Canciones escondidas es un espectáculo que, desde hace algunos meses, vienen llevando adelante Wilson Negreyra y Gonzalo Gravina, y que este viernes 16 cierra el año en Sala Camacuá, desde las 21:30 (Camacuá y Reconquista. Entradas a la venta a través de Tickantel, Tienda Inglesa y en la boletería de la sala).
El espectáculo propone una recorrida por canciones olvidadas, gemas inadvertidas y hits potenciales del cancionero popular uruguayo. Por allí pasan Eduardo Mateo, Jaime Roos, Jorge Galemire y Pippo Spera, entre tantos otros.
Gravina (tecladista de Los Terapeutas, Jaime Roos, José Carbajal y Lágrima Ríos, por citar algunos de sus trabajos) y Negreyra (percusionista de Níquel, Los Terapeutas, Jaime Roos, y varios más) no son nuevos en esto, y, en su vasta carrera, les ha tocado acompañar a algunos de estos autores, o ser testigos de primera mano de estas composiciones.
Antes del show les pedimos que respondieran nuestra Metralleta, y el resultado es el siguiente:
¿Recuerdan cuál fue el primer disco que se compraron?
Gonzalo: Dos al mismo tiempo: Children of the world, de Bee Gees, y Hideaway, del trío America.
Wilson: Beatles for sale y Top World Hits Boliche's Music, ensalada del sello CBS, que incluía a Chicago, Santana, Janis Joplin, Johnny Winter, Lynn Anderson, The Byrds, y otros.
¿Y el último?
G.: Pick up, una ensalada de éxitos de los 70.
W.: Blackstar, de David Bowie.
¿Cuál fue el primer disco (o canción) que los emocionó?
G.: La Sinfonía 1812 de Tchaikovsky, que tenía unos cañonazos reales.
W.: Musicasión 4 y ½ y "Príncipe Azul", de Mateo y Buscaglia.
¿Y el último?
G.: "Judas" de Esperanza Spalding.
W.: Croz de David Crosby.
Definan en pocas palabras de qué se trata el espectáculo Canciones escondidas.
G.: Se trata de jugar a las escondidas... ¡canciones!
W.: Un gusto musical y emocional.
¿Cuánto de arreglo y reescritura hay a la hora de "traducir" el repertorio de Canciones escondidas a una orquestación de piano y percusión?
G.: Hay un trabajo de arreglo y adaptación, sí, pero no mucho.
W.: Si bien hay obviamente adaptaciones y arreglos, simplemente nos dejamos llevar "mántricamente" hacia nuestras versiones.
¿Cuál es el mejor elogio que han escuchado de Canciones escondidas?
G.: Cosas como "¡Ay, qué linda esa canción, no la conocía!"
W.: Sorpresa y emoción al escucharlas a veces conocerlas y recordarlas.
¿Qué tres canciones no pueden faltar en el repertorio? ¿Por qué?
G.: Cualquiera puede faltar, siempre hay muchas mas para incluir.
W.: Concuerdo totalmente con Gonzalo.
¿Cuál (o cuáles) de las canciones de Canciones escondidas creen que podrían haberse convertido en hits y no lo fueron?
G.: Lo de "hit" es algo muy relativo, pero "Alguien" de Pippo Spera podría haber sido un éxito en una telenovela romántica.
W.:Concuerdo con Gonzalo: "Alguien", de Pippo Spera.
¿Qué cinco discos recuerdan como fundamentales para ustedes cuando tenían 20 años?
G.: Siempre todos los de los Beatles, a los 20 y a cualquier edad.
W.: Mateo y Trasante, de Eduardo Mateo y Jorge Trasante, Para espantar el sueño, de Jaime Roos, Vientos del sur, de Dino, Magic Time, de Opa, y Radeces, de Ruben Rada. Y por supuesto todo de The Beatles, antiguo, nuevo, y futuro testamento de la humanidad.
¿Y ahora?
G.: Ahora los nuevos de los Beatles que han salido, las antologías, y reediciones.
W.: Los mismos que cuando tenía 20 años, y cientos más.
¿Qué libro están leyendo?
G.: Poesías del flaco Martín Barea Mattos.
W.: Born to run, Memorias de Bruce Springsteen, Algunos cuentos, algunas canciones, de Darío Iglesias, y Chico Repique y Piano, de Hugo Ferreira.
¿Cuál fue la última película que los conmovió?
G.: Eight days a week, de Ron Howard.
W.: Youth, de Paolo Sorrentino, y Eight days a week, de Ron Howard.
¿Qué huella dejaron en ustedes los artistas con los que han compartido su carrera musical?
G.: Mucho aprendizaje, de todos.
W.: Hermandad, cariño, respeto y admiración.
¿Para qué sirven las canciones?
G.: La música y las canciones sirven para mucho más de lo que podemos imaginar; por ejemplo cosas simples como re-equilibrar de a poco al ser humano y al mundo.
W.: Para acompañar, abrigar, y alegrar nuestras atormentadas almas.