Como anunciaron las previsiones meteorológicas, la mañana ofrecía en esta ciudad costera, situada a un centenar de kilómetros al norte de Lisboa, unas condiciones excepcionales pese a una ligera niebla, con olas que podían alcanzar los 20 metros de alto.
Desde el alba, Nazaré era lugar de reunión de centenares de curiosos y aficionados al surf, procedentes de distintos puntos de Europa para admirar el espectáculo.
Pese a la pandemia del covid-19, un amplio grupo se dio cita alrededor del faro de Nazaré, que domina un acantilado, sin respetar en muchos casos la distanciación social y el uso de la mascarilla, constató en el lugar un periodista de la AFP.
Ello hizo que las autoridades locales prohibieran el acceso a la zona del faro para evitar una mayor concentración de personas en ese lugar.
Entre la decena de surfistas en el agua se encontraba el alemán Sebastian Steudtner o la francesa Justine Dupont.
Para muchos, la ambición es domar la mayor ola posible y poder batir algún día el récord del mundo, que ostenta el brasileño Rodrigo Koxa desde el 8 de noviembre de 2017, con una ola de 24,38 metros surfeada en Nazaré.
Praia do Norte cuenta con unas características óptimas para surfear olas gigantes por un fenómeno geológico llamando 'Cañón de Nazaré': un desfiladero submarino de 170 kilómetros de largo y 5 kilómetros de profundidad, que provoca olas de gran altura en este rincón del océano Atlántico.
AFP