Me cuesta tomar perspectiva todavía de todo lo que va a implicar esta "Nueva normalidad", pero hay un quiebre que me gustaría conservar. En la "vieja normalidad", entrevistar a una persona con mayor o menor complicidad casi nunca agregaba una pregunta que hoy siento obligatoria: ¿cómo estás?
Roberto Musso levantó el teléfono sobre las dos de la tarde, aprovechando el rato en que su hija tienen clases por Zoom, para poder hablar de música, giras truncadas y una nueva forma de proyectarse al futuro. Pero la pregunta "¿cómo estás?" abrió un abanico mucho más amplio. ¿Estamos realmente preparados para una Nueva normalidad? ¿Nos da igual asistir a un recital desde casa? ¿Somos conscientes de nuestro papel en una sociedad que quizás ya no vuelva a ser como antes?
Con la calidez que lo caracteriza, confesó que esto de estar aislado ha sido todo menos inspirador. Pero sabe que del otro lado tampoco estamos muy seguros de cómo vamos a seguir, pero tenemos claro de que queremos volver a encontrarnos.
*
Roberto, ¿Cómo estás? ¿Cómo te agarró la pandemia?
Nos agarró de gira, nos presentamos en el Festival Vida de México y debe de haber sido el último recital en el mundo (Risas). Ahí decidimos volvernos porque estábamos ya intuyendo que iba a ser cada vez más complicado, por un tema logístico, cancelar los shows, vueltas burocráticas intensas... Volvimos y nos "autocuarentenamos" 15 días a ver qué pasaba. Con el correr de los meses nos agarró justo que sacamos el disco el año pasado y al segundo año es que hacemos la gira larga por Latinoamérica. Nos cortó este año. A esta altura tendríamos que haber tocado en Perú, Ecuador, México...
Imagino que esos shows los van a poder reprogramar.
La idea es reprogramar y en países donde era la primera vez que íbamos, son lugares donde no se devuelven las entradas entonces esperamos poder volver. Habrá que ver cómo sigue esto porque dentro de todo acá estamos bastante bien comparando con la región. Estamos aprovechando a componer un poco, pero tal vez te deja eso de que tenés algo pendiente, porque lo que más nos gusta es presentar las canciones en gira.
Además, que tu proceso creativo es componer, sacar disco, presentarlo y ahí volver a empezar. El parón no te dejó soltar una cosa para empezar con otra.
Tal cual y con este bombazo acá en el medio. Porque por suerte pudimos presentar el disco el año pasado acá en Uruguay, en Buenos Aires, en Chile, México y Colombia, pero te falta la otra parte, con canciones que no hemos podido ni estrenar. Además, nosotros sí tenemos shows en las ciudades grandes, pero también si podemos vamos a ciudades con aforos más chiquitos, donde la gente es súper agradecida. Nos está quedando pendiente poder hacer esa gira.
Debe de ser muy enriquecedor no llegar solo al público masivo sino también conectar con gente que hace muchos esfuerzos por verlos, en lugares donde las bandas no llegan.
Sí, nos gusta mucho equilibrar eso. De repente estamos tocando en un show con miles de personas y al día siguiente con 500 personas, con gente más cerca y lo valoran muchísimo. Y también agradecen que el estilo del cuarteto sale de lo estándar que sale del mainstream, se mantenga por esa línea.
Esta nueva situación nos ha acercado a cosas que antes no teníamos tan adoptadas, por ejemplo, tener que asistir en las clases a distancia de los hijos, estar mucho más tiempo en casa... ¿Es un proceso inspirador para crear canciones o es un tiempo de reflexión?
(Risas) Está muy bien la pregunta que me hacés porque yo todavía me la hago. Creo que obviamente cada compositor tiene su inspiración y su veta compositiva conectada con lo emocional de forma diferente. A mí me pasa que es una época de tanta incertidumbre que no ha sido inspirador o disparador de algo específico. Porque a veces en mi caso no funciono mucho con un tema tan en caliente como este que una vez que pase no sabés cómo vas a estar vos, cómo va a estar el mundo, cómo va a estar la gente... Es un período de experimentación. Si bien he aprovechado para componer canciones, trato de aislarme un poquito del tema de la pandemia. Siempre estas cosas abren nuevas puertas y nuevos caminos de la composición. Seguramente cuando vuelvan los espectáculos vamos a vivir una realidad distinta.
Ha resultado paradójico que el arte se convirtiera en un compañero imprescindible para el aislamiento pero también el sector más afectado, no solo los artistas sino todos los que componen el sector, en este caso de la música (utileros, productores, iluminadores...). ¿Cómo sentís que se ha manejado?
Muchas veces la gente solo piensa en el músico que dejó de presentar su trabajo, pero alrededor de todos hay un montón de gente. Nosotros en la gira viajamos unas once personas, son muchos más los que están afuera. Es un tema que se ha manejado con lógica acá, pero en algún momento va a tener que reactivarse. No sé cómo va a ser con los grandes shows, no imagino mucho, pero está la chance de hacer un pase intermedio en teatros con un aforo para poder hacer el espectáculo con la gente sentada...
La Trastienda acá en Montevideo fue la primera en Latinoamérica en reabrir con shows de buenos Muchachos. Una forma diferente de pensar el rock también, ¿no? Adaptarnos a ver a las bandas desde un asiento. Lo mismo que con el Pilsen Rock que va a ser virtual...
Sí, tal cual. Creo que si la situación sigue contenida se puede habilitar teatros más grandes. Ahora el aforo no da para que sea redituable un show. Nosotros muchas veces vamos a ciudades como Bogotá o Quito que tocamos en teatros y es más fácil que con la gente parada y saltando. La mayoría de las bandas de acá en Uruguay estamos acostumbrados a tocar en vivo, nos hemos desarrollado con los shows ante la gente.
Ustedes han pasado evoluciones desde el formato (disco de pasta, casete, CD, digital), histórico... ¿Estaremos ante una nueva transformación?
El proceso de la adecuación de la banda durante estos años se ha dado paulatina y naturalmente. Ahora veo que es algo forzado (Risas). Espero realmente que no haya que acomodarse a una nueva realidad sin más shows en vivo, me niego a aceptarlo. Lo veo como algo transitorio, porque trasciende la parte sociológica.
Más allá de la pandemia, el Cuarteto ha estado presente en estas últimas semanas a raíz de la reyerta por el cuplé de Edison Campiglia sobre Rivera. Muchos recordaron el caso de "El día que Artigas se emborrachó" y se planteó la pregunta de si hay límites en el humor. ¿Te empapaste en el tema?
No me empapé, pero lo vi un poquito (Risas). Fijate que fue en el 98, parece mentira que se siga hablando del mismo tema después de 22 años (Risas). Porque fueron 22 años con un cambio radical en la sociedad en general, con cuestiones que en aquella época nos parecía interesante escribir y hoy ni siquiera interesa. Cuando excede a la gente que vos pensás que podía llegar a escuchar esa canción, le molestó a mucha gente que no pensamos que la fuera a escuchar. Creo que son cuestiones que pasan. En la canción de Artigas el tiempo fue generoso con nosotros, porque en el fondo tenía algún valor artístico en sí mismo. Más allá de una polémica que ni siquiera buscó. Creo que en el caso este (de la columna de Campiglia) tampoco creo que buscaran una polémica. Con ese objeto de censurar algo y silenciar algo se genera un boomerang. Esa canción si no hubiera pasado por el poder político o la gente que quizás quiso censurarla hubiera pasado desapercibida.
Con el caso de la columna de Campiglia saltó dos semanas después, así que al público objetivo del programa no le llamó la atención...
¿Ves? Afirmo lo que había dicho. La hubiera escuchado la gente que la iba a escuchar y nada más.
Aun así, ustedes han tenido una evolución creativa, en ese momento quería escribir sobre Artigas y hoy escribís con otra perspectiva. ¿Apuntás a otro lado por la evolución natural del paso del tiempo?
Sin dudas. Esa evolución en el Cuarteto se ve clara que la propuesta nuestra en los noventa motivaba a la generación de aquella época con ese tipo de letras. Navidad en las trincheras sigue siendo uno de los discos más vendidos. Pero me pasó en plano compositivo que en el 2003, 2004 que tanto a nivel personal como compositivo había llegado a un callejón sin salida donde íbamos a empezar a competir con nosotros mismos. En un círculo vicioso envejeciendo con nuestros oyentes (Risas). Ahí cambiamos la parte administrativa y logística de la banda con Raro (2006) y de ahí en adelante marcamos otra forma de componer. Además, como vos decías siempre he compuesto acorde a mi edad biológica. Canciones que hoy compongo no las podría haber escrito hace 25 años.
No sé si hay una fórmula, pero ¿cómo evolucionar sin perder la autenticidad?
Creo que es difícil, pero es algo que siempre nos hemos planteado. Ponernos el reto de no repetirnos. Una de las razones de por qué se sigue acercando mucha gente joven, de veintipico y más chicos. Es estar atentos a lo que está pasando y seguir pareciendo fresco. Gente que no conocía al Cuarteto pensaba que teníamos veintipocos y después se llevan un chasco (Risas).
¿Cómo va a ser el Pilsen Rock? Porque está planteada como una experiencia cinematográfica...
Está buenísima la idea, nos encantó. Nos gustó como concepto y desafío nuevo, porque no estamos acostumbrados más que a tocar en la tele. Va a ayudar a toda la gente que está alrededor de la música. Los shows se filmaron en vivo con el protocolo de poca gente y a su vez tendrá mini entrevistas y en el caso nuestro lo hacemos en el estudio de Tavella y seleccionamos varias canciones que son más teatrales. Va a ser una experiencia interesantísima. Según como resulta quizás nos decidimos de hacer algo nosotros solos con ese formato.
*El Cuarteto de Nos se presenta este 18 de julio en el Pilsen Rock 2020 que se hará en formato virtual.
**Podés escuchar la entrevista completa en nuestro canal de Podcasting en Spotify.