Este 11 de setiembre se cumplieron veintiún años de un evento traumático para los uruguayos: ese día en 1999 fallecía una de las promesas deportivas más talentosas que tuvimos en toda la historia de nuestro país. No era otro que el piloto "Gonchi" Rodríguez, que en una jornada para olvido perdía su vida compitiendo con su auto en el circuito de Laguna Seca.
La de Gonzalo es una historia de superación, de animarse a ir tras los sueños imposibles. Y más en un deporte como el automovilismo, en el que es tan importante el apoyo económico y tecnológico que tienen las grandes potencias de Europa y Estados Unidos.
Gonchi no escuchó las advertencias de las personas que le repetían que no había forma que lograra su sueño: correr al más alto nivel mundial. Contra viento y marea, viajó a España primero, luego a Inglaterra y finalmente por todo el globo, con el objetivo de ir mejorando y lograr la mayor carrera que haya tenido en toda la historia un piloto uruguayo.
El día en el que nos dejó también murió una esperanza en el pueblo uruguayo: la de la posibilidad de verlo conquistar el altar del deporte del motor y de seguir izando por todo el mundo nuestra bandera en lo más alto. No obstante, antes de partir, Gonzalo nos dejó victorias históricas en circuitos legendarios como Mónaco, Spa-Francorchamps y Nürburgring.
Infelizmente, el destino quiso que su vida se apagara antes de tiempo y corriendo para la categoría Cart en Estados Unidos - la que sería hoy la Indy Car - una fatídica curva lo llevaría a la muerte.
No obstante, más allá de esto, Gonchi sigue vivo en todos nosotros, que recordamos las proezas que era capaz de lograr al mando de su monoposto. Demostración del amor incondicional del pueblo uruguayo con su figura, fue el velatario, el entierro y la caravana final cuando se trajeron sus restos mortales a nuestro país.
Esos días, sin importar el color político, la edad o la clase social, grandes figuras, periodistas y hasta ciudadanos de a pie se juntaron para darle una despedida final a esa persona que con su ejemplo de vida nos enseño algo a todos: hay que animarse a soñar.
Para recordar su figura y a nombre de homenaje, en colaboración con la Fundación Gonchi Rodríguez, y con los aportes del periodista Germán Boiso y del empresario y piloto Nicolás Jodal, además de con un extenso archivo fílmico, hicimos este Espacio Yorugua, en el que Martín de Benedetti ensalza la efigie del que fuera uno de los mejores de los nuestros.
¿Cómo era Gonchi de chico? ¿Cuál eran sus sueños? ¿Cómo hizo para llegar a dónde llegó? ¿Fue un error mécanico el que causó su muerte? ¿Qué nos legó con la fundación que lleva su nombre? Estas son algunas de las preguntas que intentamos responder.