Internet y las redes sociales han contribuido a que muchas personas puedan exponer sus ideas teniendo alcance masivo, y mostrarse al mundo.
Así, en Facebook destaca La Gente Anda Diciendo, una página que comenzó a funcionar desde Argentina en 2012 y que ya suma más de 550 mil seguidores, y otros 100 mil más en Twitter. "El proyecto surgió el 8 de diciembre de 2011, hace un año y medio", recuerda en diálogo con a Montevideo Portal Ezequiel, responsable del producto junto a su amiga Tatiana.
Ambos estaban "en un barcito tomando algo", cuando empezaron a escuchar frases descolgadas de la discusión que tenía una pareja. "Ahí dijimos ‘che, ¿por qué no las empezamos a anotar?'", porque una vez afuera ya no se acordaban de la forma exacta de lo que habían oído, algo que les pareció fundamental para tener un material con potencial.
"Ese día empezamos a anotarlas con la idea de juntar muchas y ver qué pasaba. Veíamos si tenían fuerza al leerlas y pasó que sí. Nueve meses estuvimos juntando frases, recopilando. Un laburito hicimos ahí", asegura Ezequiel. De repente, tenían cerca de 150, y eso los hizo tomar una decisión: crear una fan page.
El procedimiento fue sencillo: meterse en Facebook, generar un espacio, convocar a amigos para que conocieran el proyecto, y listo. "La dejamos sin mucha expectativa. En días de repente había 500 personas, 1000, 1500, y la gente empezó sola a mandarnos lo que escuchaba, sin que lo pidiéramos. Lo que sigue es la historia conocida", repasa.
Oídos parados
El hecho de que la gente empezara a colaborar facilitó el trabajo por un lado y lo complicó por otro, obligando a modificar la idea inicial. "Nosotros teníamos 150 y obviamente teníamos preferencias. Publicamos unas 15 que nos gustaban mucho y armamos la página", explica Ezequiel, pero "cuando la gente empezó a mandarnos, las que nos mandaban estaban mejores que las nuestras". Actualmente, "que escuchamos nosotros publicamos una por mes".
Argentina y el mundo conocen a La Gente Anda Diciendo. Es por eso que han recibido aportes de todas las provincias de su país, y además de toda Latinoamérica, así como de Estados Unidos y de algún país de Europa, aunque siempre "en habla hispana".
"Nos han escrito mensajes de casi todos los países de Latinoamérica de gente que le gustó el proyecto y quería hacerlo" (existe una fan page llamada La Gente Anda Diciendo Por Ahí - Uruguay, que suma más de 4000 seguidores), cuenta Ezequiel, que agrega además que en su país hubo "una especie de boom", porque "en el último mes se crearon 30 páginas nuevas que son de facultades", como La Facultad de Derecho Anda Diciendo, por ejemplo. "Hasta hicieron una de un colegio secundario", recuerda.
Producir lleva tiempo
Con las colaboraciones, lo que complica el trabajo es intentar probar si el material que llegó realmente fue escuchado en algún lugar o si fue leído en internet. Por eso, en Facebook hay dos álbumes de frases: uno recopila las oídas por los creadores (llamado Fotos de la biografía), y otro los aportes (llamado Colaboraciones).
"Las separamos porque a priori no podíamos constatar la veracidad. Nos preocupaba bastante; tuvimos desde el principio muchas ganas de que las frases fueran ciertas", explica Ezequiel. A falta de "un algoritmo, una programación internetiana para detectar verdades o mentiras", fue el recurso encontrado. Igualmente, asegura que "de tanto recibir frases y leerlas ya tenemos una idea de cuándo pueden ser ciertas".
Es así que "cuando la frase es demasiado buena por ahí suena a que la sacaron de algún lado y la googleamos", y se han encontrado con que en casos era una publicación que alguna persona había hecho en una red social. A pesar de eso, "tenemos un índice de acierto grande".
Tanto para Ezequiel como para Tatiana, lo más importante es la espontaneidad con la que se diga la frase. "Cuando estás en la calle y hablás por teléfono con tu novia o un hijo, no estás pensando mucho en lo que estás diciendo. Ahí es cuando a nosotros nos gusta porque tiene una fuerza muy grande", resalta.
El segundo paso después de constatar que las frases son veraces (o acercarse a eso), hay que elegirlas para luego trabajarlas y subirlas. "Venimos siguiendo un orden de edición casi de libro", dice Ezequiel, por lo que intentan ir cambiando el tema. De cualquier manera, en ocasiones de fechas claves (por ejemplo, cuando se eligió el papa argentino) publican frases al respecto, porque "también la idea es ir registrando lo que va pasando a medida que avanza el tiempo".
Trabajar la frase implica darle la estética que mantiene la página, el tercer paso. Definir cuál era la forma que se le iba a dar a las frases costó un tiempo prudencial, hasta que se decidió que "fuera muy simple, que no tuviera imagen, que simplemente fuera una foto de la palabra, una fotografía del lenguaje, que si uno pudiera sacarle una foto en la calle a una frase que anduviera volando sería eso: la frase, de modo que el que la lee vuele y se imagine la historia de lo que estaba pasando atrás de eso".
"Nosotros trabajamos con la palabra y la imaginación. Tiene esos dos costados: el lenguaje de la calle y la imaginación, porque lo que ocurre es que la gente se imagina lo que quiere con la frase. Y si vos le pones una foto, una ilustración o lo que sea, estás siendo tendencioso", reflexiona.
Generación en línea
"Cuando llegó a 1000 likes la página, que fue a los pocos días, nosotros ya estábamos hechos", recuerda Ezequiel, que detalló alguno de los momentos claves del exitoso proceso.
"Hubo un momento que fue como algo cíclico, porque nos llegaron frases de gente hablando de la página, alguien que decía ‘escuché en el colectivo a alguien diciendo ‘¿viste las frases que suben en la página esa?''. Se transformó en algo de la calle", pone como ejemplo. Después vino, por así decirlo, la fama: las entrevistas en distintos medios, al punto tal de ser tapa de La Nación, un diario de mucho peso en la vecina orilla.
Otro mojón tuvo lugar en octubre del año pasado, cuando Félix Baumgartner saltó desde la estratosfera. Se subió una frase al respecto que tuvo muchísima repercusión, "hasta que la gente de Red Bull nos la robó. Los tipos de Red Bull que tienen, no sé, 35 millones de seguidores en su página, sacaron la foto y en vez de compartirla la publicaron en su Facebook como propia".
"Evidentemente es una forma de elogio, porque cuando alguien te roba es porque quiere que sea suyo. Si queres que sea tuyo es porque te gustó", afirma Ezequiel repasando lo sucedido, y contando que sólo hubo una suerte de chicaneada por mensajes.
Por otro lado, "además de las páginas de facultades ha habido dos o tres plagiadores directos, gente que agarró y en un acto de, creo yo, mediocridad, tomaron la misma frase, la misma estética, todo, e hicieron otra página igual buscando como carroñeramente agarrar la gente que caía confundida en la página".
Quiérase o no, esas situaciones fueron positivas para ver cómo crecía La Gente Anda Diciendo. Pero, claro está, las críticas no faltaron. "Cuando empezó a crecer mucho teníamos cierto miedo de que se transformara en algo invasivo hacia la privacidad de la gente", reconoce Ezequiel. "Por eso nosotros bastante rápidamente decidimos que no íbamos a publicar ninguna frase que tuviera algún dato que pudiera reconocer a la persona, que alguien pueda decir ‘esa fui yo' o que un amigo diga ‘ese fuiste vos'", explica. Han llegado al punto de borrar datos.
"Dentro de las críticas bastante suaves que hemos recibido hay gente que dice ‘bueno, ustedes están invadiendo la privacidad', o dos por tres nos llegan mensajes de ‘desde que existe La Gente Anda Diciendo me da miedo hablar en la calle'. Por ahí no lo saben, pero nosotros tomamos muchísimas precauciones para eso, y no hemos tenido ni un solo caso, no hubo una sola frase que la persona pudiera decir o que alguien dijera ‘che, esa persona es tal'", aclara.
Dicho esto, Ezequiel lamenta que las páginas surgidas específicamente en las facultades ponen el nombre de quien dijo la frase, sea profesor o alumno. Los creadores de la idea inicial creen que eso es una "muy mala idea, porque terminás riéndote de esa persona y no haciéndote cargo vos de que podes haber dicho algo así. Y además vas a terminar mutilando la palabra, haciendo que la gente diga ‘no hablo más'".
Principio constante
A Ezequiel no le preocupa lo que vendrá, pues en el horizonte del proyecto hay muchos objetivos. "Cuando nosotros empezamos a juntar las frases el objetivo inicial era un libro", algo que saldrá a la luz y que, de todo lo que se maneja, es lo único seguro. De las demás ideas prefiere no hablar, aunque asegura que "estamos trabajando para ver si les podemos dar unas vueltas de tuerca para que no quede siempre en lo mismo".
Entre lo que está por venir, no descartan buscar algo que sea redituable, ya que no tienen ningún beneficio económico con La Gente Anda Diciendo. "Nos lleva muchísimo tiempo y no comemos con los likes", reconoce, "pero la idea es encontrar algo que no arruine la página".
Terminar con esto que tiene muy poco tiempo de vida en las redes sociales no está en el imaginario de ninguno de los dos responsables. "El único motivo por el que podría terminar sería que nos aburramos, que nos cansemos o que la gente se cansara", dice Ezequiel, que sí reconoce que la tarea puede ser densa porque "llegan alrededor de 1200 frases por día, de gente que nos manda frases que escuchan, y es como leer 50 páginas de un libro".
"Pero la página no va a terminar porque la queremos mucho", aclara sin pensar, aunque sin olvidarse de todas las personas que están del otro lado de La Gente Anda Diciendo, las que le dan vida y lo alimentan, las que lo hacen posible.
"Cuando pienso en el número, que es medio millón de personas, es increíble, pero hay otro número, que está al lado, que dice ‘tantos están hablando de esto'. Y el número ese es descomunal, es la mitad. Es muy grande porque por lo general las páginas tienen el 10 o el 20 por ciento de la gente. Eso habla de la trascendencia, de lo que dice el mismo Facebook, gente hablando de esto", reflexiona.
Belén Fourment | Montevideo Portal