Decenas de personas buscaron durante el fin de semana un supuesto tesoro enterrado por soldados alemanes en la ciudad neerlandesa de Ommeren, luego de que los Archivos Nacionales de los Países Bajos revelaran un mapa que aparentemente indica su ubicación.
Según un portavoz municipal, después de que muchas personas se pasaran el sábado y el domingo probando suerte en la búsqueda del supuesto tesoro, ninguna lo consiguió. Tal fracaso no es de extrañar, ya que tiempo atrás el Estado de Países Bajos envió a a su propio equipo de investigadores a buscar el tesoro, pero no se halló ni un indicio.
El vocero agregó que los entusiastas cazadores de tesoros invadieron propiedad privada con sus excavaciones, lo que obligó a las autoridades a tomar cartas en el asunto. Según publica Diario de Noticias, la policía no arrestó ni multó a ninguno de los buscadores. Simplemente se limitó a expulsarlos y a colocar carteles de advertencia.
Algunos de los buscadores de tesoros llevaban consigo detectores de metales, algo que está prohibido en buena parte del país, razón por la que se los obligó a desecharlos. La prohibición tiene como cometido evitar la exhumación por particulares de bombas y minas de la Segunda Guerra Mundial, que todavía yacen en gran número bajo el suelo holandés.
La búsqueda del tesoro en Ommeren se desató luego de que los Archivos Nacionales de los Países Bajos revelaran la semana pasada un mapa que parece mostrar el sitio donde los soldados nazis enterraron millones de euros en joyas, relojes, oro y diamantes robados de un banco de Arnhem, en el este del país.
El documento contiene pistas sobre la supuesta ubicación del tesoro —cuatro cajas de municiones llenas de relojes, joyas, oro y piedras preciosas— e indica que los objetos estarían enterrados en un lugar de Ommeren, según el testimonio de un soldado alemán que, en 1947, aseguró haber observado a tres compañeros enterrando las cajas.
El valioso botín fue robado por soldados alemanes de una sucursal del banco Robaver —activo entre 1911 y 1947— en Arnhem en agosto de 1944, después de que el edificio fuera alcanzado por bombas.
Según la información contenida en los documentos, los soldados alemanes inicialmente escondieron los objetos de valor en sus propios abrigos y luego llenaron cofres y cajas vacías de municiones antes de enterrarlos.
Dado el enorme valor de los objetos (varios millones de euros, según los Archivos Nacionales), el propio Estado neerlandés intentó en varias ocasiones localizarlos, pero sin éxito.
El supuesto mapa del tesoro proviene de los archivos del Instituto de Gestión de los Países Bajos, que se dedica a investigar los activos alemanes en suelo holandés después de la Segunda Guerra Mundial.
Una de las teorías oficiales es que el tesoro fue desenterrado unos días después por los mismos soldados, lo que explica el hecho que todos los esfuerzos por localizarlo hayan resultado inútiles.