Por The New York Times | Madison Malone Kircher
Cuando sale un nuevo álbum de Taylor Swift, sus seguidores a menudo estudian con detenimiento y revisan los trabajos previos de la cantante como preparación para analizar las letras y los títulos de las canciones en busca de mensajes y significados secretos.
“The Tortured Poets Department” (que en español se traduce como “el departamento de los poetas torturados”) está recibiendo de hecho el mismo tratamiento, y quizás ningún grupo de oyentes estaba mejor preparado que los estudiantes de la Universidad de Harvard que en la actualidad estudian las obras de Swift en una clase de literatura inglesa dedicada exclusivamente a la artista. El curso de pregrado, Taylor Swift y su mundo, es impartido por Stephanie Burt, quien hace que sus alumnos comparen las canciones de Swift con obras de poetas y escritores como Willa Cather, Samuel Taylor Coleridge y William Wordsworth.
El jueves por la noche, unos 50 estudiantes de la clase se reunieron en una sala de conferencias del campus para escuchar el nuevo disco de Swift. Mary Pankowski, una alumna de 22 años que cursa el último año de historia del arte y arquitectura, llevaba una sudadera color crema que compró en la gira Eras de Swift el año pasado. El grupo hizo brazaletes de la amistad con cuentas para celebrar el nuevo álbum, contó.
Cuando el reloj marcó la medianoche, el aula estalló en aplausos y comenzó el análisis. Primero, el grupo escuchó el álbum completo una vez sin discutirlo, para simplemente asimilarlo todo.
Sin embargo, ciertas frases causaron revuelo de inmediato, contó Samantha Wilhoit, una estudiante de tercer año que estudia al gobierno, como, por ejemplo, una referencia al cantante Charlie Puth y la mordaz letra de la canción “The Smallest Man Who Ever Lived”, dijo Wilhoit, de 21 años.
Una línea de la canción “I Can Do It With a Broken Heart”, en la que Swift canta “Lloro mucho, pero soy tan productiva”, también pareció resonar, afirmó Wilhoit, riendo.
Un grupo más pequeño, entre ellos Pankowski, aguantó hasta las primeras horas de la mañana para ver si Swift lanzaba música adicional. A las 2:00 a. m. fueron recompensados con un “volumen” adicional de 15 temas llamado “The Anthology”. Pankowski dijo que no fue a dormir sino hasta después de varias horas.
Juntos, en una conversación con The New York Times a través de una videollamada el viernes por la mañana, varios estudiantes de la clase discutieron sus opiniones sobre las 31 nuevas canciones e intercambiaron ideas sobre sus trabajos finales, que deben entregarse a finales de este mes.
“La canción ‘Clara Bow’ me recordó a ‘La canción de la alondra’”, dijo Makenna Walko, de 19 años, citando la novela de Willa Cather que relata la carrera de una aspirante a cantante de ópera, Thea Kronborg. “Habla de una chica que intenta salir de su pequeño pueblo y llegar a Manhattan, y de lo que significa tener grandes sueños musicales y tratar de perseguirlos”, continuó. “Esa es una narrativa que ha aparecido mucho en la propia vida de Taylor, a lo largo de su propia carrera. En muchos sentidos, también es la historia de Taylor”.
Lola DeAscentiis, estudiante de segundo año, se concentró en la canción “But Daddy I Love Him”, comparándola con el poema de Sylvia Plath, “Papi”. DeAscentiis planea explorar el vínculo en su trabajo final.
“Dudo en afirmar que la canción se acerca siquiera a la genialidad de Sylvia Plath —sin ofender a Taylor Swift—, pero definitivamente puedo ver algunas similitudes en los temas que aborda, como la tristeza, la depresión y la salud mental”, afirmó DeAscentiis, de 20 años. (DeAscentiis también hizo una distinción entre ser aficionado de Swift y ser un “swiftie”, como se conoce a la base de seguidores devotos de la artista. Dijo que se identificaba como lo primero).
“La manera en la que Taylor superpone su relación con la pareja de la que habla en la canción con la relación que tiene con su padre, creo que fue algo muy a lo Plath”, agregó.
Otra estudiante, Ana Paulina Serrano, se hizo eco de lo que dijo DeAscentiis y señaló que la clase había aprendido sobre el género de la poesía confesional. “¿Se considera a Taylor una poetisa confesional?”, preguntó Serrano, una estudiante de tercer año de 21 años que se está especializando en neurociencia, al grupo durante la llamada. En apoyo a su propia teoría, ofreció como prueba la canción “Mastermind” de Swift, un tema del disco “Midnights”, en el que Swift revela que calculó y trazó el resultado de una relación.
“A veces, ella confiesa cosas que nosotros ya sabíamos o habíamos asumido, pero a menudo parece sentir la necesidad de decírnoslo de manera explícita”, agregó Serrano.
Isabel Levin, una estudiante de último año de 23 años que estudia biología integrativa, afirmó que pensaba que la interpretación de Swift en varias canciones tenía cierta cualidad del género “spoken word”, un tipo de interpretación poética que utiliza además elementos musicales y teatrales. Se preguntó si algunas letras quizás no habían comenzado como canciones, sino como poemas más tradicionales.
Swift ha dicho que clasifica sus canciones según el tipo de bolígrafo o pluma que imagina usar para escribir cada una. Una canción “frívola, despreocupada y vivaz” es una canción de bolígrafo de gel brillante, mientras que una canción de pluma estilográfica podría ser más “brutalmente honesta”, según Swift. Las canciones con pluma (clásica, de ave) son “todas anticuadas, como si fueras un poeta del siglo XIX creando tu próximo soneto a la luz de las velas”, explicó durante su discurso de aceptación como compositora y artista de la década en los Nashville Songwriter Awards en 2022.
¿Y con qué podría haber escrito Swift “The Tortured Poets Department”?
Con una pluma clásica, sin duda, afirmó Walko.