El pasado viernes, la emisora fraybentina Impacto Fm 98.9 reportaba la inesperada aparición de una paloma mensajera.
El ave arribó a una chacra propiedad de la familia Demov, situada en el camino que conduce al balneario Las Cañas.
“Apareció acá, muy mansa. Nos comunicamos con una organización que entiende en el tema”, dijo el pasado viernes Carlos Demov en el programa Encarando la mañana, emitido por la mencionada FM.
“Paró al costado de un galpón y se puso debajo de la mesa”, detalló Demov, quien agregó que la paloma portaba un anillo con la inscripción “UCRANIA” y los números 326 y 2013.
La noticia contó con amplia difusión a nivel local, y los vecinos de Fray Bentos tomaron debida nota de los números mencionados por el chacrero. Así, en los siguientes días se dispararon las jugadas de quiniela al 326 y el 2013, en las variadas combinaciones que ese juego de azar permite.
Las numerosas apuestas a estos números activaron un mecanismo automático que la Banca de Quinielas aplica por reglamento.
Según informara en las últimas horas el citado programa radial, varios oyentes enviaron mensajes asegurando que habían acertado apuestas con el número 326. Quienes jugaron el mismo viernes no tuvieron suerte, pero quienes insistieron el sábado fueron premiados, ya que ese número salió en sexto lugar.
Néstor Peralta, gerente de la Banca de Quinielas en Fray Bentos, salió al cruce de versiones que circularon en redes sociales acerca de una limitación en los números que llevaba la paloma, y que estaban siendo elegidos por numerosos apostadores.
Peralta explicó que la acumulación de jugadas disparó un mecanismo de tope, pero que no hubo una restricción de las apuestas a un determinado número, ya que esa limitación dejó de usarse hace más de 25 años.
En ese sentido, detalló que la Banca no impide que el público apueste a un número. Simplemente, cuando las jugadas a un mismo número alcanzan la cifra de 1.400 pesos, ya no se toman nuevas apuestas.
A modo de ejemplo: si varias personas deciden jugar 140 pesos al ya mencionado número 326, tras la décima apuesta se cierra la posibilidad de jugarle a ese número para ese sorteo. Ese mecanismo tiene como fin evitar una posible acumulación imprevisible de apuestas que, en caso de producirse un acierto, podría hacer saltar la banca.
“Reglamentariamente tenemos que hacer eso”, insistió el jerarca.