Ignacio Alcuri, ganador por dos veces consecutivas del premio "Joven Sobresaliente", vuelve a sobresalir con lo que mejor sabe hacer: humor. Pionero de la movida del stand up que aún cunde en nuestro país, Alcuri ha sabido ganarse -como quien no quiere la cosa- un espacio en la literatura humorística uruguaya.
"Nerd" por pasión y vocación, amante de los cómics de DC y las películas de fantasía futurista, Alcuri no niega estar sorprendido por la heterogeneidad de sus lectores. "Creí que mis cuentos podrían interesarle a poca gente y de un perfil particular, pero por suerte han llegado a gente más allá de cualquier franja etárea", dijo el escritor en el salón Rojo de la Intendencia, donde presentó "Basurita", volumen de cuentos publicado por Random House Mondadori.
El encargado de "presentar la presentación" fue el también humorista Marcos Morón, compañero del autor en el elenco del programa humorístico "Reporte Descomunal" que se emite por TV Ciudad.
Morón destacó la "prolífica aunque no multifacética" obra de su colega, señalando que, más allá de la calidad de sus cuentos "siempre escribe lo mismo", punto que no fue desmentido por el autor.
Posteriormente, elogió el perfil bajo de Alcuri. "No es del tipo de los que entran al bar saludando a la gente y mandan una vuelta para todo el mundo: Nacho jamás va a pagar una vuelta", bromeó. Y siguiendo con la cuestión bolichera, aclaró que "tampoco es de los que quedan debiendo" sino que paga el importe justo de sus consumiciones. Esta conducta observada por Alcuri en los bares, puede notarse también en su literatura, en la que "emplea las palabras justas, sin que falte ni sobre nada. . . aunque en verdad algo podría sobrar" explicó Morón, hojeando el libro de su amigo con una sonrisa.
A su turno, el autor hizo uso de la palabra, y en primer término agradeció al dibujante argentino Gustavo Sala, autor de la portada del libro. Irreverente, audaz y gran puteador, Sala ha despertado más de una vez la furia de quienes consideran que su humor es ofensivo, "por eso me parece importante reivindicarlo", señaló Alcuri, quien acto seguido explicó que el nombre del libro proviene de unas figuritas que coleccionaba en su niñez, y que eran consideradas poco edificantes por maestras y gente adulta en general. "Por supuesto que yo llené dos álbumes" recuerda.
Analizando la evolución de su obra e inspiración, recordó que en un principio se volcó a escribir "por necesidad psicoanalítica", elegante eufemismo para significar que era un canijo huraño con una uña encarnada y sin novia, y que de seguir así mucho tiempo podría perder la chaveta. Por eso hoy, cuando la mayoría de las circunstancias antes señaladas se han modificado para bien, se desmarca rotundamente del estereotipo del autor que hace de la desdicha el combustible único e imprescindible de su obra. "Sigo escribiendo como siempre, así que a los quieren que me vaya mal para que supuestamente escriba mejor, no les voy a dar el gusto, al menos por ahora" afirma, aunque no descarta "que aparezca el karma y me pise un ómnibus".
La presentación se cerró con la lectura de algunos relatos del libro, circunstancia en la que los presentes pudieron comprobar que el escritor continúa fiel a su cultura pop y catódica: uno de los cuentos escogidos se basaba en un anuncio de jamón.
Finalizado el evento, muchos de los presentes permanecieron en la sala, ya que en ese mismo lugar Leo Maslíah presentaría sus libros "Fábulas, parábolas y paradojas" y "Cartas a un escritor latinoamericano y otros insultos", publicados por Criatura Editora.
El primero de dichos libros, "lleva unos meses en la calle, y contiene fábulas que no son historias protagonizadas por animales y que culminan con una moraleja, sino más bien de situaciones artificiosas donde se esconde alguna verdad", explicó Julia Ortiz, integrante del staff de la editorial y encargada de acompañar al artista en el lanzamiento.
Sobre el segundo libro, explicó que "acaba de salir de la imprenta" y es una novedad absoluta en el mercado editorial uruguayo, ya que si bien "se había publicado en Argentina en 2002 y 2007, pero no tuvo mucha circulación en el Uruguay".
Durante la presentación, Maslíah reflexionó precisamente sobre las circunstancias que lo llevaron a publicar -casi desde el principio de su carrera literaria- mucho más a menudo en Argentina que en Uruguay, contando en el país vecino con un singular éxito de crítica y de público.
Menos dialogada que la conferencia de Alcuri, la de Maslíah estuvo signada por su voz apacible y clara, leyendo un cuento atrás del otro para dicha de todos los presentes.