Pasaron 51 años de aquel julio de 1971 cuando la edición original de Musicasión 4 ½ salió a la luz por el sello uruguayo De la Planta, fundado por Coyo Abuchalja y Carlos Píriz. El disco es una materialización de grabaciones de Musicaciones, espectáculos colectivos que Eduardo Mateo concibió junto al artista Horacio Buscaglia. Se realizaron entre 1966 y 1969 y el anfitrión era el El Kinto, el grupo liderado por Mateo, que también integraron Ruben Rada, Walter Cambón, Luis Sosa, Mario Chichito Cabral, Urbano Moraes, Antonio Lobito Lagarde y Alfredo Vita.
“No existía una sola grabación de El Kinto circulando comercialmente. Y nada indicaba que fuera a aparecer alguna vez, porque nunca había grabado un disco”, escribe el musicólogo Guilherme de Alencar Pinto en Página 12. Y de pronto, en aquel julio de 1971, en Musicasión 4 ½ aparecieron las grabaciones de la banda que ya estaba extinta, de algunos de sus integrantes como solistas y de gente cercana.
“El Uruguay produjo por año una cantidad enorme de artistas (grupos, solistas) que desaparecieron, y El Kinto sobrevivió. Sobrevivió al tiempo. Y fue gracias al gran Carlos Píriz que la música de El Kinto existe en disco o cassette, ya que Píriz supo guardar esas maravillosas músicas grabadas originalmente para Discodromo Show”, recuerda Ruben Rada.
A medio siglo de aquella edición original, la artista argentina Juana Molina creó un sello para reeditar este disco uruguayo que fue un punto de partida para el candombe beat en el país. Una reedición “de lujo” , que rescata aquella grabación original, pero que también agrega temas inéditos, y saldrá a la venta para Uruguay y Argentina en junio.
Si bien las circunstancias no son las mismas de 1971, “la aparición casi mágica de toda una tanda adicional de cintas grabadas por Píriz abrió la posibilidad de celebrar el cincuentenario de Musicasión 4 ½ con algo más que la reedición, acompañándola con una réplica del procedimiento usado para urdir aquel disco clásico”, escribe De Alencar Pinto.
Por otro lado, Molina rememora: “En la soledad del living de casa, a la tarde, cuando daba el sol sobre una cortina verde claro, estaba yo, sentada con la tapa de Musicasión 4 ½ en la mano, escuchando el disco”. Dice que no recuerda de dónde salió el disco, pero que lo escuchaba con atención, que recuerda la canción “Suena blanca espuma” y que podía imaginarse a un grupo de señores en una playa y “lo blanco era su barba”. La misma imagen que dice recordar ahora, medio siglo después.
Musicasión 4 ½ llegó a la casa de la artista argentina porque Eduardo Mateo se lo regaló a su padre, Horacio Molina, mientras grababa Mateo solo bien se lame en Buenos Aires, en los Estudios ION. Después, todo el archivo, le llegó por un gran amigo, Mario Agustín González. En un momento en el que estaban distanciados, la madre de un amigo de González se mudaba, por lo que le ofreció varias cosas que iba a desechar. Esa madre era la exesposa de Carlos Píriz, la persona que materializó en un álbum las Musicaciones en 1971. González y Molina se reencontraron, se emocionaron escuchando aquellas grabaciones ocultas y decidieron emprender la nueva edición del álbum.
Primero se encontraron con Carlos Píriz. Después licenciaron el álbum con la discográfica uruguaya Sondor. Una vez que lo firmaron empezaron a contactar a las personas que formaron parte del disco, las que hicieron historia con su música. Y ahora, solo queda esperar el lanzamiento.
La preventa de Musicasión 4 ½ empieza este viernes 20, en Uruguay por Little Butterfly Records (littlebutterflyrecords.com) y en Argentina por Sonamos (sonamos.com.ar). El álbum estará disponible el 3 de junio en Argentina, y el 14 en Uruguay.