El hecho ocurrió días atrás en la ciudad canadiense de Victoria. Sobre las 05.00 de la mañana, un hombre comenzó a escuchar aterradores gritos provenientes del apartamento contiguo al suyo. Para mayor preocupación, el concierto de alaridos era acompañado por una serie de estruendos inexplicables.
Temiendo que en la vivienda lindera se estuviera desarrollando una tragedia, el hombre llamó a la policía. Cuando los agentes llegaron, el lugar estaba en silencio, pero nadie respondía a sus llamados.
Cuando los policías se aprestaban a entrar por la fuerza, el hombre abrió la puerta, luciendo ileso, saludable y tranquilo. Según publica Crónica, el hombre admitió ser el responsable del escándalo matinal. "Cuando se le preguntó sobre los ruidos estruendosos que había hecho, el hombre contestó que había estado en el inodoro haciendo sus necesidades mañaneras y que ya había terminado".
Divertidos por la inusual confesión y molestos por la falsa alarma, los agentes recomendaron al hombre ser más silencioso en sus futuras aventuras de retrete, a lo que respondió que haría todo lo posible.