Montevideo Portal / Inés Nogueiras
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"Jack el Destripador está en Google", afirma Eduardo Cuitiño. Docente de Matemática y Estadística en la Facultad de Ingeniería de la Universidad ORT, Cuitiño dedica buena parte de su tiempo libre a realizar análisis matemáticos de diversos enigmas históricos. Así lo hizo con el origen de Carlos Gardel y ahora realizó un "viaje en el tiempo" para descubrir a "Jack The Ripper".
Con las nuevas herramientas informáticas, pruebas que aparecieron recientemente y cálculos probabilísticos y geométricos, el matemático uruguayo encontró a un sospechoso con una probabilidad del 99% de ser el tristemente célebre asesino que mantuvo en vilo a los británicos a fines del siglo XIX.
"Considero que se puede vincular la matemática y la historia, estuve probándolo con diversos misterios o problemas. Creo que los historiadores se pueden perder en la inmensidad de chances o de posibilidades, es como una inmensa partida de ajedrez en la que hay más de 300.000 millones de movidas posibles para los primeros cuatro movimientos. El buen jugador es el que sabe descartar jugadas y en eso la matemática es clave, te puede guiar y te puede llevar a encontrar pruebas. ¿Por qué afirmo que tengo un sospechoso potencial? Porque hay más de quince o veinte detalles que funcionan. No sé si es el asesino, digo que la probabilidad de que no lo sea es bajísima, de menos del 1%", expresó.
El viaje en el tiempo
Cuitiño realizó una breve reseña histórica de este emblemático caso, el punto de partida para sus investigaciones matemáticas.
"En el año 1888 comenzó una serie de crímenes y llegó una famosa carta, llamada 'Dear Boss', atribuyéndose esos crímenes. El asesino firmaba como Jack The Ripper. Hubo una sucesión de hechos misteriosos y de muertes, básicamente de prostitutas, y el asesino nunca fue atrapado. Se han tejido miles de historias, fue el primer asesino serial mediático de la historia. El inspector Sir Melville Leslie Macnaghten fue el primero en decir que hubo cinco 'muertes canónicas': Mary Anne Nichols, que falleció el 31 de agosto de 1888; Annie Chapman, que fallece el 8 de setiembre de ese mismo año; el 30 de setiembre existió lo que se llamó 'doble acontecimiento', donde el asesino operó dos veces: atacó a Elizabeth Stride pero fue descubierto, no pudo completar su ritual y pocos metros después asesinó a otra prostituta que encontró en el camino, Catherine Eddowes; y el 9 de noviembre se registra el peor crimen, que lo catapultó a una triste y célebre fama: Mary Jane Kelly apareció horriblemente mutilada".
"Como no hay certezas, las probabilidades nos pueden dar luz en todo esto. En esa época la psiquiatría no estaba desarrollada, los policías no estaban tan preparados. Lo que propongo es un criterio estadístico y matemático: hay que encontrar una pieza de un puzzle. Es como si te faltara una sola pieza, una difícil, que quizá tenga dieciséis lados. La pieza que encaje por esos dieciséis lados tendría que ser. ¿Cuáles son esos lados?", expresó Cuitiño.
Las piezas del puzzle
- Está claro que una mujer no podría ser, por una cuestión de fuerza de brazos. Si se analiza el modus operandi de los asesinatos, el asesino debía tener una considerable fuerza de brazos y la estrategia sería primero pegar un golpe de puño, casi a nivel del desmayo, y después asesinar.
- El segundo aspecto es que debería ser zurdo. Eso lo dijeron los médicos de la época, y sus cartas tienen la caligrafía de un zurdo, porque tiende a escribir sin respetar el margen izquierdo.
- Debía tener una inteligencia mayor a la media. Es una característica que plantean los psiquiatras.
- Debía vivir en la zona. Es un detalle que plantea el FBI, debería conocer la zona. Era razonable pensar que trabajaba allí, por los días en que atacaba.
- La psiquiatría aporta estadísticamente la edad que debía tener un psicópata en el momento de mayor actividad, que fue el año 1888. En ese año, el asesino debería tener 36 años.
- No debería tener hijos, es una teoría razonable.
- Habría que explicar de alguna forma por qué dejó de actuar.
Debía tener formación, lo demuestra la caligrafía de sus notas.
- Una testigo lo describió como un hombre harapiento, pero de pasado próspero. Si el testimonio de esta persona es cierto, el hombre debía haber tenido un buen pasar y una mala situación económica en ese momento.
"Podés ir acumulando un montón de detalles y clasificar a todos los posibles sospechosos que se te ocurran, en base a una función matemática. Lo que armé fue una función de verosimilitud basada en probabilidades", explicó el matemático.
"Teniendo en cuenta que el primer asesinato canónico ocurrió a 150 metros del Royal London Hospital que se ubica en Whitechapel, barrio donde ocurrieron los acontecimientos, una hipótesis muy razonable a testear era que fuese un médico. La hipótesis de que fuera un médico no estaba explotada a fondo. Quizás es feo decirlo, pero si hubieran trabajado a fondo esta hipótesis, lo hubieran encontrado. Tenían que buscar a los médicos que trabajaban en la zona y analizar su caligrafía. Y eso fue lo que hice. ¿Qué encontré? Que hay un médico que trabajaba en la zona, que tenía 36 años en el momento de los acontecimientos, y una caligrafía igual", concluyó Cuitiño.
Y el sospechoso es...
Con Google Maps, el matemático fijó los puntos de los acontecimientos canónicos, así como otros vinculados a Jack el Destripador, como "el torso de la calle Pinchin".
"Si incluís los torsos que aparecieron y marcás una circunferencia que incluya en un radio mínimo a todos los puntos, el centro de la circunferencia sería el lugar de escape de esta persona. Tomé de radio una milla de ese centro y analicé, según datos censales, a todos los médicos que vivían en esa zona. Y encontré a uno que concuerda con todas las características que mencioné", explicó.
Su nombre era Stephen Herbert Appleford y nunca fue manejado como sospechoso por la policía de la época. Este "sospechoso", señaló Cuitiño, dejó una muestra de su caligrafía en 1911, cuando estaba viviendo en una zona remota de Inglaterra y debió llenar y presentar él mismo su ficha censal.
"Los ingleses son muy ordenados con su censo y con toda la información, entonces googlear es fácil", comentó.
El uruguayo realizó una serie de contrastaciones caligráficas entre la ficha censal del doctor Appleford y la carta "Dear Boss" de Jack el Destripador. Estas son algunas de las pruebas caligráficas -el documento completo se adjunta al final de esta nota-):
También se analiza un graffiti firmado por el asesino, cuya existencia se conoció recientemente:
"Si googleás a este señor, podés encontrar detalles sorprendentes", afirmó Cuitiño. He aquí algunas de las conclusiones de su investigación:
- El acusado propuesto cumple con nueve de las características planteadas por expertos y un análisis probabilístico en base a una función de verosimilitud sitúa en 99% las chances que sea el verdadero asesino.
- Su apellido contenía una doble p, burla clave nunca tenida en cuenta.
- La ubicación de su residencia se logró en base a los datos censales: vivía en 1888 en Finisbury Circus al 17, en la zona marcada, a menos de una milla del lugar de los hechos.
- Nunca tuvo hijos, y contaba con 36 años en el momento de los crímenes.
- Era zurdo.
- Trabajaba en el Hospital de Whitechapel (era cirujano y obstetra) muy cerca de donde se encontró a la primera víctima, y cruzaba toda la zona de oeste a este para ir a trabajar.
- Se formó como cirujano en el prestigioso King´s College Hospital con los mejores cirujanos de Europa. Una carrera costosa. Su familia cayó en la decadencia en los años 1880 debido a la muerte de su padre.
- En la Universidad participaba en competencias de remo y de natación, lo cual le generó una importante fuerza de brazos.
- Cayó en una gran depresión tras la muerte de su madre en 1881 (su primer intento de asesinato fue en 1882). En ese primer intento, registrado en la transcripción de un juicio de la época, una mujer llamada Ann Bishop fue víctima de un ataque de cuchillo. Appleford fue encontrado cerca de la zona del ataque y al ser reconocido como médico tuvo que ir a socorrerla.
- Logró ingresar como cirujano a la policía en 1889. Trabajó para la policía en el torso de la calle Pinchin, un crimen que probablemente fue cometido por él mismo.
- Falleció el 31 de agosto de 1940, justo en la fecha en que comenzaron los crímenes en 1888, a la no casual edad de 88 años. Probablemente se suicidó, riéndose de Inglaterra y de los ingleses hasta en el último instante de su vida.
Cuitiño compiló todas sus pesquisas en un libro que ofrece en Amazon para cualquier formato digital. En él figuran, además de las pruebas reseñadas aquí, otras derivaciones del caso y de este sospechoso.
"Lo más importante, es que siguió matando. Appleford pasó a vivir en el interior. Si seguís los datos censales de dónde fue viviendo este hombre, siempre aparece un asesinato cercano a donde vivía este sujeto. Y lo peor de todo, es que no estaba solo... pero eso lo dejamos para otro momento", concluyó Cuitiño.
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Documentos asociados:
Material_Jack_The_Ripper _2_.pdf -
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