Los matrimonios acordados entre familias son comunes en India. Y a pesar de que las partes interesadas hacen todos los arreglos con mucha anticipación, eso no les asegura librarse de imprevistos de última hora.
En algunos casos, uno de los contrayentes se fuga a último momento con su amante. También se dan episodios más raros, como el que se produjo en una ocasión en la que el novio no se presentó a la ceremonia, y las familias decidieron que un amigo del desertor asumiera su lugar.
El ejemplo más reciente ocurrió en un casamiento celebrado en la populosa ciudad Kanpur, donde la novia se negó a casarse con su prometido después de descubrir que era calvo.
Según informara el periódico local Times of India, la ceremonia comenzó de acuerdo a lo planeado: ambos contrayentes acudieron a la cita y cumplieron con el rito preliminar de intercambio de guirnaldas. Pero las cosas comenzaron a torcerse cuando la novia notó que, precisamente, algo se torcía. De acuerdo con el citad medio, la mujer observó con atención que su futuro esposo se ajustaba a cada momento el tocado nupcial que le cubría la cabeza. Cuando hizo un comentario al respecto a los integrantes de su séquito, le respondieron que quizá se sentía incómodo porque era calvo y llevaba una peluca.
Conmocionada por la revelación de última hora, la mujer confrontó al novio al respecto y cuando confirmó que en realidad era calvo, incurrió involuntariamente en un lugar de común típico de telenovela: se desmayó en el acto. Tras recuperar el conocimiento, la novia “engañada”se negó a continuar con la boda y notificó a su familia que, en ninguna circunstancia, se casaría con un hombre calvo.
Los familiares de la mujer intentaron hacerla entrar en razón, pero no hubo manera de convencerla, por lo que no les quedó más remedio que decirle a la familia del novio que el compromiso quedaba roto. Esto no le cayó muy bien a la otra parte y se generó una disputa, y donde familia de la novia terminó por acusar a su contraparte de ocultar un “dato estratégico” como la condición capilar del casadero.
Al final, los ancianos del pueblo intervinieron y calmaron los espíritus, y cada grupo se fue por su lado y en paz. Sin embargo, según fuentes de la policía local informaron que ambas familias radicaron sendas denuncias, acusándose mutuamente de engaño. Por fortuna, la situación no pasó a mayores y la Justicia no debió intervenir
“Más tarde, ambas partes retiraron sus respectivas denuncias y resolvieron el problema por su cuenta”, dijo un vocero policial.