Por Jorge Alastra*

Tuve el privilegio- junto a decenas de invitados- de ver el ensayo general del espectáculo de Jaime Roos que hará en el estadio el próximo 17 de diciembre. Estamos atravesando un momento extraño en la música popular a nivel mundial y ser testigo de un show íntegro de Jaime, escuchar desfilar tantas joyas – ininterrumpidamente – me hace reflexionar lo siguiente. Anoche se vivió una liturgia, un abrazo cultural, además de un estado fuerte de melancolía porque esa música que nos representa como sociedad – mejor que cualquier otra cosa – sobrevive hoy dentro de una especie de cápsula temporal. Es casi una reliquia ("hay tradiciones que están más muertas que un faraón") porque las nuevas tendencias parecen exigir otra cosa, lo bastante alejadas del ideal estético y de la contundencia artística de Jaime.

A la segunda canción, anoche, sentí caer las lágrimas por volver a capturar aquello y por la melancolía de saber que eso fue (es) patrimonio de una generación en retirada, de otro mundo de afectos, de rigor y resistencia artística. No en vano Jaime dijo en un momento: "el título de este show podría ser Una Noche en el Siglo XX". Las versiones que se escucharon deben estar entre las mejores que ha hecho y encuentran a un Jaime tocando y cantando estupendamente, con la carpeta y el buen gusto que da la veteranía. La banda es una aplanadora, es la Furia (Martin Ibarburu, Gerardo Alonso, Nico Ibarburu, Gustavo Montemurro, Juan Ibarra + Poly Rodríguez). El coro murguero es casi un coro wagneriano (que además cuenta con coreografía). La cuerda de tambores del Barrio Sur y la batea murguera (La Triada) terminan de armar el discurso político-artístico: esto SOMOS NOSOTROS. En esa liturgia es que nos reflejamos, esto ES URUGUAY, señoras y señores.

Jaime es el mayor sociólogo de la historia y el que mejor leyó, de todos los músicos uruguayos, las líneas y (entre líneas) de nuestro ser común. Y lo hizo con una calidad insuperable. Estas músicas y las letras de la mayoría de estas obras son de alta gama: difícil hallar hoy en la paupérrima oferta mundial de "canciones" unos textos como los de Jaime. El recorrido del repertorio es un mazazo tras otro, un repaso psicológico y entrañable. Hay versiones maravillosas de "Milonga de Gauna", de "El tazón de Té" o de "Lluvia con Sol". Y están todos los clásicos murgueros y las versiones son una mejor que otra.

Capítulo aparte: el “Zurdo” Bessio. Sin dudas, el mejor cantante uruguayo de las últimas décadas. La versión de "Brindis" es de antología, distinta a la "oficial" pero tan o más sorprendente que la del Canario. El Zurdo deslumbra por calidad interpretativa y por buen gusto y polenta. Los músicos son todos excelentes y una frutilla para la torta: el enorme Pablo Somma en flautas, colocando tersura y belleza en momentos claves.

Un espectáculo contundente que emociona porque es una construcción social más allá de todo; esta música debe ser considerada así y es un logro de todos nosotros porque somos partícipes, de una u otra forma, de ella. Ojalá que Jaime pueda llevarlo al exterior para que se sepa (ya se sabe) el nivel de músicos que existe en este diminuto país. Me siento orgulloso de ser uruguayo al escuchar un show como el que viví anoche. Salve, Jaime.

Jorge Alastra (1963), músico, compositor. Ha editado cuatro discos como solista desde 2007 y tres al frente del trío MALAJUNTA como guitarrista, compositor y arreglador. Ha obtenido distintos premios como productor y compositor: Grafitti 2008 por la producción de "Una de Cabrera" y primer premio a canción inédita por "Hacia el Ayuí" por la Comisión del Bicentenario (2014), entre otros.