Está muy de moda esa expresión de que hay que "mirar para adentro". No es un ejercicio fácil autoexplorar nuestro yo y descubrir que hay muchas cosas buenas pero también errores que cometemos una y otra vez.

En esa búsqueda profunda hacia la oscuridad del ser se sumerge el texto Barbarie, escrito por el dramaturgo Sergio Blanco en 2009. Diez años atrás, luego de leer la obra, Gustavo Saffores (quien ha sido dirigido en numerosas ocasiones por Blanco) pensó que si un día tenía las herramientas suficientes para guiar a un elenco, ese sería un gran desafío.

Fue así que saliendo de su zona de confort, en medio de una pandemia que desestabilizó a la escena teatral y con un futuro incierto, Saffores no solo se anima a dar el salto a la dirección sino que toma la difícil bandera de hacer teatro aun cuando todo parece estar del revés.

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A punto de estrenar Barbarie. ¿Cuándo emprendieron el proyecto?

La obra tiene 11 años de escrita y en el 2010 varios actores hicimos una lectura en el Solís para presentar el libro de Sergio. A partir de ese momento me quedó la espina de "qué buena obra para hacer", en un principio para actuarla. Después quedó encajonada, y cuando me decidí a dirigir estaba buscando el texto que me desafiara y me acordé de Barbarie, la releí y le propuse a Sergio estrenarla porque nunca se había estrenado. Esto se nos ocurrió a fines del año pasado y finalmente va a ver la luz.

¿Cómo viviste ese proceso de tantos años sobre las tablas, con un nombre ya hecho como actor, y ahora salir de tu zona de confort para dirigir?

Es tal cual, a mí me fascina actuar. Dirigir creo que es algo que a la larga iba a llegar, pero fui aprendiendo en el camino con los directores con los que trabajo. Blanco, Calderón, Percovich, Dodera... son grandes directores de actores, porque es lo que más me interesa, no tanto la puesta. Barbarie es una obra sumamente difícil de actuar y el desafío venía por ahí. Y creo que hay que tener una madurez como actor para poder transmitirlo a un elenco. Le tengo mucho respeto al rol del director y antes no me animaba.

Estoy segura de que el miedo está ahí, pero ese camino cuando se hace con amigos es más fácil...

Sí, totalmente. El miedo existe, porque yo bien o mal estoy en mi zona de confort y me va bien, pero los desafíos y las ganas de formar parte de un proyecto propio hacen bien. Con Sergio yo tengo un vínculo que no es el de un director que te llama y vas sencillamente a actuar, con él construimos mucho juntos. Como es mi primera dirección me quería rodear de gente que conozco, que admiro, que tenía ganas de trabajar con ellos. Con muchos hemos sido compañeros y en particular con Sergio hay una gran complicidad, pero al mismo tiempo se mantuvo al margen. No puso ninguna exigencia, es una persona sumamente generosa, estuvo a la orden como amigo y desapareció el dramaturgo.

¿Afectó la pandemia a la obra?

Afectó el proceso, porque teníamos todo pronto para estrenar y el corte que fue mucho más largo de lo que creíamos implicó volver a empezar. En lo que refiere a protocolos no afectó. Cuando retomamos la idea de ensayar nos preparamos para salir y artísticamente no nos afectó. Pero creo que laboralmente, que es donde lo sentimos, nos dio más fuerza para volver, sintiendo que por suerte podemos estrenar, y demostrar que se puede. Ser de alguna manera una bandera de que todos tenemos que trabajar, porque si no estamos frenando fuentes de trabajo.

El teatro es uno de los sectores más afectados. Como actor, ¿cómo has vivido este año?

Fue mucho más largo de lo que pensaba. Hubo un proceso donde todos pasamos por diferentes estadios, desde la comprensión hasta los nervios, la angustia, de no recibir las respuestas necesarias que llevó a los enfrentamientos... No sé qué pasa en otros países, en el tema del sistema cultural de nuestro país está sumamente golpeado y no recibimos respuestas suficientes. Cuando salió el protocolo flexibilizado ya habían pasado seis meses, es muchísimo tiempo sin trabajar, sin ingresos... colectivos que no recibieron el apoyo necesario para sobrevivir. Lo que esta pandemia nos tiene que demostrar es que somos trabajadores, no somos "artistas" con el concepto idílico y romántico, somos trabajadores que tienen familias que mantener. Y es nuestra responsabilidad ponernos en la piel de otros trabajadores como los de los locales de fiestas que se han visto tanto o más afectados.

¿Cómo ves esta nueva realidad del teatro?

Lamentablemente, las noticias no son alentadoras. Hemos perdido 14 millones de pesos que era el apoyo a la Federación Uruguaya de Teatros Independientes (FUTI), no hemos recibido mayores respuestas sobre la Ley de teatro... y esta pandemia ha agravado la situación del sector. Lo que se ve hacia adelante no alcanza y vemos recortes y la palabra es "groseros", recortes groseros, a la actividad cultural. Admiramos fascinados las óperas de Europa, y todas esas grandes instituciones están subvencionadas por el Estado, pero cuando se quiere hacer acá se pone el grito en el cielo. Esa discusión es muy mezquina, y nos deja en un tercer plano. Somos un país que por suerte no tiene grandes catástrofes, pero en los lugares donde viene una ola y te barre la casa el Estado apoya para que la reconstruyas; acá, esta ha sido la única gran crisis después de 2002 sin responsabilidad, uno espera que el Estado apoye de forma real para salir adelante. Creo que es hora de dar señales de verdad para los damnificados, y si son todos entonces habrá que darles a todos.

Imagino que no pensaste estrenar una obra llamada Barbarie, que se adentra en lo más profundo de cada uno, justo en un momento como este...

No (Risas). Tenemos que reflexionar mucho. Es una obra muy oscura que nos muestra hasta dónde podemos llegar, la barbarie de una guerra mundial, la barbarie de cientos de inmigrantes muriendo en el Mediterráneo, la barbarie de torturar y desaparecer gente. Cómo lo seguimos aceptando. Es un viaje: cómo volvemos a cometer los mismos errores una y otra vez. Es una cachetada porque nos expone a lo peor de cada uno de nosotros.

 

*Barbarie estrena el 16 de setiembre en el auditorio Nelly Goitiño del Sodre. Entradas en venta por Tickantel, en locales Red Pagos, Abitab, Tienda Inglesa, Tiendas Antel y boletería de la sala.