Por Gabriel Rocha
Lo que distingue a un hornero (Furnarius rufus) es su forma de hacer el nido. Sus colores marrones claros no son llamativos, pero su nido sí. Lo construye en forma de horno, de ahí su nombre. Para ello utiliza barro, estiércol y raíces.
El nido tiene dentro un tabique que separa el lugar donde incuba (la cámara incubatoria) de la entrada. Algo así como un living y un dormitorio.
El hornero es un pájaro muy popular, que ha dado lugar a creencias y leyendas. Por ejemplo, mucha gente cree que no trabaja los domingos o que las bocas de los nidos de hornero siempre apuntan al mismo punto cardinal, o que si el hornero hace un nido encima de una casa o un rancho de campo, jamás le caerá un rayo. Todas son creencias sin mucho fundamento: el hornero si tiene barro construye el nido todos los días, sin importar si es domingo o no, y la entrada apunta hacia cualquier dirección.
Duerme afuera
Otra característica de este pájaro es que no duerme en el nido todas las noches, solo lo hace durante el proceso reproductivo en la incubación. Fuera de esa época, duerme en los árboles, a pesar de tener ese gran nido que lo podría proteger de la lluvia, el viento y el frío intenso.
Para construir un nido una pareja de horneros hace aproximadamente 1.600 viajes. En general les lleva cerca de 15 días terminarlo, si hay barro de continuo. Y no necesariamente construyen un solo nido al año; pueden llegar a construir dos o tres, aunque usen uno solo.
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