La idea de mirar hacia atrás revisando, rescatando y revalorando muchas de las obras o tendencias artísticas olvidadas o dejadas de lado a lo largo del siglo XX comenzó a darse a finales de la década de 1990 y comienzos del nuevo milenio.

Se podría argumentar que esa visión retro puede tener que ver con la falta de nuevas ideas, pero el arte siempre se nutrió de lo que venía antes y, en materia de música popular, el siglo XX fue especialmente rico y variado.

El tango nunca dejó de estar presente en la base de la música del Río de la Plata, pero el género en sí había sido dejado de lado tras la revolución del rock y el nacimiento del concepto de cultura juvenil.

Esa música "de viejos" comenzó a ser revalorizada por parte de nuevas generaciones que se dieron cuenta de la riqueza y creatividad de una música única, nacida en este lado del mundo.

Además de la búsqueda de fusiones del género con nuevas corrientes musicales, hubo una corriente más tradicionalista que buscó rescatar el viejo espíritu tanguero trayéndolo al mundo de hoy. Esa corriente fue bastante fuerte en Argentina, desde la danza y desde la música. Pese a ser ya un "veterano", con una larga trayectoria a sus espaldas, Daniel Melingo fue uno de los personajes más visibles de una nueva mirada al tango canción.

Suele hablarse de Melingo como un roquero convertido al tango, pero en verdad, la trayectoria de este músico bonaerense va bastante más allá del rock.

Melingo comenzó su trayectoria musical tocando el clarinete, pero además de este instrumento, estudió musicología y composición en forma académica.

Un viaje por Brasil en 1975 lo acercó al grupo de música andina chileno Agua, que andaba de gira por ese país y luego a Milton Nascimento, participando de la grabación del disco Gerais de Milton en 1976.

Al volver a Buenos Aires a inicios de la década de 1980, Melingo se puso en contacto con la nueva movida musical que comenzaba a gestarse. Fue un integrante fundamental de los Abuelos de la Nada, entre 1980 y 1985, fundó el grupo Los Twist con Pipo Cipolatti y fue integrante de la banda de Charly García, participando en la grabación del álbum Piano Bar de García en 1984.

En la segunda mitad de los 80's se radicó en España donde fue parte de Los Toreros Muertos y creo la banda Lions in Love.

Con todo ese bagaje pop puede haber sido una sorpresa ver convertido a Melingo en un neo tanguero a fines de la década de 1990, pero en verdad el tango estuvo siempre presente en su música y en su formación.

El músico ha declarado más de una vez su fascinación por la etapa guitarrera de Edmundo Rivero. Tango Bajos (1998), el primer disco tanguero de Melingo, retoma el rescate de Rivero por el primer tango lunfardo de los años 30. Puede sonar a humorada que haya llamado a su banda Los Ramones del Tango, pero la actitud punk de vuelta a las raíces con una mirada nueva, está muy presente en las canciones acústicas de ese primer álbum. Melingo retomó con sus nuevos tangos lunfardos, que hablaban de la fauna de una gran ciudad como Buenos Aires y de lo tragicómico del absurdo de nuestra existencia, esa visión nihilista del primer tango canción, con un aire muy siglo XXI.

Es probable que aunque no dejara de tener su encanto, el personaje y la música de ese primer disco sean demasiado estudiados, más de laboratorio que "de calle". Pero en sucesivos trabajo Melingo fue puliendo su propuesta, hasta llegar al álbum Maldito Tango de 2003, su primer trabajo de difusión internacional, donde mostró una cantidad de nuevos caminos musicales que habían estado insinuados en su carrera y que el músico abordó sin prejuicios.

El último disco de Melingo, Linyera (2014), es otro excelente resumen de sus muchas inquietudes musicales y de su gran visión arreglistica. Hay tango y milonga, pero también canción jazz, música gitana y pop, entre muchas otras cosas. También hay referencias a sus inicios (una versión de "Volver a los 17" de Violeta Parra, tema que interpretó Milton Nascimento en Gerais), aires de bossa ("Después de pasar"), musicalizaciones de poetas tangueros como Luis Alposta y una excelente tema basado en el personaje de la historieta El Eternauta de Héctor Germán Oesterheld.



Daniel Melingo presentará este disco esta noche (jueves 13 de agosto) en La Trastienda.

Por Andrés Torrón