A mediados de la década de 1980 el hip hop seguía siendo ninguneado y hasta combatido por razones no muy diferentes por las que el rock lo había sido tres décadas antes: temor a lo nuevo, resistencia a los cambios, racismo y prejuicio social.
Sin embargo, bastó con que aparecieran tres jóvenes blancos de clase media, para que un disco de rap llegara por primera vez al número uno de ventas. Licensed to Ill, el álbum debut de los Beastie Boys editado en noviembre de 1986, fue uno de los éxitos masivos más grandes y más rápidos de la historia.
A muchos de los primeros cultores del género nacido en Nueva York esto no les causó mucha gracia. No solamente volvía a suceder lo mismo que había pasado con el rock y el blues negros, segregado e ignorado hasta que lo tomaron algunos músicos blancos; los tres adolescentes que de la noche a la mañana se habían vuelto masivos parecían burlarse del estilo, convirtiendo en caricatura todo el costado social de su cultura, haciendo del hip hop un chiste para niños blancos.
El mayor éxito del grupo "Fight For Your Right (To Party)", parodiaba de la manera más políticamente incorrecta posible a las canciones "comprometidas" mezclando el heavy metal más terraja con el rap más básico. Sus shows incluían mucha cerveza (arriba y abajo del escenario) y escenografías con bailarinas en jaulas y penes inflables gigantes. Nadie le daba a la banda más de unos meses de vida.
El paso del tiempo demostraría que la relación de los Beastie Boys con la cultura del hip hop era más sincera de lo que parecía. Y mucha gente entendió el chiste desde el principio. Como el semanario neoyorquino Village Voice, que tituló la critica de Licensed to Ill con el hoy ya famoso "Tres idiotas hacen una obra maestra", o algunos músicos negros como los de Run DMC, que compartieron escenario con los Beastie Boys desde el inicio. Pero para mucha gente ver cómo la cultura callejera del el hip hop era convertida en una broma para el público blanco más descerebrado no tenía nada de gracioso. La combinación de heavy metal con rap y con letras que hablaban de fiestas, sexo casual y machismo que marcaba Licensed to Ill no ayudó mucho a despejar el malentendido.
Michael "Mike D" Diamond, Adam "MCA" Yauch, y Adam "Ad-Rock" Horovitz, los tres integrantes de Beastie Boys venían en verdad del punk y el hardcore y su conversión al hip hop se dio cuando el productor Rick Rubin, por entonces al frente del sello Def Jam escuchó el tema "Cookie Puss", primera incursión en el rap del trío que se había convertido en un éxito en el underground neoyorquino. Para los tres integrantes de los Beastie Boys el pasaje del hardcore al hip hop fue algo natural y no tan extraño en aquella época. El punk nacido en Nueva York a mediados de los setenta había constituido una rebelión de algunos jóvenes blancos ante la autocomplacencia y las ínfulas de trascendencia del rock. Fue la vuelta a las raíces de una música simple y agresiva que no necesitaba de ningún virtuosismo. El hip-hop nacido en los barrios negros del Bronx a principios de los ochenta, practicaba la misma premisa, yendo aún más allá; ni siquiera había que ser músico, bastaba con tener dos tocadiscos y un micrófono para expresarse.
La sofisticación que ha ido adquiriendo el hip hop (entre otras cosas gracias a los Beastie Boys) hace que Licensed to Ill suene hoy un tanto primitivo. Sin embargo el uso de una gran cantidad de fragmentos de muy diversa proveniencia para armar las bases sobre las que los tres músicos rapeaban fue una novedad en ese entonces, también lo fue el humor y la originalidad de sus rimas. La energía y la frescura de temas como "Fight for Your Rights", "Brass Monkey" o "No Sleep Till Brooklyin" siguen intactas.
Los tres músicos venían de familias intelectuales de clase media de Nueva York. Cuando comenzaron a presentarse como un trío de hip hop, compartiendo los tres la tarea de rapear, crearon unos personajes en escena que no tenían nada que ver con ellos. Rick Rubin llevó el chiste más allá, combinando las rimas del trío con samples de heavy metal y rock pesado. Es posible escuchar en los temas del disco fragmentos de Led Zeppelin, Black Sabbath y Slayer entre muchas otras bandas, en un tiempo en que aun el tema de los derechos de autor en los sampleos no estaba legislado. La mezcla roquera hizo que mucha gente que nunca había escuchado hip hop se acercara a la música del grupo, y entre esa mucha gente hubo varios que no entendieron que todo se trataba de un chiste.
En el libro que acompaña el álbum retrospectivo The Sounds of Science Adam Yauch escribió: "Lo extraño es que al cabo de poco tiempo nos convertirnos en lo mismo de lo que nos burlábamos. Por tomar tanta cerveza y actuar como machistas descerebrados terminamos siendo justamente eso. Lo que lleva a que esta historia tenga dos posibles moralejas. Una es ‘Ten cuidado de lo que te burlas o terminaras siendo eso mismo'. La otra es la que más me gusta: ‘Todos los sexistas idiotas del mundo solo están fingiendo, siguiendo una rutina. Y tal vez en algún punto en el futuro cuando los planetas se alineen de cierta manera, todos volverán a la normalidad'".
En la década del noventa el trío dio otra vuelta de tuerca al retomar sus instrumentos "roqueros" (cabe recordar que habían comenzado como una banda de punk hardcore) y mezclarlos con las bases de hip hop. Discos como Check Your Head (1992) e Ill Communication (1994) fueron la puerta de entrada al hip hop para mucha gente que nunca había prestado atención al género y metieron al trío en la bolsa del rock "alternativo".
La muerte de Adam Yauch en 2012 hizo que la historia del trío llegara a su fin. Aquel primer disco que hoy está cumpliendo treinta años fue el comienzo de un largo camino, que pareció empezar como un chiste fugaz y terminó con uno de los proyectos más influyentes de la música popular de las últimas décadas.
Por Andrés Torrón