente en Latinoamérica, ¿cómo te llevás con eso?

Hasta ahora bien. El machismo no aparece sólo en el hip hop, está en todas partes. Quizás en el hip hop es más visible, pero el machismo es algo tan intrínseco en todas partes que no creo que sea algo propio del rap. Es verdad que hay un lenguaje más grotesco en el género, pero eso es en el hip hop más mainstream, en lo más conocido.

Hasta ahora lo he llevado bien porque he tenido tremendos colegas, gente que me ha empujado a hacer lo que hago...Y también me pasa que cuando escucho estupideces, lo encuentro tan ridículo que me da risa y no le presto mucha atención...

En este nuevo disco usás instrumentos "reales" y no samples y programaciones. ¿Fue algo que surgió en la grabación o era algo que tenías planeado de antes?

Es una idea que tenía hace mucho tiempo. Siempre me parecía curioso por qué aunque yo escuchaba mucha música latinoamericana cuando sampleaba o programaba no usaba esa música, me salteaba ese abanico musical tan grande que tenemos. Hay tanta música súper distinta en cada región de América, tantas cosas buenas. Y rapeamos en español, pero no usamos música de acá en nuestras bases. Entonces esa era una idea que tenía desde hace tiempo, además de las ganas de trabajar con músicos y de usar instrumentos orgánicos. Trabajé con mi amigo el productor Andrés Celis y nos metimos en ese mundo. Usamos de todo: gaitas colombianas, cajón peruano, chilango... Fue un proceso muy experimental para nosotros, pero a la vez de reconexión con la música que escuchábamos de niños.

¿Cómo es tu forma de componer, partís del texto ya escrito o trabajás sobre una base instrumental?

De todas las maneras, no hay una fórmula. A veces las canciones parten de una letra, otras es la música la que inspira...

¿Y en los textos siempre sabés de lo que vas a hablar, antes de empezar a buscar rimas o imágenes?

Hay veces que me digo: "tengo ganas de hablar de esto" y todo va surgiendo ordenadamente y otras veces me muestran una música y la música tiene como imágenes inmediatas, "esto me suena a tal cosa, voy a escribir sobre eso".

Uno naturalmente escribe de lo que habla durante el día. La música tiene que ser libre, no creo que haya una forma de escribir. Y no hay por qué hablar de una sola cosa, hay muchas cosas de las cuales escribir. Pero a mí me pasa que las cosas que me interpelan durante el día son las cosas que me inspiran para escribir canciones.

En Uruguay casi no llega música de Chile. ¿Qué nuevos artistas chilenos recomendarías?

Hay una amiga mía que se llama Daniela Millaleo, es una cantautora mapuche. Me gusta mucho lo que hace, tremenda poesía. Luego me gusta mucho Tata Barahona. Es muy bello lo que ha pasado con él porque es un músico ya mayor que recién comenzó a mostrar su música ahora y se ha hecho muy conocido. Y también hay un chico de La Patagonia que se llama Nicasio Luna, hace algo muy reivindicativo, muy bonito. Te estoy hablando de tres músicos que no son muy conocidos, todos cantautores, nada que ver con el hip hop; pero que me gustan mucho.

Pese a no haber tocado nunca en Uruguay te has relacionado con músicos uruguayos. Colaboraste con Luciano Supervielle y con Jorge Drexler. ¿Cómo se dieron esas colaboraciones?

Luciano me escribió cuando estaba haciendo el disco. Había hartas cosas interesantes acerca de él. Luciano tiene como yo dos nacionalidades, compartimos la parte francesa y compartimos también una historia familiar similar. Y el tema que me mostró -"Pulso (1000 mares)" -me gustó muchísimo.

A Jorge tuve la suerte de conocerlo en un encuentro de música en Madrid. Ya me encantaba su música. Tuve la suerte que él viniera a mi concierto y me viniera a saludar después. Nos quedamos hablando de poesía, de Violeta Parra y de Víctor Jara, Atahualpa Yupanqui, Los Olimareños. El participó en mi canción "Sacar la voz" del disco Balas y me invitó a cantar en su canción "Universos paralelos" de su último disco.

¿Esa doble nacionalidad chileno-francesa, pensás que te ha servido en tu visión artística?

Sí y no. Antes pensaba que era así, que me daba una una amplitud de visión y todo eso. Pero conozco a tantos músicos y artistas que no tienen esa doble nacionalidad que son tan sensibles y abiertos artísticamente, que no sé. Y ahora con internet todo viaja tan rápido, es muy fácil tener acceso.

Hablando de internet, mucha gente debe tener una visión muy fragmentada de tu música, porque escucharon un tema tuyo en la red, de repente sin saber quién sos. ¿Te molesta eso?

No, al contrario me parece muy bueno. Yo también tengo una visión fragmentada de muchos artistas. Y es una forma de ir sembrando que la gente me conozca así, de a poco. Lo que llega muy rápido también se olvida rápido. Y ahora, en Montevideo, me van a ver en vivo y van a completar esa visión que tienen.

Por Andrés Torrón