Desde que Jimi Hendrix cambió la manera en cómo entendemos la guitarra eléctrica como instrumento musical, muchos artistas han seguido aportando nuevas ideas en esa misma senda. El estadounidense Adrian Belew es uno de los que más profundizó ese camino, radicalizando lo hecho por Hendrix y aportando una gran cantidad de nuevas propuestas. Lo ha hecho siempre de la mano de una cantidad impresionante de buena música, propia y ajena.
Desde fines de la década de 1970 hasta mediados de la de 1990 su nombre fue casi omnipresente en los ámbitos del rock más o menos "vanguardista". Su guitarra, su voz y en varios casos sus composiciones, fueron parte muy importante en la obra de gente como Frank Zappa, David Bowie, Talking Heads, King Crimson, Laurie Anderson o Nine Inch Nails.
Es un curriculum impresionante-que se aumenta con una gran y extremadamente variada obra solista- que está apoyado en su virtuosismo, pero también y principalmente en una visión artística única, que supo acompañar y enriquecer a buena parte de la mejor música de fines del siglo XX.
Como guitarrista creó una paleta de sonidos única gracias a una técnica personalísima, ayudándose del uso creativo de efectos ya clásicos en la guitarra eléctrica y siendo pionero en nuevas tecnologías aplicadas a su instrumento. Como cantante y compositor mostró una sensibilidad pop heredada de los Beatles aplicada muchas veces a música en apariencia mucho más compleja.
Belew ha dicho muchas veces que su breve experiencia como músico de Frank Zappa fue un curso exigente, extremo y acelerado de teoría y practica musical. Aunque comenzó estudiando batería, instrumento que ha seguido tocando en varias oportunidades, se volcó a la guitarra eléctrica siendo adolescente. Pasados los veinte años se fue a Nashville a hacer carrera como músico profesional. Terminó tocando en una banda de covers, cantando temas de los Beatles y Roy Orbison.
Frank Zappa vio una de las performances de grupo en un bar y quedó impresionado con el cantante y guitarrista que ya por aquel entonces había desarrollado su personal técnica en el instrumento. Pese a no saber leer música, requerimiento que Zappa consideraba indispensable, el artista contrató a Belew para integrar por un año su banda. Belew estuvo con Zappa entre 1977 y 1978 y parte de sus aportes pueden ser escuchados en el excelente disco Sheik Yerbouti editado en 1979.
Belew dejaría a Zappa para ser parte de la banda de David Bowie entre 1978 y 1979. Su trabajo en el álbum Lodger de Bowie, con la participación de Brian Eno y su estadía en Nueva York lo llevarían luego a grabar en Remain in Light de Talking Heads y a ser un miembro estable del grupo en la gira de ese disco. También participó de Tom Tom Club, la banda paralela de Tina Weymouth y Chris Franz, integrantes de Talking Heads, no solo tocando la guitarra sino aportando composiciones.
Tal vez su participación en King Crimson, grupo del que Belew ha sido frontman desde 1981 hasta hace poco, ha sido la faceta por la que se ha hecho mas conocido.
Muy particularmente por la etapa de Crimson que incluye la trilogía de álbumes Discipline (1981), Beat (1982) y Three of a Perfect Pair (1983) donde Belew, junto a Bill Bruford en batería y Tony Levin en bajo y stick le dieron nueva vida al proyecto creado por Robert Fripp en 1968, con toques pop sofisticados y pinceladas de new wave y rock pesado.
Belew no solo cantó y tocó la guitarra sino que fue el encargado de las letras y las melodías de todos los temas, siendo en muchos casos el compositor total de algunos de los temas más conocidos de esa etapa.
Acompañando esa etapa, desde 1982 comenzó su obra solista.
El de Belew es un caso extraño, ya que su obra más famosa es la más experimental y vanguardista y su costado pop el más desconocido. Al mismo tiempo que era la cara más visible de uno de los proyectos más vanguardistas y "serios" de la historia del rock, como King Crimson, lanzó varios discos solistas de canciones pop de tres minutos de gran influencia beatle, llenas de estribillos pegadizos y juguetones, donde además de cantar y tocar guitarras se hizo generalmente cargo de todos los instrumentos. Esos álbumes, que conforman el tronco vital de su discografía solista, muestran el amor de Belew por el formato canción en general y por Los Beatles en particular. Y muestran también la ductilidad como cantante de Belew con un estilo que puede recordar tanto a Paul McCartney como a David Byrne.
Hay varios "hits que podrían haber sido" en esa discografía, llena de buenas canciones. Dos de esas canciones si fueron éxitos; una fue "Oh Daddy" incluida en Mr Music Head (1989) cantada a medias con su hija Audie, que llegó al Top 5 en Estados Unidos. La otra fue una canción ajena: "Pretty Pink Rose", compuesta por su amigo David Bowie especialmente para él y cantada a dúo en el disco de Belew Young Lions (1990). Ese mismo año Belew había sido el guitarrista y director artístico de la gira Sound +Vision de Bowie.
El proyecto más pop que Belew integró, la banda The Bears, no tuvo nunca un éxito masivo, pese a que muchas de sus canciones son gemas del power pop. La banda fue formada por Belew y algunos de sus ex compañeros de la banda de covers de Nashville -el guitarrista Rob Fetters que comparte vocales con Belew, el baterista Chris Arduser y el bajista Bob Nyswonger- en 1984, tras una de las largas pausas que se tomó King Crimson. El grupo ha editado hasta ahora cinco discos, funcionando de manera bastante regular entre 1984 y 1988 y luego reuniéndose esporádicamente a fines de los noventa y entre 2001 y 2013.
Desde los años noventa la música de Belew, especialmente su obra con King Crimson, fue revalorada por músicos de la nueva camada "alternativa", más cercana al metal. Músicos como Trent Raznor de Nine Inch Nails, el trío Primus o la banda metalera Tool se declararon deudores del estilo de Belew como guitarrista.
Entre 2005 y 2006 Belew lanzó una serie de tres discos titulados Side One, Side Two y Side Three, con participaciones de Les Claypool, bajista de Primus y Danny Carey, baterista de Tool, donde primaban los temas instrumentales.
En 2007 Belew fue invitado a dar unas charlas e interactuar con estudiantes de la School of Rock, un proyecto de enseñanza musical llevado a cabo por Paul Green en Philadelphia. Allí conoció a los hermanos Eric y Julie Slick, de 19 y 20 años, baterista y bajista virtuosos, que encandilaron a Belew luego de que tocaran con él el tema de Zappa "City of Tiny Lights". Con ellos formó el Adrian Belew Power Trio con un repertorio basado en temas nuevos, composiciones de sus últimos álbumes, más alguna canción de King Crimson. Con ese trío (con distintos bateristas) Belew ya estuvo dos veces en Montevideo.
En este último tiempo entre muchas otras cosas el músico lanzó una aplicación para celulares y tabletas llamada Flux, donde se puede manipular creaciones suyas e hizo la música para el excelente corto de Pixar, Piper.
El próximo 22 de noviembre Belew estará de vuelta con su trío en La Trastienda, con un repertorio basado principalmente en composiciones de King Crimson.
Por Andrés Torrón
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