Años atrás, en una interesante entrevista que realizamos a la directora de Galería de Búsqueda, Mónica Bottero nos comentaba que, para ella, una mujer realizada es aquella que está feliz y plena con lo que hace, sea ello un cargo formal con título universitario y éxitos profesionales, o las labores en su hogar. Lo central es que dedique su tiempo a lo que ama y le llena el alma, sin imposiciones, y por propia elección.
Nos vino a la mente este recuerdo, al conversar con la escritora Gabriela Fleiss (37), una uruguaya exitosa como escritora infantil, que combina esta pasión por el relato con su propia vida familiar, hasta tomando a Uriel, su propio hijo, como hermoso conejillo de indias; es el primero en escuchar sus cuentos y disfrutarlos, aun cuando los escucha de su madre en "bruto", antes de que estén plasmados en páginas impresas multicolores y repletas de dibujos.
El 2016 arranca con muchos nuevos proyectos para Gabriela Fleiss. Santillana acaba de sacar al mercado el libro de texto Leer me gusta 2 para segundo año de escuela y, como una guiñada del destino, este tendrá la oportunidad de ser uno de los libros de estudio escolar de su hijo Uriel. El libro es un proyecto que propone trabajar la lengua desde diferentes abordajes. En él se pueden encontrar fragmentos de sus primeros dos libros: La fiesta sorpresa y Bandanimal y variados ejercicios relacionados con los personajes y las temáticas de los cuentos. Además, cuenta con una sección especial sobre la vida de la autora: su biografía y una entrevista donde cuenta su relación con los libros desde Perú, donde sus padres tuvieron una librería. Todo esto acompañado con fotos de su familia, de la librería y de la ciudad donde creció.
Es para Gabriela un gran orgullo que Santillana la haya elegido como autora para incluirla un proyecto tan grande, donde los libros son ofrecidos en todas las escuelas. Las que elijan el libro trabajarán con sus textos y conocerán un poco más de su vida y su niñez.
Pero lo más especial que tiene que el libro haya sido lanzado este año es que su hijo empieza 2.° y en su escuela se trabajará con el libro. Esto será un privilegio único y un recuerdo imborrable para ambos. Ya se imagina acompañándolo a hacer los deberes de lengua sobre los textos que él había conocido antes que nadie y se emociona al pensar en que él escribirá cuál es alguno de sus sueños, como el que tenía el león de Bandanimal, que quería formar una banda de animales.
Acaba de salir al mercado el cuento Lina y sus nuevos amigos. Para Gabriela este es un cuento especial, porque se siente identificada con el personaje: una ardilla muy curiosa que disfruta de todo lo que la rodea de una manera particular. Seguramente muchas veces hemos escuchado decir que "hay que disfrutar de las pequeñas cosas maravillosas de la vida".
En abril empieza la etapa de promocionar el libro, una tarea que disfruta profundamente. Contar el cuento en escuelas, librerías y ferias del país es algo que ella hace con muchísimo placer. El feedback inmediato de los niños: sus risas, sus preguntas, sus comentarios y sus ocurrencias son pura energía positiva que Gabriela recibe y acepta con enorme alegría.
Cuenta que a veces los niños tienen una percepción de las cosas que es realmente sorprendente. El año pasado, en dos oportunidades en las que contó Bandanimal, todos los niños presentes, a falta de papel para poder pedirle que firme "un autógrafo", le pidieron que les firmara la mano. Ella lo cuenta con una gran sonrisa y aclara que esas extrañas situaciones, graciosas e inocentes, son anécdotas que ella guarda con enorme satisfacción.
Además de lo nuevo, también continúan las buenas noticias con sus libros anteriores. La fiesta sorpresa, su primer libro publicado en 2014 por Santillana, a partir de este año formará parte de la Biblioteca virtual del Plan Ceibal. Esto se suma a los logros anteriores: La fiesta sorpresa fue finalista del Premio Bartolomé Hidalgo y en el 2015 fue seleccionado por la Secretaría de Educación Pública (SEP) de México para formar parte de las bibliotecas escolares. En nuestro país también integra el proyecto Biblioteca solidaria, perteneciente al Programa de Lectura y Escritura en Español (ProLEE) de ANEP.
Gabriela es Licenciada en Ciencias de la Comunicación. Estudió en la Universidad de la República, donde ejerció la docencia por 10 años en las asignaturas Sociología de la Comunicación y Metodología de la Investigación en Comunicación. También se ha especializado en el área de liderazgo comunitario en la colectividad judía uruguaya de la que es parte y actualmente es la Directora Cultural de la Comunidad Israelita del Uruguay (Kehilá).
Gaby, no es poca cosa esto de tener éxito y ser reconocido por algo que hacés con pasión, porque te gusta... ¿Estás feliz? ¿Sorprendida quizás de ver el efecto que tiene en otros lo que escribís?
¡Estoy muy feliz! Cuando los padres me llaman y me cuentan cómo disfrutan de alguno de mis cuentos con sus hijos me sigo poniendo muy contenta. El libro llega a las casas y pasa a formar parte de una rutina o de un momento placentero en familia y eso es maravilloso.
Además, este año, con la publicación de Lina, creo que va a ser especial, porque es un cuento que puede hacer que los adultos también se sientan identificados y puedan apreciar esa cualidad de Lina de disfrutar de las pequeñas cosas cotidianas que a veces se nos pasan... Y eso que no lo escribí con la idea de dejar una moraleja explícita, simplemente salió así, porque yo a veces me siento como Lina.
Uno puede pensar quizás que un libro infantil es algo fácil de escribir. Es más corto, de lenguaje más sencillo. Pero en realidad, es todo un arte lograr la atención de los niños. ¿Cómo lo hacés? ¿Te planteás una meta de enseñarles algo o de hacerles pasar bien?
Yo creo que cuando uno escribe la historia tiene que tener un sentido y tiene que ser lindo para los niños también. No es que me plantee qué moraleja quiero bajar...
No decís: "Tengo que ser didáctica"...
No. Me parece que esto pasa por cómo uno se emociona con un libro y cómo se lo va a contar a un niño; y puede no tener nada que tenga que ver ni con moraleja ni con nada que haya que enseñar, sino con un sentimiento que se produce.
Porque tocás almas... ¿no?
Es que lo que tiene el tema de escribir para niños es que el feedback es inmediato y es impresionante. En realidad, el feedback es tanto de los padres como de los niños. Cada vez que voy a contar el cuento a una escuela (esto es parte del trabajo espectacular que hacen en la editorial Santillana para la difusión de los libros), los niños vienen y me abrazan. El otro día una niña me dijo: "Te quiero mucho. Gracias por venir a contarme el cuento". O sea, es tan puro. El año pasado fui a contarlo a una escuela pública en Lagomar, me hicieron un regalo especial: un cuadrito en agradecimiento a la escritora por el tiempo dedicado.
Los niños al terminar de contar se acercan y te abrazan. Realmente uno se siente como una celebridad porque uno les cuenta un cuento ¡pero ellos lo disfrutan tanto! Sobre todo porque creo que antes no teníamos la posibilidad de conocer al que estaba del otro lado; entonces a veces juego con ellos y les digo: "Yo sé lo que pasó porque yo escribí el cuento", por ejemplo en La fiesta sorpresa hay un regalo y yo juego a que ellos adivinen qué es...
El choque entre la curiosidad y la necesidad de que ellos mismos imaginen...
Claro. Ellos quieren saber y yo nunca les digo porque quiero que usen la imaginación. No les digo qué hay adentro del regalo. "Pero vos tenés que saber porque escribiste el cuento", me dicen. Tienen una magia especial que la persona que está atrás de la idea esté ahí con ellos. Y a veces lo que pasa también es que los padres me dicen: "Hace 25 días que estoy leyendo tu cuento...".
Genial. Me imagino las caras...
Pero eso es lo que tienen que entender los padres y que yo siempre les digo: "Si el niño pide léanselo hasta el cansancio. El niño sólo va a decidir ‘Ahora no quiero más, quiero otro'". Los padres a veces dicen: "Pero ya lo leí, ya lo sabés de memoria".
Y esa es justamente la gracia...
Claro. Esa es la seguridad, eso es lo que al niño le genera placer: aprender. Lo repiten, saben lo que va a pasar, se sienten seguros, les encanta. Los padres me joroban y me dicen: "¿Cuándo vas a sacar el próximo?". Eso es espectacular, porque me mandan fotos de los niños hojeando los libros. El feedback ese es inmediato. Eso es lo que tiene trabajar para niños, cuando se los vas a contar te devuelven enseguida y después los padres también... Es espectacular.
Vos irradiás una fuerza muy linda... Te imagino en clase con los nenes, como una más, disfrutando con ellos...
Me encanta. Y te diré que yo lo cuento desde un lugar que también es lúdico, entonces juego con ellos, los hago participar a los niños. Y como son niños chicos -trabajo con niños de tres hasta siete años- todos quieren participar y todos están dispuestos de una manera buenísima a jugar, a que el cuento también sea un juego para ellos.
¿Te pasa que a raíz de los comentarios o preguntas de ellos aprendés algo sobre tu cuento que no sabías?
Sí, me pasa. Me pasa que me hacen comentarios muy graciosos muchas veces. A veces me pasa que cuando trabajo con niños muy chicos, que es lo más difícil, a veces levantan la mano y dicen: "Mi mamá también se llama Gabriela", y "Yo vi un camaleón una vez en...", pero a veces pasa que te dicen cosas que te sorprenden acerca de las fiestas sorpresas. O que ellos una vez tuvieron una y que fue maravillosa entonces uno dice: "Qué bueno", estas cosas que te van diciendo cómo ellos viven una experiencia que nunca había pensado que un niño pueda vivir así, como por ejemplo una fiesta sorpresa que le preparan a un familiar. O que ven algo, o que descubren una cosa que el dibujante puso...
ESCRITORA MAMÁ
Vos tenés a Uriel, tu hijo. ¿En qué medida incide en tu escritura el ser mamá?
Te diría que en mi escritura infantil en todo.
¿Lo podés tomar como "ratón de laboratorio" a Uriel?
Sí, mirá que él se bancó también que yo le leyera los cuentos en Word, sin ilustraciones, ¡y no es fácil!
No puedo creer... ¿Y qué entendía Uriel de eso?
Yo me daba cuenta cuando algo funcionaba. Hice, durante mucho tiempo, un taller de literatura con Roberto Appratto, que es para adultos, y de hecho hasta el día de hoy tenemos un grupo, aunque es más de encuentro... Pero mi entrada al mundo de la literatura como proyecto fue a través de la literatura infantil. ¿De dónde surge? Surge de leerle a mi hijo. De leerle y darme cuenta de que yo tenía ideas que me parecía que estaban buenas. Y darme cuenta qué funciona, qué no funciona, cuándo un niño disfruta de un cuento, cuándo se ríe, cuándo hay algo que lo hace amar la literatura. Me he encontrado con libros maravillosos leyéndole a él, y me he encontrado con libros que no me gustaron tanto, y ahí fue como sentí que yo tenía cosas para decir. Entonces él es mi ratón de laboratorio, pero además es la persona que me hizo acercarme y volverme a convertir en una lectora de cuentos infantiles y ahí darme cuenta que es un mundo que hoy en día es el que estoy explorando y es el que quiero seguir explorando porque además de escribir, me llena mucho.
Y ahora tendrán una experiencia muy singular con un libro de estudios que contiene fragmentos de tus cuentos y ejercicios en base a ellos, con el que también trabajará Uriel como alumno en su escuela...
La verdad que es emocionante. Justo se dio la casualidad de que mi hijo está cursando segundo de escuela. El libro se trabajará en la clase y creo que será una experiencia muy especial para él y por supuesto que para mí también.
Gaby, me hizo mucha gracia lo que dijiste antes, que le leías los cuentos en Word. O sea, sin dibujos siquiera. El cuento puro, sin "pinta" de libro siquiera... ¿Qué entendía Uriel?
"¿Qué es esto?". Claro, porque yo le contaba: "Mirá, lo escribí yo", y se lo leí a él y a mi sobri y después se lo mandaba a mis amigas también, que son madres, para que lo leyeran. ¡Hay que bancarme! Pero la verdad que a las madres les gustaba...
Pero, ¿qué le dijiste?: ¿"Uriel, preciso que me ayudes"?
"Uri, escribí este cuento y quiero que lo escuches". Hoy en día me dice: "Quiero que vengas a mi escuela", todo como orgulloso. Y yo me daba cuenta si le gustaba o no le gustaba algo. Cuándo se reía. Pero no era fácil porque él está acostumbrado a todo libro-álbum, entonces yo aparecía con una hoja de Word y decía: "Voy a leer algo", y él me decía: "¿Cómo?". Pero a pesar de todo soy la madre y me hacía la gauchada. Y me decía por ejemplo: "Este me gustó más que el otro", "A mí el que más me gusta es...", y yo a veces trataba de mejorarlos. "¿Y te gustaría que haya otro animal?", le podía hacer preguntas así. Y bueno, en realidad el primer cuento de todos los que escribí es Bandanimal.
El que salió como segundo.
El que salió como segundo. Porque en ese momento cuando yo lo escribí Uriel era muy chiquito y le gustaban muchísimo los animales y la música.
Eso te iba a preguntar, si es todo con animales.
Es todo con animales y hay un león que quiere formar una banda de animales. Y mi hijo tenía la batería, que toca muy lindo, y le gustaba el hipopótamo, entonces dije: "Bueno, tengo que tener un cuento que tenga un hipopótamo baterista". Después vemos qué pasa.
RECORRIENDO URUGUAY
Habrás estado con niños de entornos muy distintos. ¿Hasta dónde llegaste?
El año pasado fui a una feria en San José, fui a Rocha, fuimos a contarlo a Punta del Este... Lamentablemente la feria de Rivera se suspendió, lo cual me dio mucha pena porque mi mamá es de Rivera y hubiese sido especial contar el cuento ahí. En Rocha llovió tanto que en vez de que los niños vinieran a la feria fuimos hasta las escuelas. Y me juntaron niños de 1.° a 6.° de escuela. Y era hermoso sentir el agradecimiento de los niños por el hecho de que vas, de que fuiste hasta allá. En Montevideo no siempre recibís esas respuestas. Allá estaban realmente contentos.
¿Dirías que te encontrás con distintos Uruguay al hacer esas visitas?
Es difícil de decir pero creo que cuando vas al interior te encontrás con gente muy agradecida de que vayas, están con la expectativa y no viene gente todo el tiempo.
Eso no tiene que ver con la situación económica sino con el vínculo con la gran actividad.
Claro. Voy a escuelas públicas y a privadas, y en muchas escuelas privadas me reciben divino y trabajan con el cuento. Me han recibido con dibujos que hacen los niños sobre el cuento que ya trabajaron. Pero es verdad que puede haber diferentes vivencias de los niños y creo que es duro, no sé... A veces los niños que van a escuelas privadas, o que tienen mucho estímulo, uno puede pensar que no lo reciben de la misma manera que un niño que no tiene tanto. Sin embargo, creo que conocer a un escritor a todos les parece alucinante.
Tanto en las escuelas públicas como en las privadas me pasan cosas hermosas. La verdad que en todos lados me ha pasado que me dicen: "Yo quiero ser escritora cuando sea grande".
Muy auténtico, espontáneo.
Sí, te abrazan... Los niños tienen eso. Pero debo reconocer que no hay que generalizar. Estas son unas algunas impresiones en base a lo que ya he recorrido y quizás hay en todos lados gente con mucho y poco estímulo. Lo que sí puedo asegurar es que en todos lados me encuentro con abrazos, y con gente que me agradece.
EL ÉXITO
¿Qué significará que en unos años digas: "Soy una escritora exitosa"? Quizás ya lo sentís...
Eso es un sueño.
No me digas que no lo sentís ya. ¿Sentís que sos buena?
Sí, siento que soy buena porque... Que me hayan publicado un libro atrás del otro me muestra algo. Es difícil decirlo pero la verdad es que el mercado uruguayo no es fácil, hay mucho autor reconocido que se vende solo. Y el éxito que tuvo La fiesta sorpresa y que me hayan publicado ya dos más, algo me dice.
¿Puede un escritor en Uruguay mantenerse de su obra?
Puede pero tiene que tener muchos libros publicados. Sea como sea, te diré que siento que me ha ido bien, y ser una escritora que sigue publicando, para mí es muy importante. Además, al publicar mi primer libro, cumplí un sueño. Esa es la verdad.
Y ahora ¿cuáles son tus planes? ¿Más libros infantiles o quizás también algo distinto?
Los libros infantiles siguen en mis planes, porque como creo que ya dije, me encanta escribir para niños, donde a la hermosa tarea de escribir se le suma el placer de contar. Además, sentir que estoy contribuyendo a que los niños se relacionen con los libros desde un lugar de alegría y emoción para mí es algo que me hace feliz.
Sin embargo, ahora también estoy embarcada en una novela que no pertenece al mundo de la literatura infantil. Veremos qué pasa... Estoy bastante avanzada en lo que vendría a ser el borrador, así que me falta terminarla y corregirla. Cuando esté pronta, veré qué quiero hacer con ella. Lo que sí puedo decir es que estoy muy entusiasmada. Ojalá que este entusiasmo se traduzca en algo bueno.
Estoy segura que sí. Gracias y que así sea.
Gracias a vos.