Música sin enemigos: The Weeknd

A principios de 2011 se dio a conocer un álbum difundido gratuitamente por Internet de un artista llamado The Weeknd. La música daba una vuelta de tuerca bastante original a las formulas del pop más actual de raíces negras.

Aunque varias de las canciones pop de Rihanna o Beyoncé traten temas serios y arriesgados, o aunque Usher o Jay-Z hablen de excesos de todo tipo, una de las reglas del R&B contemporáneo (la música pop de raíces negras derivada del soul y el funk, pero con toques de hip hop y música electrónica) parecería ser no caer nunca en lo oscuro. Lo dark y decadente no está nunca en el lenguaje del género. The Weeknd sin embargo, llevaba lo oscuro al extremo tanto en la música como en la letra en esa colección de temas llamada House of Balloons.


 
Sus bases eran siempre ominosas, las melodías eran extrañas y las letras hablaban de sexo y excesos, pero de una manera sórdida, haciendo hincapié siempre en la parte fea de las fiestas. Lo curioso es que no lo hacía desde una postura pontificante, sino media maquiavélica, disfrutando del mal autoinfligido o provocado a los demás.

Parte del encanto de The Weeknd y el personaje que encarnaba en su música era el misterio. No se sabía quién era el músico detrás del proyecto.

Meses después de ese primer álbum, The Weeknd, sacó otra colección de temas de distribución gratuita, llamada Thursday, y un poco más tarde lanzó otra llamada Echoes of Silence. Las canciones eran aun más ominosas y el personaje construido aun más desagradable, aunque ya no tan sorprendente como el debut. A esa altura ya se sabía más del proyecto. El cantante y principal compositor de The Weeknd era el canadiense Abel Tesfaye, acompañado por los productores Doc McKinney e Illangelo. Mostrando la aceptación de sus colegas más famosos, el también canadiense Drake aparecía como invitado en una canción de Thursday.

A partir de la música de The Weeknd comenzó a hablarse de "R&B alternativo" o "R&B hipster"; una movida que partiendo de raíces parecidas explora otros caminos, no tan ligados a los esquemas de género. Dentro de esa bolsa "alternativa" se agrupó a músicos como Frank Ocean, FKA twigs o Janelle Monáe.

Tesfaye se convirtió en un artista muy popular. En 2012 sus tres colecciones de canciones se editaron en formato físico y llegaron al disco de platino. Un año después editó su primer disco "oficial" llamado Kiss Land.

Desde sus primeras canciones el artista había mostrado su amor por Michael Jackson y por Prince, además de su conocimiento del R&B contemporáneo. Lo había hecho de una manera bien original. Su primer disco mainstream, sin embargo, aunque seguía mostrando el talento por las buenas melodías y ciertos giros inesperados en la producción revelaba una cara mucho más convencional en materia musical. El personaje de The Weeknd y su gusto por el lado oscuro seguía ahí, pero arropado por una producción demasiado estándar que no lo diferenciaba de decenas de productos más o menos iguales.

Esta semana The Weeknd acaba de editar un nuevo trabajo llamado Beauty Behind The Madness, del que ya se habían adelantado unos cuantos temas.

Beauty Behind The Madness es un buen resumen de las dos caras del artista, su costado más experimental y dark, y el más pop y convencional. Rodeado de una cantidad de productores (entre ellos Kanye West), el álbum indica el status de "estrella pop" del artista, pero por suerte, no quita lo más original que tenía The Weeknd en sus inicios, ni su particular estilo como melodista, influencia quizás de su herencia etíope. El disco empieza curiosamente con un par de temas lentos bastante oscuros, "Real Love" y "Losers", que recuerdan al músico en sus comienzos. Luego hay canciones como "Tell Your Friends" o "Can't Feel my Face" que hacen demasiado patente el amor de Tesfaye por Michael Jackson. Lo mejor quizás esté en temas como "Often", Earned it", "The Hills", "Dark Times" o "Prisoner", este último a dúo con Lana Del Rey.

El disco muestra que The Weeknd no era un proyecto efímero, y resuelve bastante bien la tensión entre ser un músico de culto y un artista de masas. Se sabrá dentro de un tiempo si lo mejor está por venir.

Por Andrés Torrón