La variedad gastronómica neoyorkina es tan amplia que en un mismo restaurant te pueden servir un producto de 15 dólares... o de 1700.
Así lo contó Keith McNally, dueño del famoso establecimiento Balthazar, quien reveló una anécdota de hace 18 años.
En una mesa había una joven pareja que quería brindar con un vino accesible; en otra, un grupo de empresarios deseaba degustar una pieza de colección de la bodega. ¿El error? Casi de película: los decantadores eran iguales y los mozos se equivocaron al servirlos.
"No sabía si confesar y admitir el error o permitirles seguir bebiendo el vino en una feliz ignorancia. Sin duda, tomar la última opción habría sido lo más fácil y también lo más barato", contó el restaurador, quien, al conocer el error, decidió confesarlo a sus comensales.
McNally invitó a la joven pareja a brindar con el Mouton Rothschild 1989 puesto que la botella ya estaba abierta; a los empresarios les sirvió una nueva.
"Los jóvenes estaban contentísimos por el error del restaurante y me dijeron que era como si el banco hubiera cometido un error a su favor. El problema fue que fui yo quien perdió los 1.700 euros y no el banco", cierra la historia.