Por The New York Times | Juli Fraga y Connie Chang
Cuando un amigo de Bob Bergeson lo invitó a ir a un partido de baloncesto de los Nuggets de Denver junto con algunos amigos nuevos, le entusiasmó ser parte del plan. Claro que la salida le costaría casi 400 dólares, una cantidad que normalmente no gastaría. Pero no derrochó tanto dinero porque sea un fanático empedernido del baloncesto; abrió la cartera porque se sentía inseguro sobre la relación menguante con su amigo que, según él veía, ahora pasaba más tiempo con un nuevo grupo de personas.
“Empezó a juntarse con los padres del equipo de fútbol de su hija y a hablar de ellos con cariño, y pensé: ‘Ay no, creo que tiene nuevos amigos’”, comentó Bergeson, de 42 años, consultor de negocios en Denver. “Necesitaba que me incluyeran para asegurarme de que yo todavía era importante para él”.
Así como podemos perder a una pareja romántica por otra persona, “los amigos también pueden perder su puesto en la jerarquía de los mejores amigos”, afirmó Jaimie Krems, investigadora de la amistad y profesora adjunta de Psicología en la Universidad Estatal de Oklahoma. Ese miedo a que te sustituyan suele nacer de los celos, señaló Krems. Y una forma de afrontarlo, añadió, es hacer algo que los científicos sociales denominan “resguardo de la amistad” —acciones como elogiar de manera excesiva a un amigo o alejar a un nuevo rival, por ejemplo— para mantener una relación que se ve amenazada
“Como todos los comportamientos, hay aspectos buenos y malos en el resguardo de la amistad”, explicó Krems. Decirle a tu amigo lo mucho que significa la relación para ti puede reforzarla, dijo, pero hablar mal del nuevo amigo de un amigo puede provocar una ruptura.
Miriam Kirmayer, experta en amistad y psicóloga clínica en Ottawa, Ontario, dijo que los sentimientos de celos y envidia en las amistades eran bastante comunes entre sus clientes adultos, pero muchos se avergonzaban porque los confundían con “una señal de inmadurez”. Al contrario, aclaró Kirmayer. Cuando se manejan adecuadamente, los celos pueden llevarnos a una comprensión más profunda de nosotros mismos y, como resultado, nos ofrecen amistades más satisfactorias. Esta es la explicación.
Las preguntas pueden fortalecer una relación
El miedo, la ira y los celos a menudo hacen que las personas se sientan incómodas, pero como todas las emociones, evolucionaron para proteger el bienestar, aseguró Mark Leary, profesor de Psicología y Neurociencia en la Universidad Duke. “Las emociones negativas nos alertan sobre un posible peligro y nos motivan a tomar medidas preventivas”.
En contextos verdaderamente peligrosos, como una pandemia, por ejemplo, puedes hacer frente a tu ansiedad usando cubrebocas y evitando las multitudes. En situaciones menos graves, como cuando crees que estás a punto de perder a un amigo, podrías tratar de convertirte en un mejor escucha o ser más optimista.
Cuando los sentimientos de celos se manifiesten, comienza por cuestionar qué tan buen amigo has sido realmente. Podrías preguntarte: “¿Qué clase de amigo quiero ser?”. Tal vez la respuesta te ayude a adoptar rasgos que fomenten la aceptación en tu círculo social, como ser más compasivo y generoso.
Identificar el origen de tus sentimientos también puede ayudarte a detectar posibles detonadores que pueden empeorar los celos. Por ejemplo, si ya te estás cuestionando a ti mismo en el trabajo, podrías asumir que el rechazo a una invitación a cenar es señal de que un amigo se está alejando. En otros casos, las heridas de la infancia que no han cerrado (por ejemplo, crecer con cuidadores poco constantes) pueden hacer que seas más sensible al rechazo como adulto.
Para identificar esos posibles detonadores, hazte preguntas como esta: “¿A qué experiencias pasadas puede estar vinculado este sentimiento?” y “¿Las circunstancias de mi vida provocan estos celos?”, sugirió Kirmayer.
En vez de dejar que los celos provoquen respuestas negativas precipitadas, como las acusaciones, podrías ver la emoción como una señal para hablar con tu amigo o resolver problemas por tu cuenta.
Rara vez nos preguntamos: “¿Qué debo esperar de una muy buena amistad?”, afirmó Leary. Pero exponer tus necesidades y establecer límites puede consolidar la confianza, lo que ayuda a entablar amistades más maduras.
La verdad no siempre es clara
Cuando aumentan los celos, puede ser fácil asumir que tú estás mal. Pero en la mayoría de los casos, eso no es verdad. “Aunque nuestros sentimientos son reales, nuestro cerebro no siempre es un narrador objetivo de la verdad”, explicó Joel Minden, psicólogo clínico y profesor de la Universidad Estatal de California, campus Chico, y autor del libro “Show Your Anxiety Who’s Boss” (Enséñale a tu ansiedad quién manda: Un programa de 3 pasos para recuperar el control de tu vida).
Minden explicó que para lidiar con los pensamientos autocríticos debes dar un paso atrás y ver si hay otra forma de entender la situación. Si tu mejor amigo cancela la cita telefónica semanal porque va a cenar con un nuevo amigo, podrías asumir que es porque eres aguafiestas o mal amigo. Pero pregúntate si hay pruebas a favor o en contra de esa creencia, o si hay “otra explicación más realista para el comportamiento de tu amigo”, aconsejó Minden.
Remplazar los pensamientos negativos con otros más útiles puede aliviar el peso emocional que implican las suposiciones dañinas, agregó Minden. Por ejemplo, pensar: “Mi amigo necesita otro tipo de amigos” es más fácil de aceptar que decir: “Mi amigo me está remplazando”.
Transforma los pensamientos negativos
Otra forma de acabar con los sentimientos negativos de celos es encontrar pequeñas formas de alegrarte por tu amigo, dijo Sara Konrath, investigadora en materia de empatía en la Universidad de Indiana. En lugar de pensar sin parar en cómo te afecta la nueva amistad de un amigo con otra persona, piensa: “Me alegro mucho de que haya encontrado una conexión con otra persona”, sugirió Konrath. Cuando damos prioridad a la empatía en las amistades, los recordatorios de lo mucho que nuestros amigos significan para nosotros y lo mucho que nosotros significamos para ellos pueden atenuar los celos.
Bergeson la pasó muy bien en el partido. Y esos sentimientos de celos acabaron siendo efímeros. “Mi amigo se aseguró de que me divirtiera, y eso alivió mis preocupaciones sobre la posibilidad de perderlo por culpa de un nuevo grupo”. Todo el mundo se siente excluido a veces. Lo importante es cómo lo manejas. (Ohni Lisle/The New York Times).
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