¿Te pasó alguna vez de escuchar y escuchar y escuchar las canciones de un artista porque conectan con lo que sentís en ese momento mucho más que cualquier otra cosa? Eso le pasó a Matías Guerreros. Estaba terminando de estudiar comunicación y se vio envuelto por la magia del Príncipe, Gustavo Pena. No quiso guardarse ese tesoro, prefirió compartirlo con los demás. En definitiva, siguió el legado del propio artista.

Junto a Eli-U Pena, cantante e hija del Príncipe, transitaron nueve años de entrevistas, recopilación audiovisual y un viaje profundo a la vida y obra de Pena, cargada de una creación casi "divina" que lo llevó a postergar todo, incluida su salud.

Espíritu inquieto es más que un documental, es un retrato fiel de un virtuoso que creó su propio lenguaje musical, que sobrevivió a una época oscura de la historia nacional y que un día partió, con la felicidad de haber creado cuanto pudo y tocado, con su magia, el corazón de muchos.

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¿Cuál fue el disparador de hacer este documental?

La primera idea salió por el 2009, yo estaba estudiando comunicación y tenía que hacer la tesis para terminar la carrera, había visto un documental en Youtube y venía escuchando mucho al Príncipe, me había enamorado de su obra, y a raíz de ahí pensé en hacer un documental para terminar el trabajo. Me junté con unos amigos que estaban en el mundo audiovisual, me dijeron que se prendían para hacerlo, a través de amigos en común conseguí el contacto de Eli-U y desde un primer momento confió y le dio para adelante. Desde que surgió la idea hasta que nos juntamos con Eli-U habrán pasado unos meses entre fines de diciembre de 2009 y comienzo de 2010.

¿Cómo fue el proceso de trabajo con Eli-U hasta concretar el documental?

Ella desde 2004 viene haciendo un trabajo muy grande con la obra de su padre, digitalizó los cassettes, recolectó material audiovisual... Empezamos a pensar a quiénes podíamos entrevistar, de qué temas hablar con cada uno... Ese proceso lo empezamos en 2010 y hasta ahora, en 2019.

Nueve años de creación... Creo que es un patrón que se repite en las creaciones audiovisuales de la región: las ganas de hacer superan los recursos.

Tal cual, cabe aclarar que ni yo ni Eli-U venimos del mundo audiovisual, yo trabajo en publicidad, ella es psicóloga y cantante, pero ninguno estudió cine. De ahí que esto tuvo sus cosas positivas y negativas: éramos inexpertos en la materia, pero teníamos la inocencia de permitirnos ciertas cosas. Fue difícil y llevó mucho tiempo porque hasta hace poco no tuvimos ningún apoyo económico. La hicimos a pulmón, sumándole los tiempos de cada uno. En los últimos años pudimos abocarnos más al proyecto. Le pregunté a Guillermo Madeiro [N. de la R.: codirector de Clever] si me podía recomendar a alguien para editar la película, porque en ese momento no teníamos presupuesto, y me dijo que le encantaba el Príncipe y lo quería hacer él.

Si algo tiene el género documental es que se arranca con una idea, pero los testimonios suman tantos datos que al final se aprende muchísimo. ¿Qué aprendiste vos?

Obviamente Eli-U tenía un recorrido mucho más extenso por la obra y vida de su padre. Yo fui descubriendo más en el proceso de investigación. Lo que más me impresionó fue ver el poder de las canciones del Príncipe, más allá de su vida. Siempre el documental estuvo centrado en su música y en todas las entrevistas aparecía la magia de sus canciones y el poder sanador de sus letras.

Unas letras que estaban más allá del contexto. Histórico, por ejemplo, como fue su forma de vivir y hacer música en la Dictadura.

Él lo dice muy claro, no era un alienado que no le importaba lo que pasaba, era un testimonio más. Él pasó mal en ese momento, pero su arte pasó por otro lado.

¿Cómo se materializan finalmente todas las historias recopiladas en forma de película?

Al momento de editar teníamos 30 entrevistas, algunas de 2 horas, otras de hasta 4 horas, un montón de material. Pero vimos que también teníamos mucho archivo audiovisual y canciones inéditas. Ahí nos dimos cuenta, con la ayuda de Guillermo, que era necesario recortar y priorizar la obra. Ese era el camino. Muchas entrevistas al final quedaron afuera. Porque es un documental donde el propio Príncipe cuenta su historia. Tiene un cierto riesgo, porque tenés que estar pendiente a cómo pensaba el Príncipe, qué decía en las entrevistas y qué transmitían las letras de sus canciones para que después el documental estuviera alineado.

¿Y cómo lograron priorizar lo que entraba y lo que no?

Un poco viendo todo el material de archivo se fue decantando de que el camino era hacer un documental del Príncipe contado por él y descartar mucho material que teníamos, no pensar que estuvieran los entrevistados solo porque son famosos, sino gente que fuera muy importante en la vida de él. Que su voz y su música estuvieran por encima de todo. Manu Chao, por ejemplo, está en la lista de agradecimientos, pero no está en la película. Manu Chao es famoso, pero no compartió con el Príncipe, lo podríamos haber usado en forma marketinera pero no daba. En ese sentido Eli-U tuvo mucha visión. Porque en definitiva queríamos que la película tuviera el espíritu de él, buscando su esencia.

 

Días después del estreno de Espíritu inquieto saldrá a la venta un disco llamado Lado A (Analógico) y Lado D (digital) con canciones inéditas del Príncipe.

*La película se preestrena este 2 de diciembre a las 20 horas en Sala Zitarrosa. El jueves 5 de diciembre, a las 21 horas,será la función de estreno en la Sala B del Sodre.

 

Montevideo Portal | Lorena Zeballos

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