Llega al teatro Solís “El juego se vuelve canción”, una propuesta para niños de 0-3 años

No es difícil pensar en espectáculos infantiles y relacionarlos con música, diversión y pedagogía. Sí resulta complejo que este tipo de propuestas se centren en los más chiquitos de los chiquitos.

Partiendo de la base de buscar un lugar de encuentro donde adultos y niños de la primera infancia logren estableces un vínculo único y especial, Ajó experiencias musicales oportunas —un grupo de mamás licenciadas en musicoterapia encabezado por Alejandra Goldfarb, Lili Ramos y Natalia Goldberg— brinda talleres semanales para conseguir que criaturas de 0 a 3 años puedan disfrutar junto a sus mayores ese momento vital que no se va a repetir.

Dentro de las propuestas que Ajó experiencias musicales oportunas plantea desde 2004, llega El juego se vuelve canción, en el teatro Solís, un proyecto diferente donde los protagonistas no tienen por qué prestar atención, quedarse quietitos o salir para no molestar.

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¿Qué es Ajó experiencias musicales oportunas?

Natalia G.: Ajó experiencias musicales es un programa para los más chiquitos, de 0-3, acompañados de un adulto, un momento de encuentro.

Alejandra G.: La propuesta enfatiza en la etapa de la vida de los más chiquitos, con la música como un medio para potenciar determinadas cuestiones de esa etapa. El formato de los talleres surgió en 2004.

¿De qué rama surge Ajó?

Lili R.: Somos licenciadas en musicoterapia. En Uruguay es una rama que tiene muchos años pero recién hace 5 años que es oficial como carrera. Es una comunidad chica pero va teniendo su lugarcito.

N. G.: Cuando hablamos de musicoterapia, el concepto de experiencias musicales oportunas tiene una variante desde la promoción y cuidado de la salud. Se mezclan en el formato de espectáculo pero es un momento de encuentro, entender la musicoterapia para promover un espacio y generar vínculos saludables en familia.

¿Qué vamos a experimentar en El juego se vuelve canción?

A. G.: El proyecto en el teatro Solís está pensado a partir de la experiencia, visualizando la situación donde no está todo el público sentado, donde se puede tomar la teta, donde se puede tomar la mamadera, donde los nenes lloran... situaciones donde habría que salir para no molestar, pero estamos preparadas específicamente para eso y lo consideramos parte del espectáculo. Si viniéramos solo de la rama artística, serían situaciones donde no podríamos adaptarnos. En este caso quien va es activo y se encuentra a la vez con un hecho artístico.

N. G.: Es importante destacar que esto no es nuevo para nosotras. No es que vamos a probar, sino a poner en práctica lo que ya llevamos años desarrollando en los talleres. Todo lo que va a suceder ahí ya sabemos lo que genera.

L. R.: Para nosotras no es nuevo pero sí para las familias con niños de esta edad que vengan al espectáculo. Estaba bueno para nosotras ponerlo en ese lugar, porque a día de hoy no hay propuestas para ir con tu bebé, específicamente, donde se participe, no simplemente ir a un espectáculo.

Solo niños de 0-3, con más de un adulto. Una experiencia musical. ¿Dónde marca la diferencia esta propuesta?

N.G.: No es con fines pedagógicos. Obviamente está la melodía, ritmo... Todo suma, pero siempre por el lado de promover una situación que genere los cimientos del niño y la familia. Lo pedagógico viene como un plus.

L. R.: Es un momento especial, siempre aunque se intente llegar al niño o generar un vínculo en el hogar hay un montón de otros estímulos.

A. G.: Aunque hay instituciones que en su propuesta educativa tienen planes para la etapa maternal, no hay a día de hoy una formación específica en relación al trabajo musical con esta etapa, los que trabajamos en esto nos especializamos a partir de la experiencia. En nuestro caso colabora el hecho de venir de la licenciatura en musicoterapia. La música es nuestra forma de generar herramientas, en un momento en el que poca gente se anima a trabajar con niños tan chiquitos.

La convocatoria es para familias con niñas y niños de 0-3 años. La idea es que cada niño esté acompañado mínimo por un adulto. Aforo para 90 participantes -incluyendo a cada uno de los niños. El espectáculo dura unos 50 minutos.

Lorena Zeballos | Montevideo Portal

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