A diez años de su último regreso, Los Olimareños se disponen a volver a los escenarios para presentar un espectáculo a modo de homenaje por sus cincuenta años de carrera - que, en realidad, son algunos más - y para reencontrarse con unos fanáticos a los que se les hizo larga la espera.

El regreso de la mítica banda nacida a orillas del río Olimar se da después de muchos idas y vueltas y de muchas fechas tentativas - entre ellas, cuatro Adela Retas para marzo de este año - que no se concretaron. No obstante, esto no tiene importancia porque la fecha definitiva de este reencuentro ya está marcada y solamente resta dejar avanzar el calendario para que nuevamente se escuchen esas canciones eternas que son su cancionero.

Lejos de la espontaneidad que pudieron haber tenido las preparaciones de sus espectáculos a los inicios, e incluso a los mediados, de su carrera, para este año el dúo treintaitresino cuenta con una producción que cuida todos los detalles. La jornada de prensa que los tuvo como anfitriones en el Hotel Hyatt de la Rambla contó con un récord de notas - la friolera de 24 en un día - y con los horarios bien definidos y marcados, con extremada profesionalidad. Los periodistas de los diferentes medios se sucedieron uno tras otro, con una precisión milimétrica, mientras Pepe Guerra y Braulio López respondieron, intentando poner la mejor cara posible a pesar del cansancio de la maratónica jornada, sus preguntas.

Luego de que ambos se tomaran una lata de cerveza - la primera del día, según ellos -, Montevideo Portal fue recibido para mantener un diálogo con estas dos leyendas que tiene nuestro país, no solo por su música, sino por lo que representan en nuestra cultura. En un diálogo con el aire acondicionado refrescando el ambiente, se tocaron temas como los inicios, la vigencia de sus canciones, su visión de la actualidad política de nuestro país y lo que significa para ellos esta vuelta que los tendrá el 15 de marzo en el Antel Arena.

Se aprontan a celebrar una larga carrera, nada más ni nada menos que cincuenta años, que además son un poco más. ¿Qué les viene a la mente cuando piensan en sus inicios?

Braulio López: Mucha cosa. Muchísima cosa, primero, porque nosotros nunca nos proyectamos a tener esta cosa así. Nunca pensábamos que iba a tomar la dimensión que tomó esto. Aún hoy, después de toda la trayectoria que hemos tenido, de andar en tantos lugares diferentes, a veces nos sorprende. Y ahora, como dice Pepe, nos juntamos una vez por década (se ríen)... pero la respuesta de la gente siempre llega: en recuerdos, en la memora.

Pepe Guerra: Creo que es fundamental eso justamente: el poder de las canciones que han logrado permanecer tanto tiempo en la gente.

¿Y qué creen que hace que estas canciones hoy en día sigan vigentes? Y no solo, además, con personas de su generación, sino también con un abanico de gente que incluye desde la más temprana juventud.

P.G: Eso para mí es un misterio. Por más que le atribuyo mucho a la intuición para elegir el repertorio, a la belleza en las canciones, a su poesía, que nadie le da pelota a la poesía que puede haber en las canciones. Como decía Viglietti, la canción siempre fue la hermanita menor de la cultura, y sin embargo es una cosa importantísima. Si vos te ponés a pensar, el mundo está lleno de canciones. Parece que la gente no pudiera vivir sin ellas.

Y un poco creo que pasa por ahí: por la belleza de las canciones. Hemos tenido la suerte de tener buenos autores y cierta intuición para elegir. Porque no solo cantamos de Rubén Lena y Víctor Lima, sino que también nos empezamos a meter con otros poetas, como José Martí, León Felipe o Miguel Hernández.

¿Cómo es reencontrarse con canciones que fueron escritas y cantadas hace tanto tiempo, en momentos y coyunturas muy diferentes a las que vivimos hoy? Imagino que debe ser algo emotivo.

B.L: Sí, es muy emotivo, pero siempre es con la responsabilidad de no borrar con el codo lo que se hizo antes. Somos muy respetuosos de eso. Y pienso que eso también es una cosa a favor nuestra, que cuando nos juntamos vamos a trabajar en serio. Vamos a hacer lo que hicimos, que fue lo que la gente conoció, pero respetándonos a rajatabla.

P.G: Tratamos de parecernos lo más posible a aquellos Olimareños. Por suerte, hemos ligado mucho con la garganta. Las voces más o menos está bien. Y eso es importante: si uno de los dos cambia la voz, ya no sería la misma frecuencia de voces que fuimos.

Uno se puede preguntar por qué eligieron Montevideo para este reencuentro y no el propio Olimar, tan vinculado a toda su trayectoria y que tiene, además, ese hermoso escenario a orillas del río.

P.G: Lo que pasa es que acá se resume todo. Y, además, es donde está la mayoría de la gente. No sé si a Treinta y Tres iría tanta gente como la que va a venir acá. Igual esto no quita que, de pronto, después no vayamos allá; la otra vez fuimos.

¿Cómo es vivir en el día a día habiendo sido un Olimareño, con la importancia que tiene su trayectoria para nuestro país, no solo musicalmente, sino también como parte fundamental de la identidad uruguaya? ¿Es una carga?

B.L: Una carga no. Para mí es más como un premio, un reconocimiento. Porque es muy cálida la gente, hay cariño, hay afecto. Es lindísimo. Te entra por los poros, por más que uno sea un profesional de muchos años. Y eso es lo que hay que respetar y corresponder, que es lo que siempre intentamos hacer cuando tocamos. Porque, cuántos años hace que la gente guarda en el corazón esas cosas... Para nosotros eso es importante, y si nos podemos juntar una vez por década, es porque la gente te guardó en su memoria.

Con tantos años de música comprometida en la espalda, ¿cómo ven la actualidad política del país?

P.G: Nosotros nunca hicimos una canción pensando en lo político; aunque somos seres políticos, como todo el mundo. Sí siempre pensamos en una canción que mostrara las injusticias de la sociedad. En eso sí, desde los comienzos apuntamos a eso: a dejarnos de tantas canciones de amor - que son válidas, hermosas y nosotros también las cantamos -, y referirnos también al hombre. A la gente, a cómo vive. Porque, además, nosotros venimos de cunas muy humildes; o sea, que a la pobreza la conocemos de cerquita.

Por entradas para el show, pueden hacer click aquí.

Por Manuel Serra | @serra_sur