Vendió “milangas” para pagar las producciones, casi deja la música por depresión y hoy es el cantante del momento gracias a la Torre Eiffel..

Vendió “milangas” para pagar las producciones, casi deja la música por depresión y hoy es el cantante del momento gracias a la Torre Eiffel.

Trabajó limpiando oficinas y ómnibus, en un restaurante, fue profesor de tenis de mesa, vendió milanesas veganas en la calle y hoy es el cantante uruguayo del momento. Su nombre es Joaquín da Rosa, pero te va a sonar mejor si te digo Joaco de Piedras Blancas, por si no lo conocías.

Fueron seis años de perseverancia, haciendo música y buscando su lugar, pero en el momento menos esperado explotó y se hizo conocido no solo en Uruguay, sino en América Latina en general gracias a “El traje del PSG”, una canción dedicada a la camiseta del equipo francés de fútbol, que se volvió su “debilidad”.

El 11 de agosto de 2024, Joaquín publicó en su canal de YouTube esa canción, que rápidamente comenzó a viralizarse a través de las redes sociales, sobre todo en TikTok y Twitter, gracias a la difusión que le dio el streamer argentino Martín Pérez Disalvo, Coscu, conocido por reaccionar en directo a canciones.

“Creo que es mi debilidad porque por 2012 o 2013 me vestía con conjuntos deportivos. Estaba muy de moda en esa época”, explicó Joaco acerca del motivo del tema, y añadió: “La verdad es que no sé cómo se me ocurrió. Más bien lo asociaba a lo que era la vestimenta de ese momento, pero no sé por qué salió así. Se me ocurrió la introducción y el estribillo, lo grabé en un audio a capela y quedó”.

Foto: Agustín Frugoni

Foto: Agustín Frugoni

“Yo la busqué en un momento”, indicó en relación a la reacción del comunicador, y agregó: “Se me ocurrió subir un video y preguntarle a la gente cuáles eran las probabilidades de que reaccionara a “Los pibes de Miami”. La gente lo empezó a etiquetar, hice como cuatro o cinco videos más hablando de eso y un día él estaba en stream reaccionando a canciones y la gente empezó a votar a qué canción quería que reaccionara y la que más votaron fue la mía. Lo puso y ahí empezó todo”.

Rápidamente recibió mucho apoyo de la gente, que le “dio para adelante”, y aseguró que “llegaron cosas nuevas”: “Contactarme con artistas grandes, que me empiecen a seguir, que me manden mensajes”. Distintos artistas le “han tirado la buena”, y contó: “Gente importante me ha escrito ‘sos un crack’, ‘metele’, ‘seguí para adelante’”.

El cantante, de 25 años, afirmó que le sorprendió la explosión del tema y reconoció que “tenía mucha más expectativa” con “Los pibes de Miami”, publicada en abril de este año: “No le tenía tanta fe a la del PSG; incluso en un momento le dije a uno de mis productores que no sabía si la iba a sacar, pero fue una locura, salió por todos lados”.

La música debió esperar

Su amor por el arte nació siendo un niño, cuando ingresó en una academia “donde bailaba merengue y salsa”. “Me gustó y fue una linda experiencia; incluso bailé en el Teatro Metro. Después, en 2016, empecé a subir videos en YouTube, inspirándome en otros creadores de contenido, y en 2018 conocí la música cuando me metí en la orientación artístico y en coro del liceo de Pando”, recordó.

En julio de 2018 creó su primera canción, llamada “Mami arrástrate”, pero no la publicó. Igualmente, adelantó: “Pienso hacerle una reversión y sacarla más adelante”. Ese tema es un reguetón: el género que más le gusta, según confiesa. A partir de su quinta canción, aproximadamente, comenzó a “incursionar en otros géneros, como rap o cumbia”.

Sin embargo, lo de la música tuvo que esperar y en el medio tuvo varios trabajos: “El primero como tal fue en una empresa de limpieza, limpiando oficinas. Después pasé a limpiar ómnibus en una terminal y mientras hacía eso hice un curso de barman; estuve como un año sin ejercer y me llamaron de un restaurante en Lagomar. También di clase de tenis de mesa, que lo dejé hace un mes y poquito”.

“Mientras yo trabajaba en un club dando clases, que eran pocas horas y por lo tanto el sueldo no era muy grande, empecé el emprendimiento de las milangas. Me puse a vender en la calle, en la feria, en los comercios de Belloni y la vuelta, y con eso invertía en mis canciones y videos”, contó.

Foto: Agustín Frugoni

Foto: Agustín Frugoni

El salto

Antes de la música, fue furor en TikTok. Mientras trabajaba en el restaurante comenzó a hacer videos para esa red social y “antes de renunciar tenía como 20.000 seguidores”, entonces lo empezaron a reconocer en la calle como “el tiktoker”. “Todavía no había salido ‘Oh, pará’, que fue la canción que me dio a conocer”, recordó.

Al mes de dejar su trabajo, publicó esa canción. Fue el 24 de marzo de 2022 cuando todo cambió: “La gente me empezó a reconocer por TikTok y por ‘Oh, pará’, y después solo por la canción. Cuando salió y me di cuenta de lo que podía llegar a lograr, empecé a ponerle más cabeza y laburo a eso; fue como un clic”, admitió.

Esos primeros videos musicales fueron bastante “caseros”, grabados con un celular, pero en el último tiempo sus producciones mejoraron “musicalmente hablando” y también en cuanto a la calidad visual. “Con la del PSG pudimos invertir en otros materiales”, mencionó.

No darse por vencido

“Desde chico mi padre me decía que hiciera lo que a mí me gustara, y lo tomé literal”, dijo entre risas, pero añadió: “Igualmente, siempre por intentar protegerme, me decía ‘¿qué vas a estudiar?’, ‘¿en qué vas a trabajar?’. Y yo le decía que me quería dedicar a la música, y tal vez no lo tomaba muy en serio, pero ahora sí se está dando cuenta de que va por un camino lindo”.

Consultado sobre el apoyo de su barrio, Piedras Blancas, se mostró agradecido: “La gente siempre me trató bien, desde que vendía milangas; incluso tenía clientes veteranos que no sabían siquiera que yo hacía música. Ahora la gente se alegra mucho y me felicita”, contó.

Hoy, mientras atraviesa su momento, recuerda la vez que casi deja la música. “Desde agosto hasta octubre del año pasado [2023] tuve una etapa depresiva en la que se me cruzó por la cabeza que no sabía si lo que quería hacer era esto. Gracias a Dios ya pasó y volví”.

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