Vinculado a los canes casi desde su nacimiento, Andrés Peirano abandonó una promisoria carrera en la Fuerza Aérea luego de que sus experiencias en Congo le llevaran a volcarse por completo a su vocación por los perros.
Tal como lo relatara en diálogo con Montevideo Portal, el contacto con la violencia y la indefensión de los más débiles le llevó a concebir un proyecto único: entrenar perros callejeros como sistema de alerta temprana y protección de mujeres y niños. Estos animales podrían prestar un valioso servicio en lugares -como el mencionado país africano- donde la población civil está a menudo indefensa ante el accionar de grupos armados.
En la actualidad, Peirano ejerce como entrenador y da cursos de capacitación en la materia. También realiza tareas de apoyo emocional mediante perros entrenados, dirigidos a confortar a personas que han pasado por experiencias traumáticas, como el caso de quienes se ven afectados por inundaciones, algo tristemente frecuente en nuestro país.
En su nuevo artículo, Peirano analiza una raza canina de origen venezolano, y de características muy valoradas en todas partes.
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Para hablar del origen del perro Mucuchíes nos tenemos que ir hasta Venezuela. Se cree que desciende de los perros introducidos por los españoles en la conquista de las Américas, que servían como boyeros y guardianes. Algunos de los antecesores de este perro pueden ser varios mastines, como el español, el argelino y el del Pirineo, así como el perro ovejero del Atlas y el Gran Pirineo. Las múltiples cruzas entre estas razas acabaron dando lugar a un can fuerte, poderoso y muy versátil: la raza de perros Mucuchíes.
Este animal es muy importante en la historia de Venezuela. Recibe su nombre de la población venezolana de Mucuchíes, en la zona de los Andes. Durante su lucha por la independencia, Simón Bolívar llegó a este municipio y adoptó a ‘Nevado', un perro de esta raza que poco a poco fue popularizándose y extendiendo su población. Así, en los años 60 del siglo pasado la raza Mucuchíes fue declarada oficial en Venezuela. Hoy, este perro sigue siendo un símbolo del país.
En varias ocasiones se ha dudado de la futura persistencia de la raza, pero siempre se ha luchado por preservarla. En el año 2008, en Venezuela se creó la Fundación Nevado, nombrada en honor al querido perro de Bolívar, que trasladó varios perros de esta raza al Parque Nacional El Ávila, donde se dan condiciones ambientales similares a las andinas. De este modo, el Mucuchíes se salvaría de la extinción.
De gran tamaño, constitución fuerte y robusta, como ocurre en general con todos los perros de montaña, tiene sin embargo un aspecto muy agradable y dulce, aunque algo imponente.
Los perros Mucuchíes son muy enérgicos y atléticos, aunque sus movimientos no suelen ser impetuosos, sino pausados y tranquilos, con una gran seguridad. Tienen un cuerpo muy bien proporcionado; con cabeza, hocico moderadamente pronunciado con nariz negra, orejas caídas de tamaño mediano y ojos pardos.
Su pelo es lanoso, de longitud media y muy espeso. El color puede variar: completamente blanco, blanco con manchas pardas y/o doradas y blanco con manchas negras.
El perro Mucuchíes es conocido en Venezuela por ser muy afectivo, cariñoso y cercano con su familia. Se muestra manso en situaciones en las que se siente cómodo, con personas conocidas. Con los extraños, por el contrario, puede llegar a ser agresivo. Hay que tener en cuenta que durante toda su historia ha sido un perro guardián y pastor, algo que requiere un carácter fuerte y decidido y mucho instinto de territorialidad y protección.
Es un animal muy inteligente, una característica que suele ser común a todos los perros que sirven o han servido como pastores. La raza Mucuchíes destaca por su alta capacidad de aprendizaje y de dominio de las tareas para las que se entrena. Esta gran inteligencia hace bastante fácil su adiestramiento.
Estos canes no son especialmente difíciles de cuidar, ya que no necesitan mucho más que los cuidados propios de un perro pastor. Conviene prestar atención frecuente al cuidado de su pelo, que al ser semi rizado y largo, necesitará unos cuantos cepillados semanales para mantenerlo libre de enredos y suciedad. El baño, como ocurre con todos los perros, es mejor que no sea demasiado seguido. Basta con un lavado cada seis semanas aproximadamente, a no ser que el perro esté especialmente sucio.
Al tratarse de un perro por naturaleza algo desconfiado y violento con extraños, el Mucuchíes necesita ser socializado firmemente desde cachorro, para acostumbrarlo a relacionarse con todo tipo de personas y animales sin dar problemas. Incluso si se busca en el perro Mucuchíes un guardián o protector, es necesario enseñarle cuándo debe serlo y cuándo no. Es decir, cómo comportarse en cada momento para evitar situaciones complicadas.
Andrés Peirano
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