Allí empezó su periplo que lo llevó a conocer a grandes personalidades en todo el mundo: el papa, la Madre Teresa, Sai Baba y otros tantos con los que estuvo por sus vínculos laborales con una distribuidora de cine.
Según dijo a Montevideo Portal, cuando la editorial Planeta lo llamó para escribir "sus memorias", quedó entre halagado y sorprendido: "no estoy gagá, tengo para 20 o 30 años más", fue su respuesta.
Para la editorial, en cada relato que Domínguez hacía a través de los diferentes medios de comunicación, había un capítulo del libro.
"Hagamos lo siguiente, me voy a encerrar el fin de semana a escribir con página en blanco, sin pensar, a ver lo que viene. Si en esa hora que viva logro hacer una buena catarsis, llorar, reírme, sentir que estoy sanando cosas del pasado pero sin ocultar nada, y al mismo tiempo le sirve a la gente que en cada capítulo haya elementos para salir de la culpa, de la ira, entonces lo hacemos".
Y en un mes estaba pronto "Por qué cambié mi vida", libro que trepó a los primeros puestos de venta en la Argentina y aún se mantiene entre lo más vendido de no ficción.
Susana Giménez y José Narosky lo apadrinaron y de allí en más se lanzó a una suma de presentaciones en los medios que demostraron cortesía y generosidad. Salvo algunos programas con los que Claudio había tenido dificultades.
Una charla en el teatro Ópera de Buenos Aires acercó aún más el libro a la gente: "algo muy fuerte se empezó a dar de nuevo y ahora la lección es ‘humildad, gratitud y calma'", comentó.
Su vida actualmente se reparte entre la radio, los programas de televisión y las charlas: "Económicamente yo vivo de mis charlas y las manejo a voluntad, cuando quiero hago diez en un mes y cuando no quiero no hago ninguna por tres meses. Mis apetencias son bastante desapegadas. Me compro mi tiempo de descanso en todo caso".
"Valoro tanto lo que me pasa que puedo darme el lujo de regalar la mitad de lo que gano en las charlas. Yo obligo a los empresarios que cobren la mitad o menos de lo que cobran por otras celebridades en las mismas salas", afirma.
Hábil comunicador, Claudio usa las redes sociales para difundir todas sus actividades, desde su perfil de Facebook y su cuenta de Twitter "Los mensajes llegan a tres millones de personas que te siguen y saben de vos".
Ante la pregunta de qué va a buscar la gente hoy a las charlas, Claudio no duda en responder: "Calidad de vida, poder cambiar sus pensamientos, poder salir de la depresión que es el ego que te atrapa, poder salirse de las relaciones enfermas, la manipulación, salirse de lo que es la negociación de la libertad"
La ayuda se vuelca en un lenguaje "muy a la criolla". "No palabras depuradas ni conceptos elitistas o metafísicos. Clara mente, espiritualidad práctica: cómo despierto en la mañana y agradezco despertarme y genero un día con actitud, cómo me acuesto sin rencor, cómo puedo abandonar las memorias más dolorosas, cómo practico el aquí y ahora".
Ante el crecimiento de la depresión y la poca tolerancia a la frustración, Claudio sugiere: "Si uno va saliendo de la ignorancia y va entrando en el autoconocimiento cesarían los males del mundo. Entonces lo que yo pongo es mi granito de arena para que la gente entienda que sea cual fuere la vida que está teniendo puede modificar esa historia y si una persona energéticamente modifica su historia no debería ser presa de la violencia interna o externa. O sea que una persona que capta su real valor, que es un ser divino, no solo actuaria desde el bien sino que además se preservaría energéticamente de las ignorancias ajenas. Yo le pido a la gente que varíe su forma de vivir".
Su prédica se resume en distinguir "la dicotomía entre el ser y el ego. La esencia y la personalidad. El que capta esto y se convierte en observador modifica toda su vida".
También está la tan mentada búsqueda de la felicidad: "Nos merecemos nada más que ser felices. Ahora si la felicidad está basada en el logro exterior estamos en aprietos, porque esos logros son efímeros. En cambio, la felicidad que se basa en captar quién soy por dentro, el mundo exterior es una proyección rápida de su estado de dicha interior. Nunca la felicidad va a ser por algo externo sino por la comprensión interna. Si capto que soy mucho más de lo que creí que era me modifica la vida. No puedo depender del resultado de afuera para ver quién soy".
El libro
¿Cómo pasa alguien de ser niño prodigio a líder espiritual? Seguramente Claudio María Domínguez fue madurando esa respuesta sobre sí mismo a lo largo de los años, y como toda pregunta largamente meditada, necesitó una expresión. Por qué cambié mi vida es a la vez una autobiografía y un libro de memorias reflexivas en el que Dominguez se confiesa y se explica a la vez.
"Vivimos la complicidad de la época, de los recuerdos, de las lecturas, de las películas, de la música, de los programas tan nuestros de décadas atrás. Pero confluyendo sin nostalgia, sino con alegría, en esto tan mágico y especial que nos está sucediendo ahora. Nuestro salto cuántico a una vida que merezca ser llamada vida.
Lo sucedido fue perfecto para llegar aquí y ahora. Para ser conscientes de nuestra energía vital y poderosa. Para recuperar esa divinidad y reírnos todo el tiempo de las anécdotas del pasado que ya no nos retienen en la ignorancia, sino que nos dan el placer de comparar dónde estuvimos y qué hicimos. Ahora es el único momento real para crear la vida que queremos."