La tercera entrega de la nueva temporada de “PH, Podemos Hablar”, contó con la presencia de otros cinco invitados, como cada sábado. Esta vez, fue el turno del ex Casi Ángeles Nicolás Riera, el actor Rafael Ferro, la cantante Valeria Lynch, la panelista Analía Franchín y la actriz Virginia Señorita Bimbo Godoy.
La hija de la tanguera Virginia Luque y el locutor Lionel Godoy compartió en el programa conducido por Andy Kusnetzoff. “Que pasen al frente los que tuvieron relaciones fuertes con sus padres”, propuso el conductor. Y fue la conductora de radio quien avanzó y conmovió a los presentes y a la audiencia en su casa.
“¿Por dónde empiezo? Hay gente que tuvo sexo para que yo exista. De esa gente no sé nada. Soy apropiada, un término que tenemos muy asociado a desaparecides, a la dictadura, pero cualquier adopción que no sea legal, se considera una apropiación. Virginia Luque y Lionel Godoy, les mandamos un besito”, dijo y miró hacia arriba, continuó: ellos me criaron”.
“Dos personajes fuertes”, acotó Andy. “Mi mamá nació en el año 27, cuando yo llego a su vida, mi mamá se sacó diez años del documento. En casa estaba en bata y anteojos de sol, atendía el teléfono y decía ´hable´, una loca. Inventó el delivery antes de que exista, ella conseguía todo porque era de otra época, de otro mundo donde no había tanta cantidad de personas célebres”, contó sobre la tanguera.
“Me enteré a los 3 días de llegar a esta familia, hija única. Es una historia muy argentina: familias de capital, de clase media y la desigualdad que hay con todo el país. Son muchas historias; somos tres millones de personas en este país que no tenemos datos sobre nuestros orígenes biológicos. Nací en las Termas de Río Hondo al parecer, era una modalidad: alimentaban a las chicas para que gesten un bebé, les mentían que no habían nacido sus hijos o que eran de otro género para engañarlas”, relató y agregó: “Siempre me peleé más allá de nuestro vínculo pasa saber, pero nunca me dijeron nada”
Según la actriz, su llegada al colegio primario fue un punto de inflexión: “Yo siempre registré que no era lo mismo, no es mejor ni peor, pero mi vida no era igual a la del resto de los chicos. Empecé a preguntar, nunca me enteré y después cuando fallecieron, sentí el alivio -eran viejitos ya- de no lastimarlos porque hicieron lo que pudieron. Mi mamá me mandaba al colegio por dos cuadras con un pasamontañas y bajaba con un tapado de piel y yo le decía ´mamá, no me voy a hacer amigos nunca si me mandás así al colegio´”.
En tanto, reveló: “Mi mamá era una psicótica no diagnosticada además de ser una estrella. Fue muy complejo: las cosas más horribles relacionadas a ese tema me las dijo ella. Me decía: ´si yo hubiera sabido de dónde venía esa gente. A mí me llamaron diciendo que habías nacido, me tomé un avión y te fui a buscar”. Los papeles son más truchos que truchín. Eso pasaba. Es una historia muy común, son secretos de familia”.
“Me enojé cuando me tenía que enojar”, sostuvo y dijo que “después hay un momento donde la vida da vueltas y son gente grande que necesita que ocupes otro rol. Hice mucha terapia para poder entender eso: perdonar y saber que esa no es mi historia, aunque sí lo es”.
Consultada por el rol de su padre, Bimbo aseguró que “era lo más” y acotó: “Difícil también porque éramos de otro mundo: yo nací en el 80 y ellos venían de los 30”.
Esa no es mi historia, es parte de mi historia, manifestó. “Para mí la identidad es algo que se forja uno mismo, una misma con lo que vas sabiendo de vos, con la vida que te construís. Siento que es una circunstancia de mi biografía que no me define”.
A modo de conclusión, Bimbo habló de los recuerdos de su infancia junto a su familia con los que decide quedarse: “La vida para mí fue maravillosa. Goyeneche me cantó el feliz cumpleaños, conocí a todos, los vi de cerca, desde chica vi a esa gente tocar. De esto estoy muy agradecida, fue una escuela: vi cantar a una gran intérprete desde que me acuerdo. Ver mi papá, lo acompañaba a la radio, lo escuchaba Hay cosas que son un bajón, pero no todas. Hay que saborear la vida. Hay tanta gente que la está pasando mal que no vale la pena llorar por pavadas”.